Algún dios de la mitología celta debe estar retorciéndose de risa con la maldición que dejó caer sobre Silverstone: nadie, absolutamente ningún piloto que ha ganado en la pista inglesa desde el 2013 (Jorge Lorenzo) ha sido capaz de repetir victoria. Siguiendo ese caprichoso destino, Marco Bezzecchi, con su Aprilia, inesperadamente se erigió en ganador del GP de Gran Bretaña: el 11.º ganador diferente en los últimos 11 años. Y el 5.º ganador diferente en las últimas cinco carreras de MotoGP.
La victoria del italiano -que Aprilia aprovechó para decirle a Jorge Martín que él también podría ganar con la moto de Noale (“Este es un mensaje para Jorge. Tenemos una moto que puede ganar”, dijo Massimo Rivola)- fue un mal menor para un Marc Márquez que se ganó el podio con un duelo final vibrante con Franco Morbidelli. El 93 sigue al frente del Mundial, con más ventaja todavía sobre su hermano Àlex (5.º) y sobre un desdichado Pecco Bagnaia (caída).
”Hoy he tenido suerte, he cometido un error en la primera carrera, tengo que dar las gracias. He salvado los muebles”, admitía Marc Márquez.
Salida accidentada
Àlex Márquez se caía en la primera frenada, Marc en la segunda vuelta y aparecía bandera roja por aceite en la pista
Todas las miradas se dirigían a Àlex Márquez en la parrilla; el 73 era el favorito para todos los rivales, viendo su fortaleza en los ensayos y en la Sprint del sábado que ganó por primera vez este año superando a su hermano Marc. Pero el guion de un triunfo de Àlex explosionó de buen inicio. Salió como un relámpago, superó al poleman Quartararo, pero al frenar en la primera curva su Ducati Gresini deslizó, neumáticos demasiado fríos, y sus esperanzas se esparcieron por el asfalto. Adiós a la carrera y al triunfo. Tomó el mando Marc, para honrar a su hermano y buscar la victoria.
En solo una vuelta, el 93 se distanció 7 décimas de Quartararo y Bagnaia, segundo y tercero. Fermín Aldeguer, el novato murciano que aspiraba a ser el ganador más joven de la historia, era cuarto.
Pero volvió a sacudirse la carrera de forma abrupta. En la segunda vuelta, Marc Márquez se iba al suelo al resbalar su Ducati roja entrando en la curva. Dirección de carrera decretó bandera roja por aceite en la pista, la causa probable de la caída del pluricampeón.
Tenían una segunda oportunidad los que se habían caído, Àlex, Morbidelli, Aleix Espargaró y Marc, ya que al no haberse completado tres vueltas se volvía a la parrilla original para reanudar la carrera, a 19 vueltas. Podrían salir todos los 22 pilotos desde sus posiciones de clasificación.
Segunda oportunidad
Quartararo, con gomas blandas, se fugó hacia la victoria en unas primeras vueltas diabólicas
La segunda salida fue muy reñida, con Bagnaia como protagonista al sorprender desde el tercer puesto para situarse líder provisional en la primera curva. Pero Quartararo reaccionó y recuperó la posición, mientras Marc superaba a su hermano Àlex, tercero y cuarto, respectivamente. Àlex, con cautela, sin arriesgar, se veía superado incluso por Miller y Zarco y caía al 6.º puesto. Marc también era rebasado por un Miller impetuoso, confiado en un buen agarre de su Yamaha. El australiano, enchufadísimo, se situaba segundo al superar a Bagnaia.
Sorprendentemente, dos Yamaha comandaban la carrera, con Quartararo acumulando 2,6s sobre su vecino Miller. Zarco era tercero, por delante de Marc y Bagnaia, en la tercera vuelta.
La sorpresa se hacía mayor al ver a las dos Ducati rojas oficiales salirse de pista a la vez, y bajar Márquez al 9.º puesto y Bagnaia al 10.º en la vuelta 3. El colmo de males fue la caída del italiano un giro después, al pasar por la curva 7, donde en el warm-up matinal casi se cae.
En las cuatro primeras posiciones -los dos Yamaha, Bezzecchi y Zarco- comandaban los pilotos que habían escogido el neumático blando delantero. La mayor adherencia fue crucial para que se distanciaran de Àlex Márquez (5.º), Morbidelli, Mir, Marini y Marc Márquez (9.º). Las Ducati sufrían...
La remontada
A partir de la octava vuelta, con más adherencia, Marc Márquez emprendió la escalada desde el 9.º puesto
Conforme los neumáticos fueron cogiendo temperatura y los pilotos confianza, Marc Márquez emprendió la remontada con paciencia, paso a paso, sin desquiciarse. Superó a las dos Honda HRC, Marini y Mir, para situarse séptimo (v. 8), y un giro después dejaba atrás a su hermano Àlex para escalar al sexto puesto. Luego cayó Miller y se situaba quinto; y luego Morbidelli, y ya era cuarto (v. 11/19).
La siguiente estación, el tercer puesto, el podio, en posesión de Zarco, lo tenía a 3 segundos. Y a Quartararo, el líder, a 9 segundos, con 8 vueltas todavía por delante. ¿Lo podría alcanzar?
Cambio de liderato
En la vuelta 12, Quartararo rompía la Yamaha y Bezzecchi heredaba el liderato
Nuevo golpe de teatro en la vuelta 12/19. La Yamaha de Quartararo dijo basta, se le rompió el sistema de altura del sillín (rear device) y el francés tuvo que retirarse y regalar el liderato. Lloraba desesperado, son consuelo, el Diablo, que veía evaporarse su gran oportunidad. Heredó el mando de la carrera Marco Bezzecchi con su Aprilia. Automáticamente, Zarco era segundo y Marc Márquez ya estaba en el podio, a falta de seis vueltas.
A falta de 5 vueltas, Bezzecchi acumulaba 3,5s sobre Zarco, y el francés de Honda distanciaba a 1,7s a Marc Márquez, que tenía a Morbidelli, cuarto, muy cerca, a 6 décimas. Àlex era 6.º, peleándose con Miller, al que superaba a falta de tres giros.
A falta de 2 giros, sufría Johann Zarco para mantenerse de pie sobre su Honda LCR con los neumáticos destrozados. Tenía a Marc a solo 1,2s.
Pero la amenaza para el catalán llegaba por detrás. Morbidelli llegaba a superarlo en la última vuelta, lo sacaba del podio con un adelantamiento muy zorro, pero Marc se lo devolvió por dos veces en una final de carrera de locura, una pelea a tumba abierta. El 93 se acabó llevando el podio y manteniendo el liderato.