Hansi Flick no engaña. Su trato con los demás un año después de su llegada a Barcelona no ha cambiado. Mantiene su buen color (producto del verano en Formentera), su talante optimista y su ambición. Pero también tiene las ideas claras y no se casa con nadie. Cariño y firmeza a partas iguales para que el rumbo de la nave barcelonista siga por los mismos derroteros que la pasada campaña.
El verano anterior tuvo un gesto de cordialidad con los periodistas. Acababa de llegar y se presentó a la prensa haciendo un pequeño aparte con los medios antes de un entrenamiento en abierto. Este jueves hizo lo mismo. Se trataba de la primera sesión parcialmente no cerrada, en el cuarto día de pretemporada, y el técnico alemán se acercó a saludar a los informadores.
El éxito de lograr tres títulos con el Barcelona no se le ha subido a la cabeza, al menos aparentemente. Conserva los pies en el suelo y viene trazando sus líneas maestras con el club. No se desespera el técnico alemán con los problemas del Barça para intentar normalizar su situación en el terreno del fair play financiero. Qué remedio. Le toca tener paciencia para ver inscritos a Joan Garcia y a Szczesny y para que la dirección deportiva fiche al extremo que podía haber sido Nico Williams y no fue.
El alemán se mantiene en sintonía con Deco y está muy satisfecho con los canteranos
Pero antes de entrar Flick está más ocupado en la operación salida. No es que él esté negociando con los jugadores con los que no cuenta pero es consciente de que dispone de demasiados elementos. Esta semana tiene a sus órdenes a 35 futbolistas, aunque Ter Stegen continúa en el gimnasio por sus recurrentes problemas en la espalda, de la que ya se operó en diciembre del 2023. No quiere Flick ese pelotón tan amplio y desea realizar una primera criba que deje la plantilla en 26 hombres. Al menos para la gira que emprenderá la próxima semana el equipo por tierras de Japón y Corea del Sur.
Flick se encuentra satisfecho con lo que ve en los primeros días de trabajo y observa orgulloso como los mimbres de La Masia que suben a trabajar con los mayores tienen ese sello de calidad que es marca de la casa. Pero le sobran ahora futbolistas, especialmente en el centro del campo, entre los que estaban, los canteranos y el retorno de un Oriol Romeu que se encuentra esperando destino porque Flick no cuenta con él. Aunque se marchó Pablo Torre hay aún overbooking en la medular.
En este sentido y en otros casos el entrenador confía en la capacidad del club de ir soltando lastre en un mercado que para el Barça tiene pinta de estar abierto hasta última hora, más que nada por las inscripciones y por las bajas. No tiene Flick ninguna queja de la labor de Deco, con el que sigue manteniendo una excelente sintonía.
El técnico valora el fichaje de Joan Garcia y avala la salida de un Ter Stegen que sigue al margen
Valora que el director deportivo haya estado hábil para convencer a Joan Garcia. Considera que era un fichaje que se había de hacer sí o sí como apuesta de presente y de futuro. Aunque ello suponga que el papel de Ter Stegen vaya a ser residual si no abandona el equipo. Vincula la situación del portero alemán a la situación del club en el sentido de que su salida le iría muy bien a la entidad para ir cuadrando los números.
Flick tiene ante sí una pretemporada ideal porque los pesos pesados están trabajando desde el primer día y con semanas por delante para abordar el debut en la Liga el próximo 16 de agosto en Mallorca. Quiere empezar fuerte para aterrizar en el Camp Nou, en principio en la cuarta jornada, con los deberes hechos.
Ya fue operado en 2023
Ter Stegen sopesa pasar por el quirófano por la espalda
Ter Stegen sufre unas serias molestias en la espalda, zona en la que fue operado, en medio de gran secretismo previo, en diciembre del 2023. Si volviera a pasar por el quirófano estaría varios meses de baja y eso permitiría al Barça inscribir a Joan Garcia. Ya lo hizo el año pasado con Olmo tras la lesión de Christensen. En este momento el portero alemán se encuentra sopesando si opta por ser operado o prefiere seguir un tratamiento conservador.