Robert Redford muere a los 89 años

Ganador de dos Oscar

El legendario actor y director de Hollywood y fundador del festival de Sundance es una de las imágenes más icónicas de la gran pantalla

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Robert Redford muere a los 89 años
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Robert Redford fallece a los 89 años

De presencia magnética, conservando el pelo rubio que le hizo ser “el chico de oro”,  Robert Redford soltó una carcajada y con mucho acento dijo en castellano eso de “no más guardia civil”. Era uno de los recuerdos léxicos del casi un año que había vivido en Mijas, en la década de 1960.

Hace casi diez años de esa conversación, a finales de octubre del 2015, y el actor legendario del Hollywood todavía reminiscencia de aquel enclave de leyenda –cómo olvidar El golpe (1973) haciendo dúo de guapos con Paul Newman-, acababa de interpretar al mítico periodista Dan Rather en La verdad. “La jubilación no es para mí”, recalcó.

Robert Redford falleció ese martes, a los 89 años de edad, en su casa de Utah. Ganador de dos Oscar (uno como director y otro honorífico en el 2002), deja una larga lista de éxitos como actor y también director. Fue uno de los rostros más admirados de la gran pantalla y un espíritu nada conformista con el estrellato, un verdadero activista dentro y fuera.

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Robert Redford en un fotograma de 'Cuando todo está perdido'

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Esa actitud le llevó a mantener una postura crítica con la gran industria, con el control de los estudios, y fundar la vía alternativa del festival independiente de cine de Sundance (Utah) en 1981, la plataforma que sirvió para entrar en el negocio a cineastas que empezaban, y con ideas diferentes, muchos de los cuales alcanzaron el podio de la fama y el éxito.

“¡Claro que me gustaban los halagos al principio! Luego vinieron los nervios por saber qué iba a hacer con mi vida. Hice un experimento conmigo mismo sobre mi imagen en público. Puse una nota en mi despacho: ‘Somos objetos’, porque me sentía tratado así y me preocupaba, de no tener cuidado, acabar siendo un objeto. Por eso siempre analizo cómo me comporto, y la forma de hacerlo ha sido refugiarme lejos, en la naturaleza, en mi familia. Pero no es un proceso fácil”, confesó en aquella entrevista celebrada en Nueva York.

Tal vez esa receta le permitió sobrevivir a tantos y tanto elogios y seguir siendo un tipo que permitía la proximidad y hacía que el otro se sintiera cómodo pese al aura que atesoraba. El magnetismo, existe.

Demócrata convencido, cineasta total, fundó el Sundance Film Festival para dar espacio al cine independiente

Para Redford, interpretar a Rather, a un periodista, no le era ajeno. Uno de sus bombazos fue ponerse en la piel de Bob Woodward, junto a Dustin Hoffman haciendo de Carl Bernstein en Todos los hombres del presidente (1976), extraordinaria escenificación de los dos reporteros del The Washington Post que desvelaron el caso Watergate y que llevó a la renuncia del presidente estadounidense Richard Nixon en 1974.

Su muerte se produjo en su hogar junto a las montañas de Provo y fue anunciada por Cindi Berger, directora ejecutiva de la firma publicitaria Rogers & Cowan PMK. Berger explicó que el fallecimiento se produjo mientras Redford dormía, sin especificar causas concretas.

Charles Robert Redford Jr. nació el 18 de agosto de 1937 en Santa Mónica, California. Su atractivo le abrió camino desde la televisión y el teatro hasta el cine. Becado para jugar a béisbol, años después encarnaría a un veterano bateador en El mejor (1984). Tras estudiar arte y pasar por la American Academy of Dramatic Arts, debutó en Broadway a finales de los 50 y apareció en series como The Twilight Zone y Los intocables.

Estuvo casado en dos ocasiones, la última con Sibylle Szaggars. Tuvo cuatro hijos, de los cuales dos murieron: Scott Anthony, fallecido en 1959 siendo un bebé, y James Redford, activista y cineasta, muerto en 2020.

Cuando traspasas la cerca, afuera sólo ves hormigón, cemento, grúas, esa es la actividad a nuestro alrededor: desarrollo, desarrollo, dinero, dinero”

Robert Redford y Scarlett Johansson en la película
Robert RedfordEntrevista en 'La Vanguardia' en 2015

Dada su aversión a Hollywood, él siempre reclamaba que los filmes en los que participaba tuvieron un cierto peso cultural, en no pocas ocasiones remarcando tópicos como el dolor y la corrupción política, cuestiones que resonaban en su audiencia.

La lista de títulos, además de ese par de cumbres ya citados, incluye cimas como Butch Cassidy y Sundance Kid (1969, donde ya hizo pareja con Newman) o Los tres días del cóndor (1975). Por El golpe recibió la primera y única nominación al Oscar como actor, a pesar de que desde pronto se convirtió en uno de los favoritos del público global.

Era un verdadero sex symbol que igual participaba en comedias románticas, que en thrillers o dramas. Compartió protagonismo con las mujeres del momento, como Jane Fonda (Descalzos por el parque, 1967, su trampolín), Barbra Streissand (Tal como éramos, 1973) o Meryl Streep (Memorias de África, 1985).

Cumplidos los 40, Redford decidió dar el saltó a la dirección y el éxito fue inmediato. En su primer trabajo detrás de las cámaras, Gente corriente (1980), sobre una familia de clase media desintegrada tras la muerte de un hijo, le valió el Oscar. El film ganó tres estatuillas, incluida la de mejor película.

Sundance fue una escuela de directores: Quentin Tarantino, James Wan, Darren Aranofsky, Robert Rodríguez...

Ese fue su gran punto culminante, pero no el final de una carrera que hizo en su nombre y  en el de otros, que sirvió para plataforma de muchos más. En Sundance descubrió a talentos como Steven Soderbergh (Sexo, mentiras y cintas de vídeo, 1989). Directores como Quentin Tarantino, James Wan, Darren Aranofsky, Robert Rodríguez o Ava Du Vernay, entre otros muchos, se forjaron en esa escuela.

“Los poderes amenazan a la naturaleza. En Sundance [así se refería a sus terrenos en Utah], he dejado mis 2.400 hectáreas a la vida silvestre. Cuando traspasas la cerca, afuera sólo ves hormigón, cemento, grúas, esa es la actividad a nuestro alrededor: desarrollo, desarrollo, dinero, dinero”, sostuvo en aquella entrevista.

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Por aquellas fechas todavía no se intuía la dimensión del gran cambio que se avecinaba en Estados Unidos con la llegada de Donald Trump al poder. Pero Redford pareció visionario. “Me deprime el control político del periodismo”, afirmó.

No se despidió sin preguntar por el tema que entonces ocupaba a España y a Catalunya, el independentismo. “Siento curiosidad, pero no conozco lo suficiente para opinar”, respondió al requerirle cómo veía el procés.

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