Hay padres que entregan cientos de regalos a sus hijos, dosificados a lo largo de los años, como hitos en un camino que materializan un apoyo constante y suavizan la oscuridad/soledad del camino. Otros no regalan, o regalan oscuridad. Camila, en base al nuevo texto autobiográfico que publica Tusquets, El viaje inútil , nos cuenta que sus padres solo le regalaron dos cosas: la lectura y la escritura, y que, como único gesto de amor, se agarró a ellos e hizo de estos su refugio.
Un mundo, el literario, le era, por fin, amable; una dimensión donde la herida de vivir dejaba de doler. Y menos mal. Porque solo llego a contemplar una ínfima parte del dolor que debió de sufrir esta magnífica escritora, una de mis preferidas contemporáneas, que debió recorrer un tortuoso camino. Pero, Camila, ese sufrimiento no fue inútil; descubriste la felicidad escribiendo y, así, nos hiciste partícipes de tu mundo propio, riquísimo y singular, y de una manera de narrar curativa y bella. Nos enseñaste a armar desde la herida una piel nueva, a caminar sobre un mundo precioso hecho de sombras hirientes y de decisiones valientes. Un modelo humano y literario a seguir.
El viaje inútil desvela el rostro detrás de la máscara en un juego en el que el antifaz es la obra de orfebrería de Las malas , la novela que más he veces he regalado nunca, el mejor ejemplo de cómo hacer con las cenizas y los maderos carcomidos del pasado una obra libre, expresionista e inigualable, sincera y explosiva, dura y tierna. Un milagro literario que, años antes de ser escrito, ya se adivinaba en el horizonte de la autora, pues El viaje inútil fue publicado dos años antes que Las malas y en él ya confiesa la autora que su pasado es razón de escritura y que desea escribir sobre esas travestis que reconoció como las últimas revolucionarias, la última bohemia existente.
⁄ Se emociona al recordar el día que le escribieron un poema, a ella, que, solo le habían escrito insultos en la puerta de su casa
Y si en Las malas la proeza narrativa consiste en hilvanar preciosas metáforas en mitad del horror, en este libro, como no podía ser de otra manera, Camila también crea, aun tratándose de un texto autobiográfico y realista, algunas metáforas líricas que son, para mí, lo mejor de esta escritora. Prueba de ello:
El cielo estaba gris, de ese color de Semana Santa, cuando todo se pone lloroso y de una inexplicable melancolía.
El hecho de escribirse cartas vino a ser como una ciudad construida encima de las ruinas de una guerra.
A veces las imágenes presionan de tal forma sobre la escritura que parecen romperla.
Intentar escribir en silencio es como intentar escribir en medio de un naufragio.
Como persona no valgo ni el peso de mi pelo seco en moneda nacional.
Escribo mejor en el ruido.
Dice Camila que la escritura fue su primer acto de travestismo. Travestismo literario, lo llama. La ayudó a reconocerse, y ayudó a otras y a otros a reconocerse, estoy seguro de ello, y a sobrevivir. Me hubiera matado sin la escritura, dice también. Y también se sincera y afirma que no sabe si sufrió esas vidas para escribirlas o si las sucedió para poder escribirlas. Sea como fuere, ahí están, gozo de todos nosotros, sus lectores. Escribir no salva del hecho, pero hace de muleta ante los hechos amargos, de caparazón ante el dolor, ante la herida de la vida. También dice Camila que hacer la escritura es un goce mucho mayor que hacer el amor. Lo suscribo. Por eso se emociona al recordar el día que le escribieron un poema, a ella, que, literalmente, solo le habían escrito insultos en la puerta y en la ventana de su casa. Y es que Camila se merecía todos los poemas, y el amor de sus padres; aunque unos padres que dejan a su hija a la vera de un bosque, esperando que se pierda para siempre en él, no merecen, por el contrario, a una hija que, con sus escritos, nos ha sacado a tantos del mismo bosque.
Te queremos muchos y mucho, Camila. Y celebramos leerte; textos antiguos y nuevos. Sabes que no estás sola cuando escribes. Naciste para ello. El viaje inútil no es hacia el recuerdo si tus recuerdos nos brindan tu preciado mundo interior y el valioso prisma mediante el que nos muestras las cenizas inspiradoras del Fénix, de la travesti solitaria.
Camila Sosa Villada El viaje inútil Tusquets 112 páginas 18 euros
