Portugal envía a casa a España antes de llegar a cuartos de final (29-35)

Balonmano | Mundial 

Los 'hispanos', muy tibios, inconsistentes y sin liderazgo, fueron incapaces de imponerse a la selección revelación, todavía invicta

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Daniel Dujshebaev presiona a Joao Gomes 

Stian Lysberg Solum / EFE

Batacazo sin paliativos. España, vigente medalla de bronce mundial y olímpica, se va a casa por la puerta de atrás, antes de poder llegar a cuartos de final del Mundial de Croacia, Noruega y Dinamarca. 

Los renovados hispanos, en fase de construcción, se estrellaron contra Portugal (29-35), que aireó todas las carencias de este grupo todavía verde: la falta de solidez, la ausencia de líderes que guíen al equipo -desaparecidos los Dujshebaev, Casado, Tarrafeta, Pérez de Vargas...-, y la poca continuidad dada a los nuevos valores como los hermanos Cikusa, Ian Barrufet, Carlos Álvarez o Jan Gurri.

No tienen excusa ni la selección ni su técnico, Jordi Ribera: en los momentos de la verdad, España no ha estado al nivel, no ha sido capaz de ganar ni un partido ante selecciones de categoría como Suecia (empate in extremis), Noruega (derrota) y Portugal (derrota). Tenía dos finales para ir a cuartos, y cayó en la primera.

Arranque irregular

España no supo consolidar la renta y el juego de una buena salida (4-2) y sufrió para despegarse de un rival con muy buenas credenciales

Tras la derrota ante Noruega, Jordi Ribera salió de inicio con novedades: con Sergey Hernández en la portería, con una defensa 5:1 con Ian Barrufet de avanzado para cortocircuitar la circulación de Portugal, y con Ferran Solé en el extremo derecho. 

Y no le fue mal la propuesta. España se puso pronto 2 arriba, con el 4-2 de Casado, jugando con velocidad y huyendo del estático, pero pronto se torció el asunto: Barrufet recibía dos exclusiones en menos de dos minutos, y Portugal desplegaba buenos contragolpes para igualar el duelo (6-6, a los 10m). Y llegaba a ponerse por delante con otra contra de Leonel Fernandes (6-7, a los 12m).

El siguiente movimiento táctico de Ribera fue dar entrada en el lateral derecho a Djordje Cikusa (13m) y adelantar en el 5:1 a Dani Fernández, mucho más móvil. Le fue de perlas, porque el extremo de Sabadell interceptó y salió a la contra para devolver el +2 (10-8, a los 16m36s) y forzar el primer tiempo muerto de Paulo Pereira. Los hispanos llegaron a irse de 4 tantos (12-8, m. 19, 13-9, m. 20) jugando rápido y con la aportación progresiva de un Sergey Hernández que se iba entonando (4 paradas, 40%). Eran sus mejores minutos en el torneo.

Sin embargo, España no encontró la solidez ni la continuidad en ese parcial de 4-0 y recibió un parcial de 0-3 que reequilibraba el partido (14-13) y devolvía las dudas. Ribera optó por cambiar el lateral derecho, con la entrada del capitán Alex Dujshebaev, al que situaba también de adelantado por Dani Fernández. Con el empate a 14, el cuarto gol de Salvador Salvador, el técnico catalán se decidió a parar el crono (m. 26) y buscar soluciones tácticas en sus indicaciones. “En defensa hay que volver a encontrar nuestro sitio”, pedía Ribera a los gigantones.

A trompicones, tras encajar dos goles más, los hispanos se aferraron al 5:1 y a su bravura para irse al descanso un gol arriba (16-15) con una colgada de Dani Dujshebaev de campo a campo ejecutada en el aire por Dani Fernández. España tendría que hermanarse de nuevo con la agonía, sufrir y pulir su magia para llevarse los 2 puntos.

Segundo tiempo

España llegó a ganar de tres goles (18-15), pero se quedó 10 minutos sin marcar, encajó  un 0-6 y cayó en barrena

Tras pasar por vestuarios, Alex Dujshebaev dio la razón a Ribera, al interceptar dos acciones y reponer el +3 en dos contras vertiginosas (18-15). A la carrera funcionaba muy bien la selección española; solo le faltaba asentar el juego estático y defender mejor para frenar a Portugal. Lo que no fue fácil. Los lusos, con un juego eléctrico de muy buenas transiciones, reajustaban el marcador con fogonazos como los de Quico Costa o Magalhaes (19-19, a los 36m), que ejecutaban un parcial de 0-3.

España no encontraba la vía para imponer su ritmo ni su juego, ni para contener las acometidas portuguesas. Con el 19-20 de Kiko Costa (37m40s), Ribera tuvo que volver a pedir tiempo para que no se le fuese el partido, y sacar su genio, que tan pocas veces aflora en público. “No podemos perder tantos balones en ataque, y necesito que volváis a defender, cojones”, se empezaba a desesperar el técnico catalán, que ponía en pista a Gonzalo Pérez de Vargas buscando un revulsivo. 

El boquete empezaba a ser alarmante: España fallaba seis ataques seguidos, se quedaba 10 minutos en blanco, el parcial luso subió a 0-6, y la desventaja creció a tres goles (19-22) a falta de 17 minutos. Solo pudo romper la sequía desde los 7 metros a través de Dani Fernández (20-22). Urgía calma, acierto, defensa y paciencia, y un poco de liderazgo en un grupo tan gris y de perfil bajo.

Pasaban los minutos y Portugal se mantenía firme, sostenida por los hermanos Costa (Martín anotaba el 21-24), y España necesitaba un meneo, una sacudida que le devolviese al partido. Ribera no se atrevía a recurrir a la magia de Petar Cikusa, ni a la velocidad y eficacia del extremo Carlos Álvarez, en el banquillo y entraba en los 9 últimos minutos con el agua al cuello (23-26).

La situación pasó a ser crítica con dos goles seguidos a portería vacía por atacar sin portero y precipitarse en ataque, fruto de la desesperación y las urgencias. El 23-28, un -5 a falta de 8m16s, obligaba a Ribera a pedir tiempo y un último esfuerzo. “Son cinco goles, aún estamos a tiempo, 9 minutos”, animaba el técnico de Sarrià de Ter a los hispanos.

Esos últimos 8 minutos fueron un quiero y no puedo. Portugal llegó a irse de 6 goles (24-30), y en tres contras, España clavó un parcial de 0-3 con tantos a la carrera de Ian Barrufet, Ferran Solé y Casado (28-31). Faltaban 3 minutos y medio. ¿Habría milagro?

Paulo Pereira pedía tiempo para evitar el milagro español. Los hispanos defendían al hombre. Recuperó, pero Garciandía fallaba la posibilidad de ponerse a 2 goles. Ahí murió España, desangrada, desesperada y estrellada ante Diogo Marques (12 paradas).

Las reacciones

Dani Fernández: “Los hispanos siempre nos reponemos y sé que volveremos. El espíritu y la garra tiene que seguir ahí para el futuro”

Al término del partido, los hispanos manifestaban su decepción y la incomprensión por cómo se les había escapado la victoria en una segunda parte desastrosa.

Dani Fernández comentaba: “No nos gusta perder a ninguno. La excusa de que somos jóvenes no nos vale. Nos tiene que servir, todo esto que nos ha pasado tiene que valer como experiencia para el futuro, no nos puede volver a pasar lo que nos ha pasado aquí, de dejar escapar dos partidos clave en los últimos 20 minutos después de irlos dominando. Los hispanos siempre nos reponemos y sé que volveremos. El espíritu y la garra de los hispanos tiene que seguir ahí para el futuro, y ojalá vengan muchas alegrías”.

Estábamos haciendo un buen partido, estábamos defendiendo bien, nos vamos 3-4 goles arriba, y de repente tiramos el trabajo bien hecho por la borda en pocos minutos. No sé a qué es debido"

Agustín Casado

Y Agustín Casado añadía: “Lo que nos pasó el otro día nos ha vuelto a pasar hoy y hay que analizarlo. Estábamos haciendo un buen partido, estábamos defendiendo bien, nos vamos 3-4 goles arriba, y de repente tiramos el trabajo bien hecho por la borda en pocos minutos. No sé a qué es debido, pero nos ha pasado factura”.

 

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