El escritor le desea… ¡Feliz Navidad!

Especial Navidad / Libroscopio 

⁄ Hasta los autores tenidos por menos sociables, como Kafka o Borges, felicitaban las fiestas

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Primer Christmas navideño de la historia enviado en 1840 por Henri Cole

Primer Christmas navideño de la historia enviado en 1840 por Henri Cole

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Henry Cole fue el editor del Journal of Design and Manufactures, que en 1849 se convirtió en la primera revista sobre diseño en la historia, un personaje comprometido con trasladar el arte al diseño industrial, que acabaría fundando el Victoria and Albert Museum de Londres dedicado a las artes aplicadas. En la Navidad de 1840 se encontró con un problema que tampoco lo es tanto: tenía demasiados amigos. Y es que en esa época habría resultado una grosería imperdonable entre su círculo social no enviar una misiva de felicitación navideña, pero sus múltiples ocupaciones hacían que le resultase imposible redactar a golpe de pluma y tintero tantísimas cartas. Fue entonces cuando se le ocurrió unir industria y arte. Encargó a un artista amigo, J.C. Horsley, que le dibujara una ilustración de una familia celebrando la Navidad y al lado imágenes de personas auxiliando a los pobres, y que rotulara en la ilustración “Merry Christmas and a Happy New Year”, con un espacio en blanco para poder poner a mano el nombre de la persona a la que iba dirigida. Solicitó a un impresor 1.000 copias y así nació la primera tarjeta navideña hecha en serie.

Decía la escritora estadounidense y activista por los derechos civiles Maya Angelou: “He aprendido que puedes saber mucho sobre una persona por la forma en que maneja estas tres cosas: un día lluvioso, el equipaje perdido y las luces de Navidad enredadas”. Los escritores, esos seres que el cliché dibuja como individualistas y ensimismados, también han sabido desenredar su relación con la Navidad y algunos de ellos se han mostrado como grandes felicitadores e incluso aplicados fabricantes de sus propias tarjetas navideñas.

Imagen dibujada por JRR Tolkien para las cartas del Polo Norte que enviaba a sus hijos

Imagen dibujada por JRR Tolkien para las cartas del Polo Norte que enviaba a sus hijos

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Seguramente ninguno tan aplicado como el minucioso J. R. R. Tolkien, creador de El Hobbit y El señor de los anillos. En un libro precioso (Cartas de Papá Noel) se reunieron las cartas y postales dibujadas que “enviaba” cada Navidad a sus hijos hasta que fueron adolescentes. Recibían cada año una felicitación que llegaba del Polo Norte del mismísimo Papá Noel contándoles sus peripecias junto a osos, elfos y muñecos de nieve. Tolkien dibujaba las ilustraciones y escribía las cartas a mano simulando la letra de Papá Noel, temblorosa y vacilante por la edad y el frío. Incluso diseñaba y dibujaba los sobres, sellos y matasellos del Polo Norte para simular los envíos, que entregaba a sus hijos a través del cartero, o dejándolas junto a los regalos en la mañana de Navidad.

Lewis Carroll escribió en la Navidad de 1867 el poema Felicitaciones navideñas de un hada a un niño, que posteriormente añadiría a alguna de las ediciones de Alicia en el país de las maravillas. Como le gustaba mucho felicitar las fiestas a los niños, mandaba hojas impresas de este poema. Uno de esos poemas, impresos con la felicitación de Lewis Carroll escrita a mano enviada en 1889 a la hija de unos amigos, Dorothea Winterbotham, fue subastado hace unos años en Christie’s con un asequible precio de salida de 5.000 dólares.

Felicitación navideña de Lewis Carroll a la hija de unos amigos

Felicitación navideña de Lewis Carroll a la hija de unos amigos

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También los amigos y familiares de Sylvia Plath recibieron una tarjeta muy especial en la Navidad de 1960. Contenía su poema Un barco de invierno y significaba su presentación como escritora. Ella misma se ocupó de diseñar el tarjetón con una reserva de espacio en el interior para poner su nombre a mano y personalizar las felicitaciones. Se imprimieron cuatro docenas de ejemplares que ahora son piezas de coleccionista.

En la Librería del Congreso de Estados Unidos se guarda una curiosa felicitación navideña de Edith Wharton dirigida al entonces presidente Roosevelt. La manda desde París y utiliza el telégrafo, pero como en aquel entonces los telegramas en esas fechas se ponían navideños, lo que recibió Roosevelt no fue únicamente una nota telegrafiada felicitando las fiestas donde se alegraba de que se hubiese unido al Comité por la Tuberculosis, un asunto muy importante en 1904, sino que la cuartilla de Western Union le llegó decorada con un encantador paisaje nevado con abetos y hojas de muérdago.

Una inmersión en las recopilaciones de su correspondencia nos permite descubrir que hasta los escritores tenidos por menos sociables, como Kafka o Borges, felicitaban la Navidad:

  • Franz Kafka (24 de diciembre de 1909/ a su hermana Ottla): “Querida Ottla, recibe mis deseos de una buena Navidad. Que puedas descansar y estar en paz.”

  • Virginia Woolf (23 de diciembre de 1919/ a su hermana Vanessa Bell): “Te deseo una muy feliz Navidad, llena de risas y tranquilidad. Pienso en ti en estos días y en lo afortunados que somos de tenernos la una a la otra”.

  • Jane Austen (24 de diciembre de 1798/ a su hermana Cassandra): “Te envío todo mi cariño y mis mejores deseos por Navidad. Que el recuerdo de estos días nos acompañe el resto del año.”

  • Charles Dickens (25 de diciembre de 1843/ a su amigo John Forster): “Que tengas una alegre y feliz Navidad, mi querido Forster. Que el próximo año nos encuentre trabajando juntos con renovado espíritu.”

  • Louise May Alcott (diciembre de 1868/ a sus padres): “Que nuestra Navidad esté llena de amor, sencillez y la bendición de estar juntos.”

  • Mark Twain (25 de diciembre de 1875/ a su hija Susy): “Querida hija, te deseo la más feliz de las Navidades. Ningún regalo puede compararse con la alegría que tú me das.”

  • Fiódor Dostoyevski (25 de diciembre de 1874/ a su esposa Anna Grigorievna): “Mi querida Anya, que esta Navidad nos encuentre unidos y con esperanza. Que Dios te bendiga.”.

  • Carmen Laforet (23 de diciembre de 1951/ a Ramón J. Sender): “Te deseo una Navidad tranquila, y que el nuevo año nos permita escribir con mayor alegría.”

  • Borges (Navidad de 1939 / a Victoria Ocampo): “Querida Victoria: te envío mis deseos de una buena Navidad y de un año nuevo más propicio para todos. Que sigamos trabajando juntos con la misma amistad.”

  • Rainer Maria Rilke (diciembre de 1907/ a su amiga Ilse Erdmann): “Le deseo una Navidad silenciosa y hermosa, donde el alma pueda escuchar lo que el mundo calla.” /
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