El de Joan Vinyoli (Barcelona, 1914-1984) constituye un caso sin parangón en el panorama de la poesía catalana contemporánea. Durante buena parte de su existencia, el poeta se lamentó de que no se le prestaba suficiente atención. Poesia catalana del segle XX , la célebre antología de Castellet y Molas de 1963, solo recoge tres poemas suyos. Hasta aquel año, Vinyoli ya había publicado cuatro libros (uno de ellos, el imprescindible El Callat , de 1956). Y el mismo 1963 veía la luz Realitats , que –acaso influido por los cantos de sirena de la poesía social, tan en boga en esos años– insinuaba un pequeño cambio.
En 1975 Ariel le edita un primer volumen de obra completa, con un dibujo de Tàpies en la cubierta. Algunos jóvenes poetas del momento (Vicenç Altaió, Jaume Creus, Josep M. Fulquet) empiezan a reivindicar su obra y lo arropan en la vida. Los dos primeros le publican, en 1978, El griu . Eran las primeras recuperaciones vinyolianas de las varias que habrían de producirse en lo sucesivo. Desde entonces, su poesía no ha dejado de crecer en notoriedad y admiración. Es el clásico lírico catalán contemporáneo con más repercusión entre los poetas jóvenes, por encima de Carner, Riba o Foix.
Salvador Espriu confesó a la esposa del poeta: “Daría toda mi obra por un solo verso de Vinyoli”
El volumen de su poesía completa, cerrada, llegaría tarde, en el 2001, diecisiete años después de su muerte, y estuvo al cuidado del poeta y profesor Xavier Macià. Todo un hito editorial, que se sumaba a las valiosas aportaciones críticas de Ferran Carbó y Josep M. Sala-Valldaura. Más para acá, la reivindicación del autor ha continuado con la biografía que le dedicó Pep Solà y con su ingente obra de difusión de la poesía y la figura vinyolianas. Solà es uno de los impulsores del Espai Vinyoli, en Santa Coloma de Farners, ubicado en la Casa de la Paraula de la capital de La Selva, que conserva su legado. En el 2013 se presentó la Càtedra Joan Vinyoli, de la Universitat de Girona. En el 2014 la Institució de les Lletres Catalanes promovió el Any Vinyoli, a raíz del centenario del nacimiento del literato.
En este contexto, la reedición de cinco títulos del autor bajo la dirección de Jordi Cornudella puede dar un empuje al conocimiento, entre los más jóvenes, de esta voz capital no solo de la tradición autóctona, sino de la poesía europea del siglo XX.
“Joan carregat de foscúries”
Nacido en Barcelona en 1914, Joan Vinyoli i Pladevall trabajó durante toda su vida en el campo editorial, y formó parte de lo que se ha denominado el exilio interior. Su padre falleció cuando él contaba solo cinco años, y esta ausencia determinó su vida y la de su hermana menor. Barcelonés de familia humilde, gracias a un amigo de su padre tuvo la oportunidad de empezar a veranear, siendo un niño, en Santa Coloma de Farners, un hecho que caracterizó hondamente su poesía (“I la natura em crida”, reza el primero de sus versos canónicos). Más adelante, ya en los cincuenta, fijó su lugar de veraneo en Begur, con su familia: de ahí sus magníficas imágenes marineras.
A pesar de no sentirse suficientemente valorado por sus coetáneos, en cierta ocasión Salvador Espriu confesó a la esposa del poeta: “Daría toda mi obra por un solo verso de Vinyoli”. Hombre extremoso y apasionado, padeció alcoholismo: “Joan carregat de foscúries”, como revela en uno de sus poemas.
Cinco títulos fundamentales
La elección es pertinente, puesto que refleja muy bien el corpus lírico de Vinyoli, con sus dos presuntas líneas estilísticas: la metafísica, que representan El Callat y Llibre d’amic/Cants d’Abelone , y la de cariz más realista, que ejemplifica Tot és ara i res . Un poemario como Domini màgic reúne acentos de las dos. He dicho “presuntas” porque ninguna de las dos líneas se presenta de un modo puro: el élan metafísico –algo que disgustaba mucho a Joan Margarit, que reivindicaba exclusivamente al Vinyoli realista– siempre late en su obra, constitutivamente. Finalmente, el volumen Versions de Rilke i de Nietzsche da cuenta de la actividad traductora del autor, y, en especial, de su vínculo tan estrecho con el poeta de Sonetos a Orfeo .
El Callat es el gran libro de la primera etapa. Lo precede un prólogo de una rotunda ambición teórica, comparable –salvando la distancia del género– al que Mercè Rodoreda escribiera para Mirall trencat . Se trata de una poesía muy centrada en los símbolos (el mar, el árbol, el viento, el leñador, lo Callado...), en que el autor explora lo indecible, puesto que entiende la investigación lírica como misterio: “He caminat fins arribar al profund / del bosc de la paraula”.
De ‘Llibre d’amic / Cants d’Abelone’
“Vares venir fins on jo dormia
i em vas despertar,
i em vas convidar a tenir set,
una gran set per a la qual
et vas fer copa on jo la pogués beure”
(El poema nos propone una de las más bellas formulaciones sobre el deseo amoroso que puedan leerse –deseo siempre insaciable, sediento por definición–. Resulta difícil expresar tanto
en tan pocas palabras.)
Vinyoli escribió Llibre d’amic durante la segunda década de los cincuenta, pero no lo publicó hasta 1977. Posteriormente le agregó Cants d’Abelone para componer un díptico. Es, sin duda, una de las cimas de la poesía catalana contemporánea. Y la historia de amor místico que describe constituye, en realidad, una soberbia historia de amor que reflexiona sobre el deseo y el objetivo de una fusión plena con el otro.
⁄ Durante buena parte de su vida, se lamentó de que no se prestaba suficiente atención a su trabajo
Tot és ara i res (1970) es el primero de los títulos realistas de Vinyoli, el que inaugura la trilogía que forma con Encara les paraules y Ara que és tard . El poeta ensaya otro tono, aunque no se desentiende de la expresión de su búsqueda trascendental.
“Visc la meva vida en cercles creixents / que s’estenen sobre les coses”, escribió Rilke (Vinyoli tiene un libro titulado Cercles ). La poesía concebida a guisa de exploración de lo que uno puede llegar a decir y de lo que puede llegar a conocer de si mismo: todo esto a Vinyoli se lo inspira el poeta de Praga, su mayor influencia. Versions de Rilke i de Nietzsche recoge la obra de apropiación de dos voces fundamentales de la cultura literaria del pasado siglo.
Domini màgic (1984) es un soberbio poemario, que forma con el último, Passeig d’aniversari , un consistente díptico de despedida –el postrer poema del segundo incluye una hermosa y esperanzadora poética–. Compuesto de espléndidos poemas, acaso el más remarcable es el titulado Joc , en que el yo se compara a una bola de billar sin ninguna autonomía que acaba rebelándose y reclamando al jugador que no cesa de golpearla que la libere definitivamente para, de este modo, poder sentir “com, inactiu, el vori es fa de cera, / que fondrà, al capdavall, la mà del foc”.
Joan Vinyoli El Callat Llibre d’amic / Cants d’Abelone, Tot és ara i res, Domini màgic, Versions de Rilke i de Nietzsche Edicions 62