La publicación, en el 2003, de La fascinació del periodisme. Cròniques 1930-1936, en la edición de Glòria Santa-Maria y Pilar Tur, hizo surgir de la nada la figura y la obra periodística de Irene Polo (Barcelona 1908-Buenos Aires, 1942). Una historia olvidada siempre puede recordarse. Pero Polo estaba en aquel pasaje negro que precede al apagón total, que han sufrido tantas grandes figuras de este país: su pariente, mánager artístico y editor Joan Merli, sin ir más lejos. Lo positivo es que a los cuatro días de la primera edición la gente hablaba de Irene Polo como si la conociera de toda la vida. La capacidad de recuperación de nuestra cultura es admirable. Pero atención: sin el trabajo de Santa-Maria y Tur, de Irene Polo no quedaría ni rastro.
El 17 de mayo de 1930 Polo tenía veintiún años y publicó el primer reportaje en el diario Las Noticias. ¡Veintiún años! Se va a Bonifacio, en Córcega, se pasea por allí, habla con la gente y escribe una crónica sobre el clima que rodea las elecciones. Este primer artículo presenta una serie de rasgos remarcables. En primer lugar, la estructura dialogada. En vez de ofrecer una disquisición profesoral, Polo se presenta a si misma preguntando y transcribe lo que le dicen un oficial francés y un hotelero. La anécdota central son los disparos que se oyen en el puerto para celebrar la cita electoral. Polo, que es una gran aficionada al cine y que a lo largo de su carrera desempeñó diferentes tareas relacionadas con el la industria cinematográfica –agregada de prensa de Gaumont, autora de adaptaciones literarias de películas y colaboradora de las revistas Gran Proyector y Films selectos –, establece una relación entre lo que ve en la calle y el mundo de la pantalla, entre realidad, ficción y proyección, con un planteamiento modernísimo que recuerda los artículos de la sección Cabaret Voltaire que Plàcid Garcia-Planas publica en la sección de Internacional de este diario.
Irene Polo retratada por Gabriel Casas mientras bromeaba con Buster Keaton
En Las Noticias, los artículos aparecían con unos titulillos que empaquetaban conceptos. Estos titulillos están seleccionados con sentido periodístico y gusto literario: “El fantasma de níquel” escribe, porque en la faja del hotelero ha visto la culata de una pistola. Cuando se acuesta, sueña con lo que le ha pasado durante el día, la realidad y la ficción se le mezclan en la cabeza e imagina una aventura del cowboy Hoot Gibson en Texas que da miedo. Parece el Agente Cooper de Twin Peaks cuando intentaba resolver el caso de Laura Palmer mediante sueños y visiones.
Todos los elementos del periodismo de Irene Polo están presentes en esta primera crónica: las pistolas (la FAI se la tenía jurada y en Solidaridad Obrera la amenazaban abiertamente), el clima de amenaza, la mezcla de política, sociedad y sociedad del espectáculo. Se sirve de una escritura sugerente y ligera, con un punto de distancia, humorística, que introduce al lector en la situación que describe y le transmite lo que el periodista ha vivido en primera persona.
⁄ Se sirve de una escritura ligera, humorística, que introduce al lector en la situación que describe
Desde el 2003, Santa-Maria y Tur han completado su investigación con muchos textos inéditos (pasamos de 300 páginas a 456), han reconstruido la relación de Polo con el cine y han profundizado en el conocimiento de la etapa argentina, con una hipótesis muy plausible sobre las razones del suicidio, que ya expusieron en Els anys americans d’Irene Polo (2022). También es muy interesante ver que después del 6 de octubre, cuando el diario L’Opinió, en el que colaboraba, queda suspendido, Polo debe integrarse en L’Instant, el diario de la Lliga. Es la situación, muy contemporánea y bien descrita, del periodista que no encaja con la ideología del medio. Tenemos Irene Polo para siempre. (A la venta el 12 de noviembre).
Irene Polo
La fascinació del periodisme. Cròniques 1930-1936
Edición de Glòria Santa-Maria y Pilar Tur.
Quaderns Crema. 456 páginas, 22,80 euros
'La fascinació del periodisme'
