“Estamos atrapados, entre la espada y la pared”. La aventura de Jorge Martín con Aprilia ha pasado en menos de un año de ser una prometedora unión a un divorcio enquistado. Tal es así que al piloto madrileño, campeón vigente de MotoGP, se le plantean dos únicas salidas para desencallar su futuro: o recurrir a la justicia (o algún organismo mediador) para que lo libere del contrato, o acatar y cumplir los dos años firmados con el equipo de Noale.
Un infortunado inicio de era
Jorge se lesionó dos veces en pretemporada, se perdió el debut de Tailandia y volvió a romperse en su debut en Qatar; entonces se replanteó su futuro
El 3 de junio del 2024, tras saberse que Marc Márquez vestiría de rojo oficial Ducati, el mánager de Martín se movía rápido y Aprilia y el piloto anunciaban que unían sus caminos por dos temporadas (2025-26). Un año después, a penas sin correr con la moto italiana, el divorcio está servido.
A pesar de que Jorge cantaba las excelencias de su nueva casa (“Ya siento que es mi familia, mataría por ellos, nunca sentí eso en mi vida en otras marcas con las que corrí”, decía en su presentación en enero en Milán), la doble lesión que sufrió, primero en los tests de Sepang (el 5 de febrero, doble fractura en la mano derecha y el pie izquierdo) y luego en un entrenamiento privado (el 19 de febrero, en el circuito de karts de Menàrguens: triple fractura en la mano izquierda) le hacían entrar con mal pie en el proyecto de Aprilia. Ni pudo probar la moto ni estar en el estreno del Mundial en Tailandia, ni en Argentina y Austin. Debutó en Qatar, la cuarta carrera, con el infortunio de caerse y destrozarse otra vez: fracturas en la mano izquierda y un neumotórax con once costillas rotas.
Fue en el hospital de Qatar, donde se pasó ingresado una semana, cuando Martín empezó a cuestionarse su continuidad en Aprilia. Había perdido la confianza en la moto. El 29 de mayo publicó un comunicado en el que anunciaba su intención de “liberarse del contrato para el 2026”, es decir, pretendía cumplir solo el primer año, acogiéndose a una cláusula de escape que había metido su mánager en el contrato, según la cual, si completadas las seis primeras carreras no estaba en las primeras posiciones de la clasificación, podría quedar liberado del segundo año.
La postura de Aprilia fue tajante: “El contrato entre Aprilia Racing y Jorge Martín es válido y vigente, y como tal debe ser respetado hasta su vencimiento por ambas partes”. La firma italiana entiende que la cláusula no es aplicable en cuanto el piloto madrileño solo ha podido disputar una de las seis carreras (la de Qatar), a causa de las lesiones por sus caídas.
Estira y afloja
Martín quiere irse acogiéndose a una clásula, Aprilia se remite al cumplimiento del contrato y Dorna solo acepta mutuo acuerdo o decisión judicial
Empezó entonces un estira y afloja en el que las partes se han enrocado, y en el que tenía que intervenir Dorna, el gestor del Mundial de MotoGP. En Assen, el fin de semana pasado, Carmelo Ezpeleta, fue claro: “Los contratos son para cumplirlos o, como mucho, para terminarlos siempre de mutuo acuerdo. No podemos aceptar la inscripción en el Mundial de ningún piloto que no sea libre, bien sea por decisión de un juez o por haber llegado a un acuerdo con la otra parte. Aprilia dice que tiene un contrato en vigor con Martín, mientras que su representante, Valera, afirma que es libre. Para que nosotros lo aceptemos, las dos partes tienen que llegar a un acuerdo, o que un juez decida sobre el caso”, señaló Ezpeleta.
El mánager del piloto, Albert Valera, insistía en La Catedral: “Jorge está libre de contrato para el 2026. Simplemente estamos siguiendo lo que está firmado, ha ejecutado una cláusula que tenía”.
El movimiento del representante tenía toda la intención: hacer público que Martín sería libre en el 2026 para llevar a Honda a firmar un contrato, y de este modo tener más fuerza para sentarse a negociar con Aprilia una salida anticipada del equipo.
Y Aprilia, a través de Massimo Rivola, replicaba también desde Assen el domingo: “El piloto no es libre, no puede ir a ningún lado. Sólo hay dos opciones: o llegamos a un acuerdo, o ir a los tribunales”.
Dos posibles vías
O resuelve un tribunal a tiempo, o Jorge tendrá que cumplir su contrato íntegro; no habrá 'espantá' del madrileño
Ante esta tesitura, a Martín solo le quedan dos vías para desencallar su situación: o acudir a la justicia ordinaria (el tribunal de Milán es el competente, según dispuso Aprilia en el contrato), lo que implica una dilatación del conflicto porque el proceso judicial conllevaría unos plazos más largos que la duración del propio contrato; o bien, quedarse en Aprilia los dos años y quedar libre en el 2027 y entonces poder fichar por Honda (que se ha interesado por el piloto)... o por quien le interese.
No contempla Martín, en ningún caso, una espantá, dejando el equipo, como en el pasado hizo algún piloto rompiendo unilateralmente su relación. Le perjudicaría.
Entre tanto, el mánager del piloto ha solicitado a Aprilia poder reexaminar la cláusula que en su día introdujo en el contrato: plantea que desde que vuelva a correr tras la lesión pueda comprobar su competitividad con los resultados de seis carreras, y entonces decidir. Aprilia se niega en redondo y se remite al cumplimiento íntegro del contrato.
También solicita el mánager de Martín poder recurrir a un tribunal o un mecanismo de arbitraje más rápido que la justicia ordinaria, como sería el TAS (al que se niega a ir Aprilia) o una especie de Junta de Reconocimiento de Contratos (CRB) como existe en la F-1 (fue el órgano que resolvió el conflicto entre McLaren y Alpine por Oscar Piastri).