Así se despide Marisa Paredes del cine con 'Emergency Exit'.

Su más reciente filme se estrena en cines

Lluís Miñarro presenta una película de carretera de corte surrealista que quita dramatismo a la muerte, un relato que se ha transformado en un tributo no intencionado a la actriz que murió hace doce meses.

Marisa Paredes se deja seducir por uno de los pasajeros de 'Emergency Exit'

Marisa Paredes se deja seducir por uno de los pasajeros de 'Emergency Exit'

Sideral

Seis años después de Love me not, Lluís Miñarro retoma la dirección con Emergency Exit, una película de carretera coral y surrealista que concibió durante la pandemia. La cinta sigue a un conjunto de personajes diversos en un autobús sin rumbo fijo. Entre los catorce ocupantes figuran, por ejemplo, Emma Suárez, Oriol Pla, Francesc Orella, Albert Plà, Aida Folch, la cineasta japonesa Naomi Kawase y Marisa Paredes, quien murió hace exactamente un año. A lo largo del viaje, especulan sobre quiénes son y avanzan a través de escenarios fantásticos en una odisea que examina la dualidad entre lo onírico y lo real, la existencia y la desaparición. “Mi idea era desdramatizar la muerte porque en Occidente es un tema bastante tabú. Yo me siento cercano, sin ser practicante, a las filosofías orientales, al budismo tibetano, que opina que la muerte es un tránsito. A partir de esta idea inicial, también me seducía el propósito de reunir a una serie de actores a los que admiro y que se dejaran llevar sin saber muy bien adónde”, comenta Miñarro al ser entrevistado por este periódico. 

Mi objetivo era desdramatizar el tema de la muerte, dado que en Occidente se considera un asunto muy delicado, y además tenía interés en reunir a varios artistas a los que admiro.

Lluís Miñarro

En La Gomera, concibió el borrador inicial de un relato que experimentó cambios posteriores, sobre todo en las conversaciones, las cuales se ajustaron a las aportaciones de los intérpretes durante una filmación de tres semanas en escenarios de Catalunya y las islas Canarias. Emergency Exit está repleta de guiños, como el recogido de Suárez al estilo de Kim Novak en Vértigo, de Hitchcock, o su bata blanca similar a la que vestía Romy Schneider en El proceso, de Orson Welles. “Y los más cinéfilos verán muchos guiños a El ángel exterminador, de Luis Buñuel”. Tal como le comentó un conocido, “la película habla de la muerte, pero está llena de vida”. 

The characters are like “una especie de tribu que se puede interpretar de muchas maneras. No se explicita, cada cual que saque sus propias conclusiones”, assures the director, screenwriter, and producer. “Todos ellos están un poco galvanizados por el deseo”, embodied by the character Eros, clad only in briefs and a coat, brought to life by Brazilian model Jhonattan Burjack. “Es una especie de ángel o demonio que intenta seducir a todos”. Even the somewhat impertinent priest played by Oriol Pla. 

Y es que, de acuerdo con el director de Stella Cadente, quien representa un estilo de cine catalán fuera de lo común, “todos utilizamos la seducción de alguna manera en nuestras vidas para lo que sea”. Por ello, él admite que “para conseguir una subvención, siempre intentas camelarte a alguien”. En su filmación final antes de su fallecimiento, Marisa Paredes encarna a una intérprete que ya ha completado una trayectoria “y está en el proceso de hacerse mayor”. Ella tiene desacuerdos con su compañero y representante, a quien da vida Francesc Orella. Miñarro buscaba una figura emblemática para ese rol, una artista de gran atractivo, y no podía ser otra que Paredes. “La conocía de cuando fue presidenta de la Academia. Habíamos coincidido en varios sitios pero nunca  habíamos establecido una amistad tan profunda y bonita como con esta película”, declara con notable emoción. 

Emma Suárez y Lluís Miñarro, la semana pasada en Barcelona

Emma Suárez y Lluís Miñarro, la semana pasada en Barcelona

Nacho Vera Galbarro

A su lado, Emma Suárez comenta: “Es que hay algo de homenaje a Marisa y a lo que ella representa”. En la película, se presenta una conmovedora escena donde ella revisa fotografías personales junto a figuras como Lou Reed, Almodóvar, Mastroianni, Carmen Maura, Catherine Deneuve, Bertolucci y Manoel de Oliveira. Este último, activo hasta su fallecimiento a los 106 años, solía reflexionar sobre los efectos perjudiciales del cine. “Es un vampiro el cine. El arte y la naturaleza es lo mejor que hay”, señala Miñarro. “Cualquier actividad artística es vocacional”, agrega Suárez, quien recientemente debutó en cines con Fragmentos, dirigida por Horacio Alcalá, y actualmente se encuentra en una gira teatral con la obra El cuarto de atrás, interpretando a Carmen Martín Gaite.

Miñarro exhibe un punto de vista singular y original. Buscaba ser asombrado y vivir nuevas experiencias.

Emma Suárez

La intérprete de Madrid disfrutó mucho formando parte de esta iniciativa de Miñarro, a quien conoce desde hace bastante tiempo. “Tiene una mirada muy personal y artística y me da confianza todo lo que hace. Es un cine culto, de arte y ensayo, para cinéfilos, surrealista... Y tal y como está todo, me apetecía sorprenderme y jugar que, en definitiva es la esencia de nuestro oficio”. Además, subraya el carácter manual de la iniciativa, “que facilita mucho la creatividad y también la confianza”. Suárez, quien asume el papel de una ginecóloga y dialoga principalmente sobre cine con el realizador encarnado por Albert Pla, recalca que “es una película para ver en las salas porque es como entrar en un sueño. Hay momentos muy divertidos y conversaciones sorprendentes porque la narrativa del filme no tiene una estructura formal”.

La cinta, de gran fantasía y vibrantes colores, se inspira en el realismo mágico y comienza con un verso simbolista de Marià Manent acerca de cumbres y cielos. “Yo soy un enamorado de la montaña y en la película he tratado de hermanarlas”. Principalmente a través de la figura de Kawase, quien, actuando como antropóloga, conecta el Fujiyama con el Teide. Y cerca del desenlace, se debate la procedencia del término Pirineo.

Miñarro y Suárez, en Barcelona

Miñarro y Suárez, en Barcelona

Nacho Vera Galbarro

El realizador indica que no le habría sido posible filmar su obra más reciente en vías reales, “hubiera sido absurdo”. En su lugar “tiene esta cosa mágica y artesana del cine de los 70, que nada tiene que ver con el cine tecnológico que se hace ahora, que me parece todo artificial”. 

La charla se dirige hacia la coyuntura presente de la industria cinematográfica. El cineasta que interpreta a Pla declara que “el cine no es un buen negocio”. Y Miñarro, aclara: “Para según quién sí, como a Santiago Segura”. ¿Se requiere mayor inventiva en la producción fílmica de España? “Totalmente”, contestan a la vez. “Todas las películas se parecen a sí mismas, pero lo son porque quizá obedecen a imperativos de las televisiones. Falta libertad, individual. Y cuando haces una que no se parece tanto al resto como la mía, te dicen que no encaja”, se queja Miñarro. A pesar de que indica que “cada vez me cuesta más hacer cine”, no tiene intención de rendirse nunca: “Me aburriría”. Suárez comenta sobre una profusión de opciones “y las películas no permanecen. Cuando quieres ir a ver una, ya la han quitado”.

Cada película se parece a sí misma, hay una falta de independencia individual, y al hacer una que se distinga mucho de las otras, como la mía, te dicen que no encaja.

Lluís Miñarro

Emergency Exit, que ha sido exhibida en certámenes como Tallín, Mar del Plata y Gijón, llega a las salas de cine -en Barcelona se proyectará en los cines Girona y Zumzeig- desde este viernes 19 de diciembre, exactamente un año y dos días después de la muerte de Marisa Paredes. “Ella pudo ver la película dos días antes de morir. Fue una intuición mostrársela antes que a los demás. Le gustó mucho y me invitó a un cocido en su casa”, evoca el director. “Es muy fuerte que se estrene la película justo ahora -sostiene asombrada Suárez-, son cosas del destino”, finaliza con una perspectiva melancólica. 

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