Aproximaciones cinematográficas al enigmático universo Dylan

‘A Complete Unknown’

El músico regresa con el estreno de ‘A Complete Unknown’, que junto a sus anteriores apariciones
en la pantalla indaga en su misterio y leyenda

Timothée Chalamet in A COMPLETE UNKNOWN. Photo by Macall Polay, Courtesy of Searchlight Pictures. © 2024 Searchlight Pictures All Rights Reserved.

Fotograma de ‘A Complete Unknown’ 

Searchlight Pictures

Bob Dylan no solo es una de las figuras más legendarias de la música del siglo XX, sino también una de las más enigmáticas. A pesar de su popularidad y sus incontables éxitos, versionados una y mil veces, Dylan, premio Nobel de Literatura en el 2016, es un artista huidizo. Poco importa que hayamos visto su imagen una y otra vez, porque siempre hay algo que se nos escapa. Han sido muchos los libros escritos sobre su figura, incluida su propia autobiografía Chronicles: Volume One (2004), y muchas más aun las películas. Existe todo un universo cinematográfico en relación al músico, con filmes dirigidos por él mismo, caso de Renaldo and Clara (1978), documentales clásicos sobre su música, como Dont Look Back (D.A. Pennebaker, 1967), o biopics donde se ha convertido en un personaje de ficción.

Es el caso de la película, de próximo estreno en España, A Complete Unknown (James Mangold, 2024), donde se cuenta la llegada a Nueva York en 1961 de un jovencísimo Dylan, un hombre sin pasado y solo armado con su guitarra y un buen puñado de canciones. La historia se centra en esta primera época, su éxito en los locales folk de Greenwich Village, y sus primero hits, como Blowing in the Wind, hasta 1965, cuando decidió pasarse al rock, una traición que jamás le perdonaron sus fans. Se trata de un biopic (el género con más fracasos que existe) interpretado por uno de los actores del momento: Timothée Chalamet. Apuesta arriesgada, sin duda, ya que es difícil ver tras el conocido rostro del actor de Dune al verdadero Dylan. El filme no incurre en los errores habituales del género, como intentar resumir una vida entera en noventa minutos, o tratar explicar sus traumas del pasado, y se centra exclusivamente en el presente, en ese genio cuya creación no se sabe de dónde procede. Sin embargo, la sensación nuevamente es que Dylan, su verdadera personalidad, se escapa.

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Fotograma del documental 'Rolling Thunder Revue: A Bob Dylan Story', de Martin Scorsese 

Archivo

⁄ Da la sensación de que también en el nuevo filme sobre Dylan, su verdadera personalidad se escapa

No ha sido el primer intento en intentar capturar la personalidad del creador de joyas como The Freewheelin’. En el 2007, Todd Haynes se atrevió a hacer una ficción sobre Dylan. En este caso optó por multiplicar literalmente al músico, a convertirle en muchos distintos, un rompecabezas narrado de forma no lineal. Son seis los personajes/arquetipos que lo representan: un poeta que emula a Arthur Rimbaud, un profeta, un hombre fuera de la ley, un chico negro que toca blues y se hace llamar Woody Guthrie, o un mártir del rock and roll, entre otros. Cada uno de ellos fue interpretado por distintos actores de la talla de Richard Gere o Christian Bale. Como el propio título indica, I’m Not There, Haynes fue consciente de la imposibilidad de capturar su verdadera esencia y para ello realizó un filme mosaico verdaderamente original.

Es probablemente en el mundo documental donde mejor podemos aproximarnos al músico. La obra maestra de este universo es Dont Look Back, donde vemos a un Dylan pletórico creando sus canciones en su máquina de escribir mientras escucha cantar a Joan Baez. Una cámara que sigue y captura con naturalidad, gracias al instinto único de Pennekaber, ese momento histórico, cuando Dylan estaba en la cima del mundo. El propio cantante también quiso retratarse a sí mismo y dirigió el documental Eat the Document (1972), su primer acercamiento al cine. El documental retrata la gira británica llevada a cabo por Bob Dylan en 1966, como si se tratara de una grabación doméstica y desenfadada. Su momento más conocido sucede en un concierto ofrecido en el Manchester Free Trade Hall, cuando un seguidor furioso gritó “¡Judas!” a Dylan por haberse pasado al rock eléctrico.

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Fotograma de ‘I’m Not There’ 

Archivo

⁄ Todd Haynes desde la ficción y Scorsese desde el documental ya intentaron retratar al músico

Años más tarde, en 1978, Dylan realizaría su segundo filme, una docuficción de cuatro horas titulada Renaldo and Clara. Fue rodada en 1975, durante la gira Rolling Thunder Revue, y en ella se mezclan locas escenas de ficción con actuaciones, todo mediante una estética psicodélica sin más objetivo que el de experimentar con las posibilidades del cine.

Pero quizá el director que más atención ha prestado a Dlyan ha sido Martin Scorsese, con dos documentales en su haber: No Direction Home (2005) y Rolling Thunder Revue: A Bob Dylan Story by Martin Scorsese (2019). El primero habla también de los primeros años de la carrera de Dylan hasta su accidente de moto en 1966. Cuenta, además de con gran cantidad de material de archivo, con la propia presencia de un desenfadado Dylan, bastante cómodo en su papel de Dylan. Scorsese tuvo la suerte de contar con diez horas de conversación. En Rolling Thunder Revue, el director de Goodfellas retoma el material filmado por el propio Dlyan y narra aquella gira de 1975 en la que el cantante organizó una especie de guerrilla músico teatral que recorrió el Este de los Estados Unidos y Canadá, y donde él mismo aparecía en sus actuaciones con la cara pinta de blanco. Una especie de compañía itinerante que iba por los pueblos llevando consigo sus locuras.

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Fotograma de 'A complete unknown' 

Macall Polay

Dylan también hizo sus pinitos como actor, y en el 2003 protagonizó Masked and Anonymous, dirigida por Larry Charles y coescrita junto al propio Dylan. En ella interpreta a un músico de rock que acaba de salir de la cárcel. Un filme un tanto fallido pero con alta carga política que cuenta con sus canciones como banda sonora. Como se puede apreciar, Dylan ha sido uno de los músicos que más relación ha tenido con el cine, y en cada de una de estas películas ha dejado una parte de sí, destellos que, junto con su música, nos permiten acercarnos y comprender su incomparable figura, una imagen en cierto modo inasible y quizá por ese motivo más fascinante.

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