Tras un viaje vendrá otro viaje, tras un encuentro con un amigo se producirá el encuentro con otro amigo, tras una guerra estallará otra guerra, tras un deseo se cederá a otro deseo (“Cede al deseo, pero refínalo”, precisaba Lawrence Durrell)... La lectura de Memòria del cos. Poesia completa (1980-2024) nos lo constata: la vida, sí, es una rueda que va girando, y el tapiz poético tejido por Àlex Susanna (Barcelona, 1957-Gelida, 2024) supo atrapar y hacer palabra esta fugaz existencia humana en su tránsito incesante.
Desaparecido prematuramente a la edad de 66 años, en la esfera de la cultura catalana su nombre es sinónimo de vitalidad: su figura destaca como poeta, crítico, dietarista, traductor, editor, gestor cultural y promotor incansable de aventuras artísticas.
En el poema Pausa, del libro Promiscuïtat (2011), nos dice: “Truco, contesto correus electrònics, / llegeixo, prenc notes, recordo/ estades recents a ciutats llunyanes; / penso en certs quadres que he vist / de pintors que m’agraden de fa temps / i als quals torno sempre que puc / amb renovada atenció, / en el fill que treballa a l’estranger / i els dissabtes és feliç / corrent en bicicleta vora el riu, / en la revetlla de fa uns dies / i el ressopó de matinada / quan semblava que tot / tornava a començar, / penso en tot això / i no puc sinó dir gràcies, / gràcies per tot aquest cúmul / de feina, viatges i trobades, / encara que sàpiga que no / les estic donant a ningú / més que a la vida, / la font / més emboscada / de totes”. Lo he reproducido íntegramente porque es sumamente revelador: en manos de nuestro poeta, “trabajo, viajes y encuentros” son la materia prima de sus versos, y la obra completa se convierte en un particular friso del Partenón conducido siempre por un yo poético sui géneris, sin enmascaramientos.
La edición corre a cargo de Jordi Llavina, que explica en el prólogo que el presente volumen reúne diez poemarios más una decena de poemas del primer libro que Susanna consideró válido, Memòria del cos (1980), título que, por voluntad expresa del poeta, ha acabado dando nombre a esta recopilación de su obra lírica, a la vez que quiso dejar fuera los dos primeros libros: Abandonada ment (1977) y De l’home quan no hi veu (1979). Los libros reunidos, que abarcan cuarenta y cuatro años de creación poética, tienen como punto final Tot és a tocar, aparecido póstumamente en otoño del 2024. Cabe destacar la inclusión de los prólogos originales de los diferentes libros (de Marià Manent, José Muñoz Millanes, M. Àngels Anglada y Pere Ballart).
Desfila por sus páginas todo un elenco de amigos y conocidos, de anécdotas, de efemérides, de paisajes, de ciudades, de obras plásticas y musicales... Hay rasgos característicos que conviene resaltar. Para empezar, la admiración hacia el poeta inglés Philip Larkin (1922-1985) porque, a diferencia del estilo culto de un T.S. Eliot, Larkin tendía a la recreación de la más mundana cotidianidad en un lenguaje coloquial y nos ayuda a entender la apuesta de Susanna por escribir de forma sencilla.
Alex Susanna cuando publicó su dietario 'La dansa dels dies' en el 2024
Otro aspecto clave es el paso del tiempo. En el poema Última llum, incluido en Palau d’hivern (1987), nuestro autor apunta: “El temps no passa, passen les coses”. El mundo perdurará, pero nosotros inexorablemente desapareceremos. Es una evidencia que ilumina el concepto de la intemperie que atraviesa parte de su obra: “abocats al precipici de l’edat”, vivimos sin cobijo, no tenemos dónde ponernos a cubierto, y hay que ser conscientes de ello. Es un temor propio de nuestra modernidad, de esta era posnietzscheana. “Els mites, no sé què són”, admite Susanna en 1994 (en Boscos i ciutats), y, huérfanos de mitos, sin dioses ni amparo ni equipaje, estamos solos con nosotros mismos.
A causa de todo ello, y este es otro elemento significativo, necesitamos recordar para construirnos a nosotros mismos. En primer lugar, hay que llenarse de experiencias (en el sentido más amplio: amorosas, artísticas, laborales) para fijar luego los hechos que consideramos dignos de memoria. El juego del recuerdo es recurrente en la poesía de Susanna hasta revestirse de valor programático.
Pero para poder recordar las experiencias vividas, antes hemos tenido que movernos. Se trata de una paradoja muy interesante en su pensamiento y su obra, el contraste (otra vez tan moderno) entre el nomadismo y el recogimiento: necesitamos subir a trenes y aviones tanto como quedarnos quietos y en soledad en la habitación propia. Lo expresa muy bien Llavina en el prefacio: es el anhelo de un “espai de fondària moral, no estrictament física”. Ahora bien, aturdidos por tanto jet lag y carentes de mitos, la búsqueda de respuestas y de sentido se vuelve una tarea titánica, el objetivo de una extensa obra en verso que no ha parado de buscarlos. Es el núcleo de este gran libro.
Àlex Susanna
Memòria del cos. Poesia completa (1980-2024)
Edición de Jordi Llavina
Viena Edicions. 592 páginas, 27 euros
