De Barcelona a Madrid de Pollock en Pollock

ARTE

Dos exposiciones reúnen pinturas destacadas del artista norteamericano, una ocasión para profundizar en su obra

American abstract expressionist painter Jackson Pollock (1912 - 1956) holds a cigarette above and behind one of his paintings in his studio at 'The Springs,' East Hampton, New York, August 23, 1953. (Photo by Tony Vaccaro/Getty Images)

Jackson Pollock con una de sus pinturas en su estudio de The Springs en 1953 

Getty

Joan Miró visitó en marzo de 1952 la exposición Jackson Pollock, en el Studio Paul Facchetti de París; allí pudo ver, junto a Tristan Tzara, una de las pinturas que acompañan esta página; se trata de Número 14, pintada por Pollock un año antes y que pertenece a sus Black Porings o vertidos negros, todo un sorprendente cambio en su obra, hasta entonces colorista, y que no fue del todo bien recibido. 

Número 14 es una de las dos pinturas de Pollock (1912-1956) que, junto con las de otros artistas como Willem de Kooning, Robert Motherwell o Lee Krasner, se puede ver actualmente en la exposición Miró y los Estados Unidos, en la Fundación Miró de Barcelona. La muestra, comisariada por Marko Daniel, Matthew Gale y Dolors Rodríguez, analiza la influencia bidireccional entre el pintor catalán y muchos de sus colegas norteamericanos, entre ellos Pollock.

Jackson Pollock: 'Eyes in the Heat', 1946Oil and enamel on canvas54 x 43 inches (137.2 x 109.2 cm)The Solomon R. Guggenheim Foundation Peggy Guggenheim

Jackson Pollock: 'Eyes in the Heat', 1946 

The Solomon R. Guggenheim Foundation

BARCELONA. En la Fundació Miró se expone 'Eyes in the heat'. Este cuadro anuncia las pinturas vertidas que Jackson Pollock inició en el invierno de 1946–47, cuando en 1945 ya se había mudado a una casa en Long Island y utilizaba de estudio un granero.

'Número 14', 1951

'Número 14', 1951 

Tate Modern

BARCELONA.  En 1951 Jackson Pollock abandonó el color para iniciar su periodo de ‘Black pourings’ o vertidos negros, un cambio radical que fue poco o mal comprendido por la crítica y los coleccionistas.

En Madrid, Warhol, Pollock y otros espacios americanos, en el museo Thyssen-Bornemisza y comisariada por Estrella de Diego, contrapone la obra de estos dos artistas clave del siglo XX para demostrar que ni Pollock fue siempre un “maestro abstracto” ni Warhol un pintor ocupado únicamente en temas “de masas”. La muestra madrileña presenta doce obras de Pollock, lo que permite observar la evolución del pintor desde sus inicios figurativos hasta su muerte en accidente de coche . Un recorrido por ambas exposiciones proporciona al público el regalo de profundizar en la obra de una figura ya mítica de la pintura.

La visión de las pinturas en blanco y negro de Miró debió marcar al pintor catalán, porque más tarde recordó que le habían “mostrado una dirección que yo quería tomar; pero que hasta entonces se encontraba en un estadio de insatisfacción”, según se explica en el catálogo de la muestra de la Fundació Miró. En el museo Thyssen también se expone una obra de la serie Pinturas negras, que el artista creó entre 1951 y 1953, y que reproducimos en la página siguiente, Marrón y plata I .

Para esta serie, Pollock utilizaba un bote de esmalte negro y lienzos sin preparación; el norteamericano explicó que deseaba volver a la línea negra y al énfasis en el dibujo, que habían definido sus primeras producciones. Otra obra expuesta actualmente en el Thyssen es emblemática de esos primeros momentos.

Primeros y más desconocidos, porque hay un Pollock antes del Pollock archifamoso que llegó a ser rebautizado por la revista Time en 1956 como Jack the Dripper, Jack el salpicador, en un juego de palabras con Jack the Ripper, el infame Jack el destripador, y la técnica del dripping utilizada por el artista estadounidense. 

Antes, hacia 1838-1941, realizó Sin título (Composición de figuras), con lápices de colores y grafito sobre papel; la obra presenta un enjambre de personas entrelazadas utilizando marrones y blancos y se relaciona con la influencia que en aquellos momentos ejercía sobre Pollock el muralismo mexicano y con su interés por el arte indígena norteamericano, pero sobre todo con las sesiones de terapia junguiana a las que se sometía para lidiar con sus problemas de alcoholismo. El dibujo fue donado por la viuda de Pollock, la pintora Lee Krasner, al Metropolitan Art Museum de Nueva York, que lo ha prestado al Thyssen.

'Marrón y plata I', c.1951

'Marrón y plata I', c.1951

Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

MADRID. Tras su consagración en los 40, en 1951 expuso en la galería Betty Parsons de Nueva York sus nuevos trabajos, en los que volvió al dibujo y la línea negra que había definido sus primeras obras. 

'Número 27', 1950

'Número 27', 1950 

Whitney Museum

MADRID. Pollock utilizó su técnica de ‘dripping’ para este 'Número 27'  que el Whitney Museum de Nueva York ha colgado en varias ocasiones en vertical, cuando se considera horizontal, abriendo un debate entre los expertos.

'Fosforescencia', 1947

'Fosforescencia', 1947 

Phillips Academy

MADRID.  Hay que mirar de cerca este 'Fosforescencia' para apreciar su estructura reticular, líneas blancas sobre un fondo gris que es en realidad el brillo nacarado de la plata. El título fue sugerido por la esposa de Pollock, Lee Krasner.

En Madrid encontramos también otra pintura emblemática, en este caso del tránsito de la figuración simbólica a la abstracción gestual. Se trata de Birth, hacia 1941, en el que utiliza una paleta de azules vibrantes para intensificar una escena de aires picassianos y figuras retorcidas pero aún reconocibles.

 En 1945 Lee Krasner y Jackson Pollock contraen matrimonio y se trasladan a The Springs, donde pintó Direction , que fue incluido en la exposición El surrealismo en el arte americano en Marsella en el 2021; en la esquina inferior derecha aparecen invertidas las cifras 4 y 6: el número 46 era considerado “mágico” por Jackson, quien vivió en el número 46 de la calle 8 Este de Nueva York entre las décadas de 1930 y principios de los 40, cuando estaba fuertemente influenciado por el surrealismo y la imaginería junguiana.. Y pagaba 35 dólares de alquiler al mes.

De vuelta a la Fundació Miró, los ojos de Eyes in the heat (1946) parecen vigilar el movimiento inquieto de la mirada del espectador. Pollock ya no aplica la pintura con un pincel, sino que exprime el pigmento directamente del tubo sobre el lienzo, anunciando las pinturas vertidas, en las que fue iniciado por muralista mexicano David Alfaro Siqueiros. 

En The Springs, Long Island, Pollock tiene el espacio para sus drippings, en los que empezó a trabajar en el invierno de 1947-1948: aferrado a un automatismo derivado en gran medida del surrealismo y la posible influencia de la artista ucraniana-estadounidense Janet Sobel, el lienzo se coloca sobre el suelo y desaparecen la paleta, los pinceles... “Prefiero utilizar palos, llanas, cuchillos, salpicaduras de pintura líquida o empastes gruesos con arena, cristales rotos y otros materiales extraños”, afirmaría Pollock entonces.

El Action Painting, el gesto creativo en sí mismo, trasciende las críticas de arte y entra en el imaginario popular. En Madrid Bosque encantado , 1947, ejemplifica las composiciones abstractas maduras del artista. Una ocasión imperdible.

Miró y los Estados Unidos. Fundació Miró. Barcelona. Fmirobcnorg.es. Hasta el 22 de febrero

Warhol, Pollock y otros espacios americanos. Museo Thyssen-Bosnemisza. Madrid. Museothyssen.org. Hasta el 25 de enero

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