En 1993, las atletas chinas dirigidas de forma sospechosa por el técnico Ma Junren entraban en los libros de los récords del mediofondo y el fondo. Después se abría un páramo que se ha trocado en un paraíso en los últimos diez años. Es el tiempo de las mujeres en el atletismo. Desde el 2015 hasta ahora las féminas han batido en doce ocasiones el récord del mundo si se suman las distancias del 1.500 (cuatro veces), el 5.000 (otras cuatro) y el 10.000 (cuatro más). En este mismo tiempo y en estas mismas distancias, el balance en categoría masculina es de solo dos, una en el 5.000 y otra en el 10.000. Ambos récords, conseguidos por el ugandés Joshua Cheptegei en 2020. En el 1.500 permanece intocable el registro del gran Hicham El Guerrouj de 1998 (3m26s00).
Se puede hablar de las zapatillas mágicas , de las mejoras nutricionales, de la ayuda de las luces en los grandes mítines para tener un mayor patrón de los ritmos que batir. Y todo eso sería verdad. Pero todo eso existe tanto para los hombres como para las mujeres.
Las féminas han batido los récords de 1.500, 5.000 y 10.000 en doce ocasiones en diez años; los hombres, en dos
En los últimos años numerosos estudios han versado sobre la capacidad de resistencia femenina, mayor porcentualmente que la masculina, y de un mayor aprovechamiento de sus recursos, con un correr más ahorrativo e inteligente, sobre todo en distancias extremas, como el maratón o el campo de la ultrarresistencia. De nuevo, todo eso es verdad.
Pero lo más importante es la incorporación plena de la mujer a la profesionalización en el atletismo, por lo que hace a las grandes estrellas. Y también la coincidencia de atletas de enorme calidad.
Ahí están los casos de las kenianas Beatrice Chebet (25 años) y Faith Kipyegon (31), que el sábado en el mitin de la Diamond League en Eugene pulverizaron los registros mundiales de los 5.000 y los 1.500 metros respectivamente. Chebet se convirtió en la primera mujer en bajar de los 14 minutos (13m58s06) tras erigirse en 2024 en la primera en bajar de los 29 en los 10.000 (28m54s14). Kipyegon batió por tercera vez su marca mundial de 1.500 (3m48s68). Ambas son amigas y compañeras de entrenamiento. “Le dije a Beatrice que tenemos que creer en nosotras, estoy impresionado por su carrera de 5.000. La una nos motivamos con la otra y hemos enseñado al resto de mujeres que todo es posible”, dice Kipyegon. Venía de París, donde participó en el experimento de Nike para intentar que bajara de los cuatro minutos en la milla. No lo logró pero esa preparación le sirvió el sábado. “Ya dije en Francia que me veía capaz de conseguir de nuevo el récord del mundo de 1.500. Así que no me sorprendí”, afirma Kipyegon. No tienen límites.