Rebecca Zlotowski: “Jodie Foster es disciplinada como una deportista de élite... Y no bebe alcohol”

Estrena 'Vida privada'

La directora ficha a la estrella estadounidense en el que es su primer papel protagonista en francés 

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La actriz Jodie Foster en una escena de la película 'Vida privada', de Rebecca Zlotowski. 

Caramel Films

La carrera de la directora y guionista francesa Rebecca Zlotowski se ha movido habitualmente entre historias de tinte dramático desde que debutara con Belle épine en 2010. En su nueva película,Vida privada, también hay dosis de tragedia, la que mueve a la reputada psiquiatra Lilian Steiner, encarnada por Jodie Foster en el que es su primer papel protagonista en francés, a investigar sobre la muerte, supuestamente accidental, de una paciente. 

Pero se podría decir que el relato acaba zambulléndose en una mezcla de thriller, comedia de enredos, drama psicológico y familiar con ecos de algunos títulos como Misterioso asesinato en Manhattan, de Woody Allen, o Recuerda, de Alfred Hitchcock. “Me encantaban especialmente los finales tan abruptos de las películas de cine negro de los años 40. Una película como Cisne Negro (2010) de Darren Aranofsky es muy de los años cuarenta. De alguna manera se volvió muy contemporánea y creo que al espectador le va ese tipo de tramas. Lo que quería hacer con Vida privada es simplemente saludar al público y decirles que emprendamos juntos un viaje. Como una obra de teatro, una actividad lúdica”, explica en conversación con Guyana Guardian durante su paso por el festival de San Sebastián, donde el filme se presentó en la sección Perlak. 

Zlotowski confiesa que desde su época de estudiante fantaseaba con trabajar con Jodie Foster y ha construido todo “el andamiaje del filme a su alrededor”. La dos veces ganadora del Oscar explota aquí su vena cómica y exhibe su dominio absoluto del francés. “Parece seria, pero no lo es... Está concentrada. Diría que es como una atleta que entrena para una competición. Es realmente disciplinada. Y no bebe nada de alcohol, matiza”. Cuando le propuso la idea, justo cuando la actriz estaba promocionando la cuarta temporada de 'True detective', le respondió: “¡Hagámoslo!. No le tengo miedo a nada. No tengo nada que demostrar”.

El guion, escrito a seis manos entre Zlotowski, Anne Berest y Gaëlle Macé, dibuja al personaje de Foster como una psiquiatra estadounidense afincada en París con una relación muy distante con su hijo (Vincent Lacoste), que no presta demasiada atención a sus pacientes y graba las sesiones en cassettes. Tras conocer que una antigua paciente se ha suicidado, encarnada por Virginie Efira, sospecha del marido y la hija, y se lanza a investigar por su cuenta con la ayuda de su ex, un Daniel Auteuil en el papel de oftalmólogo. “Creo que es la parte más política de la película, que una mujer pase por una crisis vital, la acepte, pero no sea una gran tragedia”.  

Soy muy atea y racional. Pero como soy muy racional, asumo que no lo sabemos todo. Por eso me encantaría conocer otros mundos

El filme pasea por la hipnosis y el psicoanálisis y tanto la directora como Foster acudieron a visitar a psiquiatras y psicoanalistas para preparar un relato que también indaga en las relaciones familiares de la burguesía francesa. Un paciente del personaje de Foster se queja del dinero que se deja en cada sesión y que es mucho más barato acudir a la hipnosis para dejar de fumar. Lo que provoca que la profesional piense que la psiquiatría no cura y que debería haber sido ginecóloga. “La hipnosis y la psicoterapia siempre han competido. Por eso tenemos este antagonismo entre Sophie Guillemin, con esas uñas tan horteras, tan diferentes, incluso en su feminidad, de Lilian Steiner en la película. Y sentí que esta rivalidad, esta competencia, este agonismo entre ambos campos era súper interesante”, cuenta la realizadora. 

Jodie Foster y Daniel Auteuil en la película

Jodie Foster y Daniel Auteuil en la película

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Pese a que la investigación es la que mueve los hilos de la trama,  el relato va sobre todo del viaje de introspección que realiza Lilian, de la crisis de los sesenta, de cómo se ve la vida en ese momento. “Quería que la película tuviera esa revelación, que  transmitiera una búsqueda de la verdad”. Uno de los aspectos más singulares del filme surge cuando Lilian acepta someterse a hipnosis y, mediante una regresión a vidas pasadas, encuentra a la difunta paciente. “Soy muy atea y racional. Pero como soy muy racional, asumo que no lo sabemos todo. Por eso me encantaría conocer otros mundos”, reconoce. Y añade: “Creo que es por eso que hago películas, porque de verdad estoy deseando que suceda. Pero no sucede. La gente que murió morirá para siempre. Ya no están aquí. Pero aun así me gustaría que pudiéramos filmar algo. Por eso siempre filmo a mi padre. Está en todas mis películas. Es el rabino en esta”.

Zlotowski creó parcialmente las secuencias de sueños utilizando inteligencia artificial, una opción con la que se muestra muy entusiasmada. “Es una herramienta con la que es muy interesante trabajar porque, con el tiempo, será nuestro futuro”.

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