Anna Cornudella (Terrassa, 1991) leyó hace un tiempo un artículo sobre el equidna, un peculiar mamífero parecido al puercoespín que vive en Australia y que a raíz de los incendios que padeció el país hace más de diez años empezó a hibernar y la comunidad científica estaba intentando comprender cómo podía haber sobrevivido en un entorno inhabitable.
La curiosidad hizo que trasladara en su ópera prima como cineasta qué ocurriría si los humanos pudieran desarrollar un sistema de supervivencia como es la hibernación. El resultado es The human hibernation, un provocador experimento bañado en una atmosfera con una luz natural que se fija en los pequeños detalles que ocurren en una naturaleza salvaje. “Mi propósito era romper la estructura familiar tal y cómo la conocemos”, cuenta la cineasta.