Es un proyecto muy embrionario. No se conocen detalles más allá de la pretensión de poner en marcha en Europa una nueva competición bajo los auspicios de la NBA, en colaboración con la FIBA. No se saben ni las fechas de su puesta en marcha, ni los equipos participantes ni el sistema de competición pero los grandes clubs europeos saben que cuando la liga estadounidense traza un plan suele hacerlo en serio. Ya apadrinan una liga en Australia y otra en África y pretenden hacer algo similar en Europa, como anunció el comisionado de la NBA, Adam Silver, el jueves en Nueva York. ¿Estará el Barça en esta nueva competición?
Afirmarlo o negarlo ahora es imposible. Pero lo cierto es que el conjunto barcelonista está dispuesto a escuchar esta propuesta de la NBA y cualquiera que sirva “para incrementar el nivel de juego y el negocio del baloncesto” en Europa, siempre que se respeten sus valores tradicionales. De hecho, el conjunto barcelonista, como uno de los equipos fundadores de la Euroliga, tiene la promesa de la NBA de que vendrán a explicarle en persona “las líneas maestras” del plan de la liga norteamericana.
El club blaugrana, como el Madrid, termina su vinculación actual con la Euroliga en el 2026
El Barça, por lo tanto, se encuentra a la expectativa de que en los próximos meses le trasladen información al respecto. En la misma situación se encuentran los otros equipos españoles de la Euroliga, el Real Madrid y el Baskonia, y también un grande como el Fenerbahçe. Ninguno de ellos ha firmado el acuerdo de extensión del contrato con la Euroliga hasta el 2040, una prolongación con la que en verano la actual máxima competición continental quiso blindarse ante lo que se veía venir. Pero el Barça, el Real Madrid, el Baskonia y el Fenerbahçe terminan su vinculación actual con la Euroliga en 2026, justo cuando se especula que podría ponerse en marcha la nueva competición.
Esta maniobra de mantenerse a la espera permite a los equipos tener las manos libres para tirar por una banda o por la otra en función de las propuestas que se le hagan y de los beneficios económicos que pudieran obtener. A nadie se le escapa que son equipos con gran tradición en el baloncesto europeo y que serían apetecibles para el proyecto de la NBA, del mismo modo que su salida de la Euroliga la dejaría debilitada, sobre todo si otros poderosos, como el Olympiacos, también se sumaran a la causa. De todos modos, desde el club blaugrana se confía en que a medio plazo se llegue a una entente entre NBA, Euroliga y FIBA por el bien del baloncesto europeo. Para que no suceda como hace 25 años cuando se produjo la ruptura entre la Euroliga y la FIBA y durante un tiempo cohabitaron dos máximas competiciones en el continente. “Eso es algo que no tendría ningún sentido y que habría que intentar evitar”, insisten fuentes del club barcelonista.
El Barça tiene la promesa de la NBA de que vendrán a explicarle en persona los detalles del plan
Este anuncio de desembarco futuro de la NBA llega tras meses de muchas negociaciones en los pasillos (y las que vendrán), con la Euroliga intentando hacerse más fuerte a nivel económico. Este organismo renovó recientemente el contrato de patrocinio con IMG, que estaba en vigor desde 2016, hasta 2036, una entente que parecía interpretarse como un compromiso de los clubs para permanecer unidos. La firma hizo crecer las arcas de la Euroliga, antes de anunciarse el 28 de enero un pacto rompedor: el de que Abu Dabi pagará 25 millones de dólares por albergar del 23 al 25 de mayo la final four de la Euroliga. Esta fue una decisión ante la que votaron en contra Madrid y Olympiacos.
La NBA y la Euroliga han venido hablando de manera fluida, con conversaciones que se intensificaron en los Juegos Olímpicos de París, pero las posiciones económicas se encuentran muy alejadas en la actualidad. Ante estas discrepancias apareció la FIBA y se ha marcado un tanto al convertirse en el paraguas de la NBA en Europa. Todo está por construir pero lo que era una amenaza latente para la Euroliga ya se ha dibujado de manera pública. Se presentan meses convulsos, aunque este viernes el CEO de la Euroliga, Paulius Motiejunas, se mostrara conciliador. En una entrevista a L’Équipe aseguró: “No pienso que esto haya sido una declaración de guerra. Estamos dispuestos a negociar. Lo bueno es que todo el mundo está viendo que el baloncesto europeo tiene un potencial sin precedentes”.
