En el año del centenario de El gran Gatsby acaban de publicarse dos libros breves que contextualizan e interpretan este hito literario: Los papeles del Gran Gatsby (Athenaica ), con edición a cargo de Juan Ignacio Guijarro, reúne relatos previos del autor, cartas a su editor y críticas de la época, mientras que El pequeño Gatsby (Debate) de Rodrigo Fresán es un breve y enjundioso ensayo sobre la novela.
Otra figura imprescindible de las letras estadounidenses es Allen Ginsberg, cuyo viaje iniciático a la India junto con otros beats reconstruye Deborah Baker en La generación beat en la India (Fórcola), indagando en el interés de esta generación por la espiritualidad oriental.
En el terreno del ensayo literario hay que celebrar la nueva edición de La edad de plata ( Taurus ) de José-Carlos Mainer, una obra imprescindible sobre uno de los momentos más estimulantes de la literatura española, desde principios de siglo XX hasta 1939.
Otro clásico recuperado: La literatura del pueblo español (Renacimiento) del hispanista Gerald Brenan, que propone un recorrido por varios siglos de creación literaria. También tiene vocación panorámica Notícia de la poesia catalana (Empúries) de Enric Casasses, que repasa las corrientes de la poesía en catalán desde la edad media hasta las puertas del siglo XX.
Y otro recorrido panorámico, en este caso por la literatura alemana, desde el siglo XVIII hasta la actualidad, es el que plantea Toni Montesinos en El amor por la muerte en la cultura germana (Almuzara), centrándose en la fascinación que sienten los literatos germanos por la muerte, desde Goethe hasta Günter Grass
También es amplio el enfoque sobre la historieta que propone Jordi Canyissà en El canon franco-belga del cómic (ACT Ediciones ), un repaso de la más destacada escuela europea, la de la línea clara que representan Hergé y las revistas Spirou y Pilote , cuyos continuadores son los maestros modernos como Moebius y Tardi.
También recorre el siglo XX, desde una perspectiva muy diferente, Un duelo interminable (Taurus) de José Enrique Ruiz-Domènec, que arranca en el último tercio del siglo XIX y llega hasta nuestros días para explorar la llamada batalla cultural y el debate de las ideas que marcan el devenir histórico y su interpretación.
En el ámbito filosófico, La llum de les llums (Angle Editorial ), con edición de Martí Domínguez, reúne una antología del pensamiento ilustrado del siglo XVIII, con textos de imprescindibles como Voltaire, Rousseau y Montesquieu, y destacadas figuras femeninas como Olympia de Gouges, Madame de Châtelet, Madame du Deffand y otras.
Por su parte, Wolfram Eilenberger presenta la tercera entrega de su recorrido por los grandes pensadores del siglo XX. En Espíritus del presente (Taurus) sabe combinar, como en las anteriores entregas, rigor en el análisis de las ideas con abundante anecdotario. En esta ocasión aborda a Adorno, Feyerabend, Foucault y Susan Sontag, a los que considera las figuras que marcan el debate filosófico de la posguerra en adelante.
Quizá quien más lo ha marcado –y no siempre para bien– ha sido Foucault, del cual surge el pensamiento de Judith Butler, que en El clamor de Antígona (Antonio Machado Libros ) estudia al personaje, icono feminista de la rebeldía, que en realidad está plagado de conflictos, lo cual conduce a la autora a su reiterada crítica al heteropatriarcado y lo normativo que, según su visión, obstruyen la libertad sexual y política.
Por su parte, Víctor Gómez Pin explora en el ambicioso El ser que cuenta (Acantilado) el cuestionamiento de la singularidad del ser humano a la luz de la genética y la inteligencia artificial, y reivindica la excepcionalidad del animal humano, con su frágil inteligencia y su empeño por dar cuenta de las cosas.
Basilio Baltasar, en Crítica de la razón maquinal (KRK , plantea una filosofía que trata de pensar lo que no puede ser pensado: la incontenible eternidad del infinito. Y Norbert Bilbeny indaga en la relación del ser humano con el vasto universo en Universo y sentido (Anagrama), a través de la obra de filósofos como Lucrecio, san Agustín, Kant o Heidegger y de algunos artistas y científicos.
Otra reflexión muy distinta es la que propone Edwidge Danticat en El arte de la muerte (Pre-Textos), en el que, a partir del fallecimiento de su madre, recorre nuestra relación con la muerte tomando ejemplos literarios y explorando sus propias vivencias.
En un tono mucho más divulgativo, José Carlos Ruiz utiliza el género novelístico en Una mujer educada (Destino) para explorar las enseñanzas de la filosofía para vivir de forma más armónica y entender mejor el sentido de la existencia. Hay también un impulso narrativo, mezclado con la memoria personal, en El rellotge verd (Anagrama) de Julià Guillamon, que evoca su juventud y reflexiona sobre el paso del tiempo.
Por último, dos pequeños libros rebosantes de sabiduría. En Devoción / Devoció (Galaxia Gutenberg) Pablo d’Ors nos propone un viaje espiritual a través del autoconocimiento y la meditación. Mientras que el pensador francés Jacques Brosse presenta en La alegría del momento (Periférica ) un diario a lo largo de un año en el que anota reflexiones y observaciones sobre la belleza del mundo natural que nos rodea.
Incluye apuntes como este: “Nuestro destino es la ejecución de una partitura que no descubrimos hasta que la interpretamos. Somos el instrumento y el intérprete. Pero, ¿quién es el compositor?”. O este otro: “Acercarse lo más posible al misterio, pero sin tocarlo: arde”.