Plantarse en la novena final de la Copa de Europa de su historia y poner vista para sentencia la que sería su Liga número 28. Eso es lo que se juega en esta semana soñada el Barça. Mañana en Milán y el domingo ante el Madrid en Montjuïc el conjunto barcelonista tiene en sus manos hornear sus opciones de triplete y continuar con esta campaña de cuento de hadas.
No será fácil ni en el Meazza ni en el Olímpic. En Milán esperan al Barcelona con una mezcla de máximo respeto y admiración pero también con la convicción de que pueden eliminar a los blaugrana. Los ultras interistas, que llevan un tiempo de uñas con el club y que como protesta no están animando en los partidos hasta el minuto 20, han anunciado que para esta vez aparcan las diferencias con la entidad y se dejarán la garganta desde el pitido inicial. Rugirá el viejo estadio milanés para intentar desnortar al Barça. Los azulgrana viajarán este lunes con toda la ilusión y con futbolistas frescos, dentro de lo que cabe a estas alturas de temporada, tras los descansos aplicados por Flick en Zorrilla. Lo que es seguro es que será un equipo con la mentalidad ganadora que da el tener ya en las vitrinas la Supercopa y la Copa y con el recuerdo presente de que este grupo nunca da su brazo a torcer. Ha vencido en el Bernabéu, en el Metropolitano, en Lisboa dos veces o en Dortmund, estadios todos de máxima exigencia para los visitantes. Tampoco se amedrenta el Barcelona cuando va por detrás en el marcador pues ya ha levantado ocho partidos esta temporada. Hasta el final sus aficionados saben que pueden confiar en el equipo de Flick, que les está haciendo disfrutar de lo lindo y que, sobre todo, está transmitiendo pasión y emoción partido a partido.
Lewandowski se entrena con el grupo y estará disponible en Milán mientras Balde lo tiene muy crudo
Para la final antes de la final, como calificó el técnico blaugrana el encuentro de Milán, el Barcelona recuperará a Robert Lewandowski, ni que sea para estar en el banquillo y echar una mano si hace falta. El polaco fue el primero en ingresar al césped de la Ciutat Esportiva este domingo, en compañía del técnico alemán. El delantero no juega desde que se lesionó contra el Celta el 19 de abril en el muslo derecho. Desde entonces se ha perdido cuatro partidos, que se han saldado con tres triunfos del Barça y un empate (el de la ida ante el Inter). Ya dijo Flick en los últimos días que Lewandowski estaba progresando mejor de lo esperado, aunque lo normal es que parta desde el banquillo. El hecho de que Ferran Torres no jugara ni un minuto en el Nuevo Zorrilla abona la teoría de que el valenciano será el punta titular en el Meazza.
Peor pinta el panorama para Alejandro Balde, que se recupera de la lesión distal en el bíceps femoral de la pierna izquierda sufrida ante el Leganés el 12 de abril. El lateral no se incorporó todavía este domingo al trabajo de grupo. En su caso y más teniendo en cuenta que es un jugador explosivo el riesgo de recaída es mayor y el cuerpo técnico quiere ir con pies de plomo. Pase lo que pase en Milán la temporada no habrá acabado aún ni mucho menos para el Barcelona. En este sentido es más plausible que Balde intente llegar al clásico del domingo que forzar la máquina más de la cuenta para alinearse en Milán.
El Barça llega al clásico contra el Madrid con cuatro puntos de renta y todo lo que no sea perder le beneficia
Todo apunta pues a que Flick deberá elegir entre una de las siguientes opciones para el lateral izquierdo. O seguir apostando por Gerard Martín o colocar allá a Iñigo Martínez. En la final de Copa y en Montjuïc frente al Inter empezó con el primero y terminó con el segundo. Continuar con Gerard permitiría a Flick mantener a su pareja clásica de centrales (Cubarsí-Iñigo Martínez) y decantarse por el vasco haría entrar en el once como central a Ronald Araújo. El uruguayo, en un partido de pierna fuerte y cuerpo a cuerpo, siempre es un futbolista que tener en cuenta. También hay que recordar que Dumfries le provocó muchos problemas a Gerard Martín y que Iñigo le contuvo mucho mejor en la segunda mitad.
Tras este partido de primera magnitud llegará el cuarto clásico de la temporada. En los tres anteriores, tres victorias del Barcelona. El equipo blaugrana conserva cuatro puntos de renta sobre el Madrid. Un nuevo triunfo ante los blancos le distanciaría a siete más el goal average , con nueve puntos por jugar. O sea sería casi ponerle el lazo al campeonato. Todo lo que no sea perder el próximo domingo será beneficioso para el Barça, pues se mantendría con el mismo colchón. En cambio, un triunfo blanco haría elevar la temperatura de la Liga, con el Barça teniendo como rivales después al Espanyol (Cornellà), el Villarreal y el Athletic (San Mamés). Qué semana.
