En el verano de 2017, cuando aún era futbolista de la Real Sociedad, Iñigo Martínez estuvo muy cerca de ser blaugrana. El entonces técnico del Barça, Ernesto Valverde, le pidió al expresidente Josep Maria Bartomeu su fichaje para reforzar una línea defensiva que contaba con Piqué y Umtiti, pero que tenía como alternativas a los veteranos Javier Mascherano y Thomas Vermaelen. En ese momento, toda Europa sabía que el Barcelona tenía 222 millones de euros en su caja tras la sonada salida de Neymar al PSG. El presidente de la Real Sociedad, Jokin Aperribay, no quiso rebajar los 32 millones de la cláusula de rescisión de Iñigo. El vasco terminó en el Athletic Club.
Seis veranos después, en julio del 2023, Iñigo llegó libre al Barcelona en un contexto muy distinto. No había millones en la caja ni ventas multimillonarias posibles. Además, el vasco aceptó unas condiciones económicas y de inscripción arriesgadas en un Barça empobrecido e inmerso en la política de las famosas palancas. Firmó por dos temporadas. Pero el club solamente pudo inscribirlo un curso. Más allá de su situación, tuvo que enfrentarse a una fascitis plantar. Una lesión complicada que regresa cuando menos lo esperas y cuyo proceso de recuperación depende sobre todo de las sensaciones de quien la padece.
Con todo, el curso pasado apenas disputó 1.622 minutos entre todas las competiciones. Fue titular en 15 partidos. Convivió a la sombra de Araújo, Christensen y también de Pau Cubarsí, que emergió en febrero del 2024.
Flick ha pedido la continuidad del vasco, que renovará por un año más tras la salida de Vitor Roque
En verano, entre los cantos de sirena de Nico Williams y la llegada de Dani Olmo, el central vasco fue inscrito gracias a la baja de larga duración de Araújo. El de Ondárroa no se quejó de la situación esperpéntica que vivía el Barcelona, que se llenaba la boca con posibles fichajes sin haber solucionado su situación. Pero sí que quiso despejar todas las dudas posibles hablando en el campo. Tras finalizar el mes de febrero, el central suma 2.631 minutos. Es decir, 1.000 minutos más que en todo el curso pasado.
En los despachos saben que se ha ganado a pulso una renovación que desea. Por ello, aunque todavía no ha llegado a los objetivos establecidos en su contrato - su renovación automática estaba estipulada si jugaba 46 minutos en el 60 por ciento de los partidos-, Deco ha priorizado pulsar el botón verde de su renovación. Saben que llegará a cumplir tal cláusula.
También Flick ha pedido su continuidad. No lo ha hecho abiertamente porque considera que esa es la tarea de Deco. Pero sí que se ha encargado de trasladar al director deportivo su satisfacción con el vasco elogiando su actitud, su fútbol y su energía. Flick también defiende que su veteranía es capital en un equipo tan joven. Porque a Iñigo en la ciudad deportiva le conocen como el capitán sin brazalete. Estaba muy pendiente de Gavi cuando se lesionó. Conversa mucho del juego con Pedri, con quien repasaron la necesidad de retrasar la defensa cuando el equipo iba ganando al Atlético de Madrid. Ejerce de maestro de Cubarsí. Y se lleva mucho mejor este curso con Lewandowski, con quien tuvo alguna discrepancia el año pasado.
El técnico alemán anunció rotaciones en el once ante la Real Sociedad y podría entrar Ronald Araújo
Por todo, Iñigo Martínez es un líder que renovará por un año más con el espacio salarial que deja en las arcas barcelonistas la salida de Vitor Roque al Palmeiras. Hay voces que insisten en que incluso debería regresar a la selección española. Han existido conversaciones entre el seleccionador Luis de la Fuente y el central azulgrana. De momento, se prioriza la presencia de centrales más jóvenes, un diagnóstico que para nada molesta ni irrita a Iñigo Martínez, que cumplirá 34 años en mayo y que disfruta en su tiempo libre de su familia. De hecho, el miércoles no entrenó por el nacimiento de su tercer hijo.
Así celebró Iñigo Martínez el tercer tanto azulgrana ante el Atlético de Madrid
“Tenemos centrales de mucho nivel”, recordaba ayer Flick, refiriéndose al vasco, a Cubarsí, a Araújo y a Eric Garcia. “Estoy feliz. Porque lo que necesitamos es que haya cuatro jugadores en esa posición”, insistió el alemán que, ante la dureza del calendario, hará rotaciones hoy ante la Real Sociedad. Una de las opciones es que Araújo vuelva al once. “Ha tenido una lesión que le mantuvo fuera casi cinco meses. Pero es un líder que está trabajando mucho”, dijo Flick del uruguayo, que podría sustituir hoy a Cubarsí, el único de los cuatro centrales que supera la barrera de los 3.000 minutos.
Flick recae una vez más
Tres días después de recibir el alta médica, Andreas Christensen ha recaído de su lesión en el sóleo de la pierna derecha. El central no pudo terminar el último entrenamiento del Barcelona antes de recibir a la Real Sociedad. “Esperemos que no sea demasiado grave”, dijo Hansi Flick, que reveló la dolencia del danés en la sala de prensa. Christensen está atravesando un momento complicado. En esta temporada, solo ha jugado 26 minutos. Fue en el primer partido de Liga, en agosto, contra el Valencia, en Mestalla. Posteriormente, sufrió una tendinopatía en el talón de Aquiles izquierdo que le obligó a pasar por el quirófano. Estuvo 149 días de baja perdiéndose 28 partidos. Cuando empezaba a entrenar al ritmo de sus compañeros, unas molestias en el sóleo de la pierna derecha le volvieron a apartar otros 34 días. La misma lesión ha vuelto a reaparecer. Los servicios médicos del club estiman que su baja será de cuatro semanas.



