El centenario de Luis Martín-Santos, que se celebró el año pasado, está siendo uno de esas efemérides fructíferas que ha servido para editar varias de sus obras inéditas –Martín Santos falleció en 1964 cuando tenía solo 39 años y dejó muchos manuscritos no publicados– en una serie de seis tomos que está publicando Galaxia Gutenberg, y para impulsar su figura fuera de España. Para eso es clave la nueva traducción al inglés de Tiempo de silencio que acaba de publicar NYRB. Ha corrido a cargo del británico Peter Bush, que es también traductor del francés y del catalán (ha traducido a Joan Sales). Bush tiene un perfil curioso como traductor literario. Asegura que se empezó a interesar por las lenguas cuando, a los cinco años, le dijeron en el colegio que hablaba mal inglés, ya que sus padres hablaban variantes dialectales del Norte de Inglaterra, y se enamoró del español cuando pasó un año trabajando como profesor en Murcia y, más tarde, cuando fue director de un colegio en Londres, en un Notting Hill pre-Hugh Grant y pre-gentrificación, al que acudían muchos hijos de migrantes españoles que tenían el castellano como primera lengua. Su traducción de Tiempo de silencio limpia los vestigios de la censura que aún tenía la anterior y se vende al público anglófono con estas palabras: “Martín-Santos recurre al humor negro de Goya y el ingenio de Joyce para crear una visión de un mundo sin esperanza, redimido solo por un ingenioso autodesdén”.

'My mom Jayne'
LA OTRA JAYNE MANSFIELD
Mariska Hargitay tenía solo tres años cuando su madre, Jayne Mansfield, murió en un accidente de coche. En el vehículo iban también ella y sus tres hermanos mayores. De entrada, la actriz, que tiene el trabajo más estable del mundo del espectáculo (lleva 26 años ininterrumpidos interpretando a la detective Olivia Benson en la franquicia interminable Ley y orden) no tiene ningún recuerdo de su madre viva y quizá por eso sentía reticencia antes de rodar el documental Mi madre Jayne, que se puede ver en Movistar+. Mitad historia personal, mitad revelación de secretos familiares –en ese sentido recuerda a otra pieza más experimental, la que rodó la actriz y directora Sarah Polley también sobre su familia–, la película sirve también para descubrir otro lado de la actriz que vivió un pico de popularidad en los sesenta cuando los estudios la empaquetaron como una bomba sexual kistch. Mansfield, que vivía con su segundo marido, el Míster Universo Mickey Hargitay, en el Palacio Rosa, una mansión decorativamente enloquecida en las colinas de Hollywood, se esforzaba por encarnar ese papel tanto dentro como fuera de la pantalla. En realidad, Mansfield, que tocaba el violín y el piano desde niña y tenía una compleja relación con su madre, que la crio para que destacara, parecía interpretar ese rol de rubia devorahombres por una cuestión de conveniencia.

Isabella Hammad
UNA VOZ IMPORTANTE PARA ENTENDER PALESTINA
La novelista británica de origen palestino Isabella Hammad estará este otoño en Barcelona como parte del festival Kosmopolis. Hammad, que creció en Londres y vive en Nueva York, es una de esas creadoras que seguramente desearía que su obra y su propia figura no se hubieran vuelto tan relevantes debido a la situación geopolítica. Su ensayo breve Reconocer al extraño, publicado en la colección Nuevos Cuadernos Anagrama tiene una interesante duplicidad. La primera parte reproduce una conferencia que Hammad pronunció el 28 de septiembre de 2023 dentro del homenaje que organiza cada año Columbia en torno a Edward Said, y la segunda está escrita al calor (y el horror) de lo que pasó justo nueve días después de pronunciar esa conferencia, los ataques de Hamás a Israel y la masacre genocida que se desató después. En ficción, Hammad ha publicado este mismo año Sale el fantasma (Anagrama / Més Llibres), sobre una actriz también británica de origen palestino que intenta poner en escena un Hamlet en Cisjordania.

Estopa
EL ROMANCERO DE ESTOPA
Así empieza La casada infiel, incluida en el Romancero gitano de Federico García Lorca: “Yo me quité la corbata / Ella se quitó el vestido / Yo, el cinturón con revolver / Ella, sus cuatro corpiños”. El influencer literario Xacobe Pato estaba leyéndolo y se dio cuenta de que si se le ponía la música de Tu calorro de Estopa cuadraba a la perfección. Es decir: “Fui a la orilla del río / Y vi que estabas muy sola / Vi que te habías dormido / Vi que crecían amapolas”. Pato lo colgó en redes y la cosa voló, hasta el punto que lo comentaron los propios hermanos Muñoz en su cuenta oficial. La explicación es sencilla. Tanto La casada infiel como el arranque de Tu calorro responden a la estructura del romance tradicional, con versos octosílabos y rima asonante en los versos pares, algo que David Muñoz probablemente aplicó a su canción del año 2000 de manera intuitiva.