Hay exposiciones que, además del placer para los ojos –enorme, en este caso–, intentan fijar un punto firme y responder a preguntas de fondo. ¿Quién fue Fra Angelico? ¿Un exponente del gótico tardío o un pionero de la revolución del Renacimiento? ¿Un “propagandista del paraíso” o simplemente un fraile especialmente inspirado?
Hasta el 25 de enero, Florencia acoge una gran exposición dedicada al Beato Angélico, repartida entre el Palazzo Strozzi y el Museo de San Marcos, que busca precisamente dar respuesta –o al menos acercarse– a esas preguntas. Cuestiones nada triviales que han dividido a los estudiosos durante siglos, como todos los grandes interrogantes, quizá sin una respuesta única. Y, sin embargo, la exposición en curso en la capital de Toscana, hace avanzar la investigación histórico-artística sobre el personaje y, al mismo tiempo, conduce incluso al visitante menos experto en un viaje intelectual de satisfacción segura.
Fra Angelico: 'Tríptico franciscano', 1428–29
EL TRÍPTICO RECONSTITUIDO. En el panel central, la Virgen con el Niño y la Trinidad está flanqueada por santos franciscanos y escenas de la Anunciación. La predela narra episodios de la vida de San Francisco. El tríptico ha sido reconstituido para la exposición de Florencia
El recorrido comienza en el antiguo convento de San Marcos –el reino por excelencia del fraile dominico, todavía no invadido por las masas de turistas–, donde se exhiben las obras de juventud con la clara influencia de Lorenzo Mónaco, entre ellas el increíble Tabernáculo de los Linaioli (su único encargo no religioso). Luego se pasa al Palazzo Strozzi, donde veinte salas muestran la madurez del artista, incluidos los dos viajes fundamentales a Roma, donde murió en 1455.
La muestra ha reunido, por primera vez en siglos, las piezas dispersas para reconstituir los retablos
La de Florencia, con 140 obras –algunas nunca antes expuestas–, es la primera verdadera exposición “total” dedicada al fraile artista desde la de Roma en 1955, seguida por la del Prado en 2019, centrada en un periodo específico: el decenio 1420-1430. En estas siete décadas la investigación ha avanzado, y los estudiosos han logrado recomponer tres retablos dispersos, reuniendo piezas repartidas por decenas de museos del mundo. Es el resultado de cuatro años de trabajo de estudio y preparación que ha impulsado además una importante campaña de restauraciones.
El caso más impresionante es el de la Pala de San Marcos , encargada por Cosme y Lorenzo de Medici para el altar mayor de la iglesia, desmontada en el siglo XVII y ahora recompuesta aquí con 17 de sus 18 partes, procedentes de Washington, Boston, Nueva York, Oxford, Dublín, el Louvre, Berlín, Múnich, Ámsterdam y el Vaticano.
El otro símbolo de la muestra florentina es el denominado Tríptico franciscano : la tabla central, siempre conservada en Florencia, mientras que los paneles laterales –dados por irrecuperables y olvidados en los depósitos de varios museos– han sido reunidos y restaurados por el Opificio delle Pietre Dure, el histórico instituto florentino de restauración fundado en el siglo XVI, con el apoyo de patrocinadores privados. Las predelas proceden de dos museos alemanes.
Fra Angelico: 'El milagro de la pierna negra'
EL MILAGRO DE LA PIERNA NEGRA. En este panel de la Pala de San Marco, los santos Cosme y Damián, patronos de la familia Medici, realizan un prodigioso trasplante: sustituyen la pierna enferma del diácono Justiniano por la de un hombre fallecido. Beato Angelico convierte el relato en una meditación sobre la fe, la caridad y el poder sanador del arte.
Entre las pinturas, miniaturas, dibujos y esculturas, destaca también una Madonna de la Humildad con cinco ángeles , prestada por el MNAC de Barcelona pero propiedad de la Colección Thyssen-Bornemisza. “Son operaciones excepcionales, y probablemente irrepetibles para nuestra generación –explica a La Vanguardia Gerardo De Simone, historiador del arte de la Accademia di Belle Arti de Florencia–. La recuperación de la unidad visual permite comprender el lenguaje plenamente renacentista de Angelico, que abandona la estructura gótica del políptico e inventa el retablo cuadrado, armónico y perspectivo”.
Uno de los objetivos de la exposición –como explicó el director del Palazzo Strozzi, Arturo Galansino– es romper con la iconografía de “santito” asociada al Beato y subrayar mejor la importancia que ese maestro tuvo también para los artistas de su generación: “Un narrador excepcional y gran conocedor de la perspectiva, que une esta maestría a sus saberes de orfebrería, utilizando el oro de un modo moderno, como se aprecia incluso en las incisiones de los halos de los santos, orientadas para darles profundidad perspectívica.”
La exposición de Florencia intenta dirimir el dilema: ¿Fra Angelico, último gótico o primer renacentista?
Ya en el pasado, también Elsa Morante, una de las mayores escritoras italianas del siglo XX, se había planteado la misma cuestión. En un ensayo para una colección de arte de Rizzoli tituló su texto sobre el fraile toscano El beato propagandista del paraíso . En sus páginas la pregunta se formula con toda claridad: “¿Participó, Guido di Pietro, en la revolución?”
Uno de los comisarios de la muestra, Carl Brandon Strehlke, conservador emérito del Philadelphia Museum of Art, responde sin titubeos: “En esta exposición queremos afirmar que sí, Fra Giovanni participó en ella”, aunque con un “espíritu complementario” al de Masaccio, a través de una forma “interior y luminosa” del nuevo lenguaje.
Masaccio, según el estudioso norteamericano, representa el Renacimiento en su vertiente analítica, racional y constructiva; Angelico, en cambio, encarna una vía mística hacia la modernidad, basada en la luz y la espiritualidad. No se oponen, se completan. Ambos rompen con el gótico, pero por caminos distintos: Masaccio con la fuerza plástica, Angelico con la claridad luminosa y la estructura espiritual de la escena. La dimensión espiritual es central: Strehlke añade que Angelico no solo adopta las innovaciones formales, sino que las pone al servicio de un nuevo lenguaje de la fe.
Fra Angelico: 'El martirio de los santos Cosme y Damián'
EL MARTIRIO. En este panel de la Pala de San Marco, prestado para la exposición por la National Gallery de Dublín, los santos Cosme y Damián son condenados a morir en la hoguera junto a sus hermanos, pero las llamas se desvían milagrosamente sin dañarlos. La composición de Fra Angelico resalta la idea de fe inquebrantable frente al poder terrenal.
El otro comisario, Angelo Tartuferi, no ve rupturas, sino evolución: Guido di Piero sería “el pintor florentino más importante del final del periodo gótico”, que progresa hacia el Renacimiento sin destruir la línea elegante y espiritual del gótico, sino transformándola en una construcción racional.
De Simone se ha especializado en los dos periodos romanos del fraile, cuando trabajó primero para Eugenio IV y luego para Nicolás V, una etapa a la que se dedica una sala en la sede del Palazzo Strozzi. El contacto con el poder temporal de la Iglesia hace aflorar también el aspecto ideológico del dominico, quizá algo descuidado hasta ahora. También aquí surge el debate: ¿primacía absoluta del Papa o gobierno más colegiado de la Iglesia?
El cardenal Juan de Torquemada, fue clave en la difusión de su arte como instrumento de fe y
“Nicolás V defendía el primado papal y la idea de una Roma refundada como capital cristiana. Angelico, con la Capilla Nicolina, traduce visualmente esta teología del poder: narra el martirio y la caridad de los protomártires Esteban y Lorenzo, pero al mismo tiempo viste al Papa con suntuosos paramentos litúrgicos. Es un ciclo de compromiso”.
Una figura clave para entender su visión del mundo es la de Juan de Torquemada, tío del futuro inquisidor, gran teólogo y defensor del primado papal. Torquemada aparece en una Crucifixión inédita , una de las obras más interesantes, prestada por primera vez por un coleccionista privado anónimo, una pequeña tabla con la Virgen, San Nicolás de Bari y Santa Brígida de Suecia.
Es una obra que resulta sorprendente por su crudeza espiritual: la santa deja caer cera caliente sobre su hombro para compartir el dolor de Cristo. “Es una ventana abierta a una forma de vivir la fe profundamente corporal y mística”, concluye De Simone. El propagandista ha hecho bien su trabajo.
Fra Angelico Palazzo Strozzi/ Museo de San Marcos Florencia palazzostrozzi.org/ Hasta el 25 de enero
