Lando Norris por fin tuvo una victoria solvente y convincente, manteniendo a raya a su vecino y rival, Oscar Piastri, que sometió a un acoso agobiante al inglés. El triunfo en Austria, el tercero del año, acerca a Lando a 15 puntos del liderato del australiano, que demostró una vez más su solidez y calidad de campeón en potencia.
Cerró el podio Charles Leclerc (Ferrari), que nunca pudo acercarse a la batalla particular que mantuvieron los McLaren. Gabriel Bortoleto (Sauber) sumó sus primeros puntos, 8.º, en su 11.ª carrera.
Fernando Alonso, con una carrera muy sólida, fue séptimo (había salido 11.º) y Carlos Sainz tuvo un día aciago...
Salida abortada por Sainz
El Williams se quedó parado en la parrilla y luego se incendió, por lo que Sainz no pudo tomar la salida
Empezaba mal la carrera para Carlos Sainz, que se quedó atascado en la parrilla en primera velocidad cuando iba a iniciar la vuelta de formación. De modo que los comisarios de carrera tuvieron que retrasar el arranque. Tendría que salir el madrileño del pit-lane, el último de los 20 pilotos. Pero el coche se incendió y Sainz se quedó sin poder correr.
En el segundo intento, las cosas no fueron más normales. La salida fue reñida, con Norris dominando desde la pole y Piastri asaltando la segunda posición de Leclerc, que claudicó en la primera curva ante el McLaren. Russell cedía el tercero ante Hamilton, y por detrás se lió gorda con Antonelli llevándose por delante de Verstappen.
El joven italiano, con el Mercedes descontrolado en la frenada de la primera curva, se comió de lleno al neerlandés, que en ese instante trazaba el ángulo. Los dos acabaron ahí su carrera.
Duelo papaya intenso
Piastri se atrevió a adelantar a Norris en la vuelta 11, pero solo estuvo una curva al frente
Se relanzó la carrera en la vuelta 4 (de las 70) con los dos McLaren al frente, seguidos de los dos Ferrari. El duelo prometido era el de los dos vecinos papaya, Norris contra Piastri. El australiano empezó pronto a atosigar al inglés. En la sexta vuelta le enseñó el morro, y en la undécima se atrevió a adelantar en la curva 3 a Lando, que recuperó el mando por coraje en la 4. Le duró poco la aventura al líder, pero ya había mostrado sus cartas.
Andrea Stella, el jefe de McLaren, se comía las uñas ante un nuevo episodio de rivalidad entre sus chicos, que ya se metieron en un lío en el anterior GP de Canadá.
Estuvieron a punto de tocarse los dos coches papaya en la vuelta 20, Piastri casi embiste a su compañero, dejó los neumáticos planos para evitar el choque, y McLaren optó por separarlos haciendo parar a Norris. Piastri tomaba el liderato virtual y paraba en la 25. Cuando se reencontraban ambos en pista (v. 27), el inglés tenía un cojín más cómodo de 6,4 segundos; había salido ganando Norris de la operación. Pero Piastri tenía un neumático cuatro vueltas más joven.
El duelo por la victoria
Norris mantuvo a raya a Piastri, que se fue acercado peligrosamente con mejor ritmo
El duelo de los dos McLaren se había enfriado –para sosiego de los jefes de Woking- y se medía en el cronómetro. La distancia se reducía a favor de un Piastri con mejor ritmo, que recortaba un segundo y se acercaba a 5,5s superado el ecuador de la carrera (v. 36/70). Y seguía acercándose conforme caían las vueltas, a 4,3s en la 40, a 3,0s en la 42... Volvían a inquietarse en el muro papaya. Se avecinaba otra batalla...
“Nuestro objetivo es que Oscar no nos coja el DRS”, decía el ingeniero de pista de Norris, que a partir de la vuelta 44-45 empezó a recuperar tiempo sobre su vecino-rival hasta los 4 segundos.
Salvó el inglés el segundo pit-stop (v. 53) manteniendo una distancia de 4,3s sobre Piastri, que tenía por delante 15 giros para intentar la caza de su compañero.
A base de mejores vueltas rápidas de carrera, el australiano se acercó progresivamente. Volaba sobre la pista austríaca pulverizando los récords en cada sector. A falta de 10 giros estaba a solo 2 segundos, mientras Norris se iba encontrando con doblados.
Piastri llegó a aproximarse a 1,6 segundos (v. 62/70), le metió el miedo en el cuerpo a Norris, que descontaba las vueltas con agonía; un sufrimiento para el inglés viendo cómo avanzaba el coche 81 del aussie.
En la última vuelta, con Bortoleto de testigo como doblado, Piastri llegó a acercarse a un segundo, pero no peligró el triunfo de Norris, el más fuerte todo el fin de semana.