La canción que ocupaba el número uno en Los 40 Principales el día que murió Franco era One of These Nights de los Eagles, aunque poco después, el 22 de noviembre, la sustituiría en el podio Secretaria, de Mocedades. Este hit menos conocido del grupo coral vasco cuenta una historia francamente desoladora de una secretaria que por “negarse a ser amable” con su jefe queda relegada y aguanta durante décadas siendo “buen soldado, casi esposa y enfermera”, mientras hace de celestina con las amantes del jefe, a las que envía las flores y les firma las tarjetas, todo esto estando “un poquito enamorada” de él. Ese año arrasaron en la radiofórmula española Barry White y el Bimbó de Georgie Dann, que pusieron la nota más tórrida, aunque la indiscutible canción del verano fue Saca el Güisky, Cheli, de Desmadre 75. Ya en el otoño, los partes sobre las heces en melena del dictador iban alternándose en las ondas con baladas más bajoneras, como El solitario, del grupo Nubes Grises, un trío melódico liderado por Alicia Granados.
María José Cantudo y Frederick Stafford durante el rodaje de 'La trastienda'
EL CINE DE DESTAPE Y El CINE DE FIN DE CICLO
El destape estaba en su absoluto apogeo en 1975, el año en que se estrenaron películas con títulos como Zorrita Martínez, Adulterio a la española o De profesión, polígamo. Además, María José Cantudo, el símbolo sexual del momento, protagonizó el primer desnudo integral del cine español mainstream desde la dictadura en la película La trastienda. También se estrenaron ese año Ligeramente viudas, sobre dos mujeres que se dan al placer carnal tras morir sus maridos, y la autoexplicativa Tres suecas para tres Rodríguez. Además de los picores propios de una dictadura que se hacía eterna, también se percibe en algunos de los estrenos de ese año ciertas ganas de mirar atrás para cerrar etapa. Pedro Olea estrenó, apenas morir Franco, Pim, pam, pum…¡Fuego!, en la que Concha Velasco interpreta a una bailarina de revista que tiene que buscarse la vida en la inmediata posguerra. Además, Jaime de Armiñán rodó ¡Jo, Papá!, en la que un empresario gallego (Antonio Ferrandis) hace un viaje con su mujer (Amparo Soler Leal) y sus hijas, una de ellas interpretada por Ana Belén, por los escenarios en los que luchó en la Guerra Civil, en el bando franquista, por supuesto. El prohombre de provincias se encuentra con una España cambiada. Y lo que quedaba.
Fotograma de 'Els buits'
HISTORIAS DE TERROR EN EL PATRONATO DE LA MUJER
Una parcela de la represión franquista que ha tardado mucho tiempo en recibir atención suficiente es todo lo relacionado con el Patronato de Protección de la Mujer, el siniestro organismo encargado de “regenerar a las mujeres caídas”. Pero en los últimos años muchas creadoras e investigadoras se han encargado de desentrañar aquellos horrores. En Filmin se puede ver Els buits, el cortometraje de Marina Freixa Roca, Isa Luengo y Sofia Esteve en el que la madre de Freixa, Mariona Roca Tort, cuenta su experiencia. Roca Tort sufrió tres años de maltrato, vejaciones, electroshocks y trabajos forzados a cargo de las monjas adoratrices que se encargaban de la represión de mujeres jóvenes a las que acusaban de díscolas y promiscuas, por su activismo político o por su conducta sexual. También conviene rescatar la segunda temporada del podcast De eso no se habla, dedicada a relatos de víctimas de la represión del Patronato, que tuvo sus maternidades para madres solteras en activo hasta 1985, bien entrada la democracia.
ALMODÓVAR ANTES DE ALMODÓVAR
En 1975, Pedro Almodóvar tenía 25 años y aun trabajaba en Telefónica pero ya era un cineasta con una visión. Ese año rodó uno de sus cortos en Súper 8, La caída de Sodoma, versionando a su manera la historia bíblica de Lot. Él mismo describió en una entrevista: “Yo entonces rodaba siempre sin luz, siempre cerca de ventanas. O en el campo. La caída de Sodoma la hicimos con un montón de sodomitas travestidos con ropa de sus madres o de sus hermanas. Los espacios y el tiempo eran abstractos y anacrónicos por pura necesidad”. Lo que hacía el director con esos cortos era proyectarlos en bares y otros espacios, sobre todo en Madrid y Barcelona, narrándolos él mismo en una especie de performance. Otros títulos de esa época eran Sexo va, sexo viene, Dos putas o Historia de amor que termina en boda, Blancor y Sea caritativo. Además de Sodoma, rodó otra pieza de tema bíblico, Salomé. Hace tiempo, Agustín Almodóvar pensó en sonorizar esas películas y reeditarlas, pero de momento eso no ha sucedido y pocas personas han podido verlas.
