Hoy me siento un poco Spotify y les haré un wrapped de los libros de narrativa que he leído con más gusto, que he recomendado en artículos en el diario y hablando con gente que me pedía la opinión (y con otros que no me la pedían), los libros que he citado cuando hablaba de otros libros o de temas que no hi tenían nada que ver. El doctor Joaquim Molas decía que uno de los síntomas de la debilidad de la literatura catalana era que sólo se hablaba de sus autores cuando se les escribía una crítica. No pasaba nunca o casi nunca que hablando de cualquier tema que no tuviera que ver con la cultura catalana o el catalán, alguien escribiera: “como dice Mercè Rodoreda” (o Joan Fuster, o Blai Bonet o Vicent Andrés Estellés o Baltasar Porcel. Excepción: Josep Pla). No es mi caso: la literatura catalana es un referente constante, no sólo cuando escribo críticas. Con esta idea, el algoritmo que tengo en la cabeza ha ido seleccionando y citando para ofrecerles el resultado (wrapped quiere decir envuelto) con papel de regalo y un lacito.
La gran família de Antònia Carré-Pons, Club Editor, es una novela autobiográfica tierna a partir del tema de las dos hermanas que siguen distintos caminos en la vida: una se queda en la tocinería de los padres y la otra vuela del nido, se convierte en medievalista y sigue la existencia un poco irreal de la filología universitaria. El juego de asociaciones entre el trato con la carne en la tienda y la enfermedad de la hermana es muy potente.
Joan Esculies
Barcelona ha generado mucha literatura crítica, tanta que ya cansa un poco. Pero ¿y los pueblos? En Un veí ben estrany, 1984, Joan Esculies describe el ascenso de un alcalde populista. La novela, que está cruzada de ensayo, tiene la delicadez de enfrontar al lector con las paradojas del mundo actual en el que las cosas no son blancas o negras. Todo esto, viniendo de aquel pasado ideal de chalecitos, que iban a cambiar la vida de los pueblos, que en los años sesenta y setenta parecía superada. Para terminar en un mundo de insolidaridad y abandono de los mayores.
Lisa Cohen de Ada Klein Fortuny, L’Altra, viene a cubrir el vacío persistente de buenas novelas de amor (y más ahora con tanta tendencia a la literatura triste, problemática y egocéntrica). Lisa Cohen tiene intensidad, amor-pasión, también conflictos que permiten a la protagonista crecer personalmente y explorar todos los accidentes y contradicciones de querer y que te quieran. Un concentrado de buena literatura con suplemento de vida.
A La guerra dins la guerra, Proa, Carles Casajuana recupera los personajes de Ramón Balaguer y Miquel Rovira, que conocíamos ya de L’últim home que parlava català (2009) y de El melic del món (2013). Esta vez se abroncan literariamente y personalmente a propósito de la guerra y la revolución del 36, que enfocan de manera muy diferente en función de su unionismo o independentismo. El personaje de la chica americana que viene a Barcelona a estudiar el tema le da un toque de película de Woody Allen.
Lolita Bosch
Con Una vida normal, La Campana, Lolita Bosch ofrece un libro-testimonio directo, bien escrito, emocionante, de la guerra del narco que destruye México y que la autora -que ha residido varios años en aquel país y que se siente ligada a él por amistades y complicidades-, ha vivido en primera persona. A raíz de una obra anterior sobre el mismo tema -Campos de amapola antes de esto/Camps abans de tot això -, ha recibido amenazas. Un libro valiente y bueno.
/ La selección va desde la novela de amor, la histórica o con aire de ensayo al testimonio directo
Una noia a la ciutat/Una chica en la ciudad, Anagrama, de Mercè Ibarz revive los años setenta en Barcelona desde la perspectiva de una chica que llega a estudiar desde un pueblo de la Franja: el descubrimiento de la política, la música, el periodismo y la literatura que le permite construir un mundo propio, superar la pérdida y dialogar con los muertos.
Joan B. Peset (1886-1941) fue un médico importante, rector de la Universitat de València en la época republicana. Después de la guerra le denunciaron y acabó fusilado. Es uno de aquellos fusilados simbólicos, como Carrasco Formiguera y Carles Rahola, a los que mataron como venganza y escarmiento. En Ingrata pàtria/Ingrata patria mía, Proa/Destino, Martí Domínguez reconstruye sus últimas horas, en una novela coral que saca a la luz contradicciones ideológicas, nacionales y de clase.
Mercè Ibarz
El mar que brilla i riu de Montse Barderi, Columna, tiene un punto de coincidencia con Lisa Cohen de Ada Klein: los dos hablan de mujeres que se hacen mayores, han caído del burro del amor romántico y buscan una manera de estar bien con si mismas. El símbolo de la novela de Barderi es el mar -lo que ella llama “el mar madur i vell”- aquella extensión de agua plomiza, en una playa abierta del Maresme, con el que la protagonista se identifica. Pero ojo, es el mismo mar que arranca la línea ferroviaria. Y el de los surfistas urbanos aburridos de 265 dies sense onades, el documental de Julie Gómez. Me gusta el estilo, cosido con párrafos cortos, com un patchwork.
Núria Cadenes ha publicado Qui salva una vida, Proa, una novela sobre una red de solidaridad en la Cerdanya, en los años de la Segunda Guerra Mundial, para ayudar a fugitivos del fascismo. La solidaridad por encima de credos e ideologías. El peligro de este tipo de literatura histórico-política es que acabe siendo un género comercial y poco más. La clave es dar con el tono humano, como es el caso.
Siempre apetece leer a Edgar Cantero: escribe unos libros divertidos, con mucha acción, con personajes excéntricos que en Gangsta major, Proa, le permiten retratar el caos de la Catalunya interior. Recupera el personaje del Cegador de Verri, que ya protagonizó la muy recomendable Radio Free Camaco (2024) con una historia sobre el cáliz del Santo Graal, en la que aparecen gángsters, agentes vaticanos, bárbaros conversos y Bibiana Ballbè (antes del pinchado del programa Bestial de TV3).
Toni Sala
Con Escenaris, L’Altra, Toni Sala completa la trilogía que inició con Els nois (2014) y siguió con Persecució (2019). Es una novela trabajada, reflexiva, en la que el Sala narrador y el Sala ensayista crítico de la sociedad catalana forman un escritor de dos cabezas. Con una doble trama: la historia de una estrella de la tele, famoso por haber encarnado el personaje sádico de Malicious y una pareja de personajes marginales, obesos mórbidos, que viven en un mundo sin expectativas.
Ramon Reventós, el amigo de Picasso, Isidre Nonell y Juli Vallmitjana fue un gran escritor de cuentos cortos, humorísticos, críticos. En Un centaure a la Rambla, Medusa, Enric Gomà ofrece una selección que es complementa con dibujos de Alba Feito. La idea ha sido que no fuese una edición filológica y que la gente pueda leer a Ramon Reventós con ojos de hoy. Por ejemplo: la historia extraordinaria del último centauro de Grecia que acaba en el país del noucentismo (que tampoco ama tanto a los clásicos, después de todo) y acaba de picador en la plaza de toros. ¿Qué mejor que leer un clásico? /
