Marc Márquez ha empezado a preparar el rodillo rojo que todos se temen este sábado en la Sprint y el domingo en la carrera larga en el Motorland de Alcañiz. El líder del Mundial de MotoGP aplastó en las dos sesiones del viernes con una facilidad y una superioridad insultantes. Solo su hermano Àlex fue capaz de acercársele un poco, a 2 décimas, al final de la Practice de la tarde.
El festival Márquez parece inevitable en el fin de semana del GP de Aragón, la octava cita del calendario.
Hubo dos decepciones en el viernes de Alcañiz: Fabio Quartararo, que estaba en estado de gracia con su Yamaha después de tres poles seguidas (como no vivía desde el 2019), tendrá que pasar por la repesca por su mediocre 18.º puesto. Y Pecco Bagnaia sigue sin levantar cabeza. El italiano tuvo que sufrir para meterse entre los 10 más rápidos, 9.º, a casi 8 décimas de Marc Márquez.
El 93 dejó claras sus intenciones ya de entrada, en una sesión matinal (FP1) en la que evidenció una superioridad insultante con todos sus rivales. Dejó a su hermano Àlex, segundo, a 970 milésimas, a Bezzecchi, tercero, a 1s021... y a Bagnaia, 10.º, su vecino de box y gran contrincante por el título, a un segundo y medio.
En la sesión de tarde, la Practice, la que vale para seleccionar a los 10 pilotos que pasan a la Q2 que se jugarán la pole, Marc prosiguió con su dominio. Llegó a meter a sus principales oponentes más de un segundo, pero en los últimos minutos, sin necesidad de arriesgar, se metió en el garaje. Àlex logró acercarse a 2 décimas, Viñales (KTM) a medio segundo, con el mismo crono que la Honda de Joan Mir, cuarto, Acosta era quinto a 6 décimas... Y Bagnaia sufría para mantenerse en el top 10, a 788 milésimasa de Marc, después de haber estado a 1,2 segundos.
