Festín Strout

NOVELA

La creadora de Olive Kitteridge y Lucy Barton reúne a todos sus personajes, ya en la madurez, para que conversen y compartan sus vidas

ELIZABETH STROUT ESCRITORA ESTADOUNIDENSE 14-9-2016 FOTO KIM MANRESA

La escritora estadounidense Elizabeth Strout

 Kim Manresa

La última novela de Elizabeth Strout (Portland, Maine, 1956) es un disfrute donde todos sus personajes de obras anteriores confluyen. La autora de Olive Kitteridge –la profesora cascarrabias del mismo nombre, ya jubilada, que reencontramos después en Luz de febrero– , de Lucy Barton –una escritora de origen humilde casada dos veces y con dos hijas, a la que seguimos la pista en Todo es posible , Ay, William y Lucy y el mar– y de Los hermanos Burguess –los abogados Jim y Bob– ha decidido invitarlos a todos al baile de su escritura. Cuéntamelo todo transcurre –cómo no– en el estado de Maine, en Crosby, una localidad costera imaginaria, que languidece en invierno y se llena de turistas en verano. Nueva York será siempre un contrapunto a este escenario.

“Esta es la historia de Bob Burguess”, leemos en el inicio del volumen. Él –escribe Strout– “jamás creería que en su vida haya algo digno de ser contado. Pero lo hay, como nos ocurre a todos”. Burguess tiene sesenta y cinco años , una vida común y actúa como catalizador y conductor de esta historia de historias.

Olive y Lucy son dos caracteres literarios potentes, peculiares, y desconcertantes, con quien se simpatiza a pesar de, como se hace con los seres atípicos de la familia. Que estas dos mujeres, una nonagenaria y otra veinticinco años más joven, –a las que hemos visto evolucionar a través de los años– se encuentren cara a cara es uno de los grandes alicientes de esta narración. Olive y Lucy se tantearán y tomarán el pulso haciéndonos partícipes de sus conversaciones y confidencias.

Al acercarse a estas páginas uno debe saber dónde se mete. Sirva la comparación con la experiencia de un suntuoso bufet. La exhibición de tanto manjar puede provocar una especie de ansia desaforada que impida degustar lo que se nos ofrece. Así que es aconsejable acometer la lectura de estas páginas de forma sosegada y disfrutar de cada uno de los personajes, de sus vidas y de los múltiples relatos que comparten. El lector habitual de Strout se dará un auténtico festín, seguramente también quien se acerque por primera vez a su escritura. La estadounidense sabe muy bien cómo intercalar información pasada y redibujar las figuras.

La explosión del foliage de los árboles en otoño enmarca este relato que transcurre a lo largo de un año en un paraje donde no pasa nada y pasa todo, la vida, las vidas de todos ellos. Existencias donde ha habido dolor, penuria, trauma, abuso, relaciones fallidas, pérdidas… y momentos de paz, felicidad, éxito y conexión. También las de otros personajes que van apareciendo o que adquieren vida en boca de Lucy o de Olive. La autora de Maine tiene una habilidad extraordinaria para contar, como sus protagonistas, que reclaman más y más historias. Su prosa ágil y nítida brilla en los expresivos –“Ay”– diálogos.

El cuéntamelo todo del título alude a las conversaciones de Olive con Lucy Barton, de la anciana con su amiga Isabella, las de los paseos de Bob y Lucy o las de los dos hermanos Burguess. Este es un libro de gente corriente, una reivindicación al sentido de sus trayectorias. Y una exaltación de la comunicación (“no hay nada más sensual que hablar”) como antídoto de la soledad, de la escucha y la amistad.

Las secuelas de la pandemia y los miedos, alusiones a la actualidad –los incendios de Canadá cuyo humo llegó a Nueva York y la guerra de Ucrania– o la inquietud por la deriva del país (“podría ir camino de una guerra civil”) se mencionan en estas páginas, que incluyen también una trama negra y de suspense igual de atractiva que llevará a Bob a ocuparse del caso.

Elizabeth Strout nos regala una novela entretenida, perfectamente hilvanada, y sin desbordamientos emocionales –era un riesgo–. Su elenco de entrañables personajes puede propiciar nuevas entregas. A Olive, pese a la edad, se la ve en buena forma. Una esperanza para quienes queremos que este universo no se acabe.

Elizabeth Strout Cuéntamelo todo / Explica-m’ho tot Trad. al cast. de F. Casas; al cat. de N. Busquets. Alfaguara / Edicions de 1984, 312 / 384 páginas 21,90 euros

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