Cesc Vila, la voz del Circuit

MotoGP | GP Catalunya

‘Speaker’ del trazado de Montmeló desde 1991, Cesc Vila ha narrado centenares de carreras. ha visto “de todo” y le queda mucho por contar

Cesc Vila, speaker del Circuit de Catalunya

Cesc Vila, micrófono en mano, en el podio del Circuit de Barcelona-Catalunya, su oficina desde hace 34 años 

Ana Jiménez

“¡Venga, arriba!”. La voz rugosa, enérgica, apasionada, familiar, que da la bienvenida y anima a los aficionados en el templo del motorsport de Montmeló es la misma desde hace ya 34 años. La voz del Circuit es el timbre, la intensidad y el tono característicos de Cesc Vila (Manresa, 1964), el Constantino Romero del motor. Ha relatado centenares de carreras por los altavoces del Circuit, ha visto “de todo” desde su oficina de speaker y todavía le queda mucho por narrar. “Hasta que me dejen...”.

Toda una vida

Cesc Vila ejerce de speaker del Circuit desde el primer día, en 1991, pero su voz se ha oído en los rallies, el trial, el enduro, galas, celebraciones, incluso en la final de Champions de París 2006...

Vila es un speaker peculiar, con elevadas dosis de showman, de comunicador de emociones, de animador que disfruta levantando al público de los asientos. Como peculiar fue su origen como speaker

Su hermano Pep Vila, expiloto del rally Dakar en motos y en camión, organizaba con su empresa Promotor un supermotard en Can Padró, en Sant Vicenç de Castellet, a finales de los 80. “Pep me dijo: ‘Tú te tendrías que poner ahí con el micro, tú que estás todo el día con tonterías’. Hice de speaker de la carrera y fue bien. Y luego vinieron otras”. Fue en 1990. 

Hasta ese momento, con 26 años, Cesc “hacía de todo, no tenía un oficio fijo”, tanto tocaba la batería en grupos de Manresa como ayudaba a su hermano en la organización de carreras. Sus habilidades como speaker sospecha que le vienen de haber hecho de locutor de un programa musical en Radio Sant Joan de Vilatorrada. “Era mi única experiencia. Pero me considero un alumno de Josep Lluís Merlos, mi maestro”.

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Cesc Vila en su oficina en el Circuit de Catalunya 

Ana Jiménez / Propias

Con el entonces periodista de TV3 y voz referencial del motor en Catalunya, Vila inició su andadura en el Circuit en 1991. “Éramos una pareja complementaria: él, como persona conocida, ponía la voz en la F-1 y las motos, y yo empecé siendo su ayudante. Luego hicimos bolos juntos, éramos como los payasos, él era el de blanco, el serio, y yo el bufón, el que hacía las olas, entrevistaba a los pilotos… Siempre he sido el liante”.

“No basta con tener gracia, hay que documentarse. La gente no perdona si te equivocas”

Y así, liándola, Vila acabó heredando el micro de primer narrador del Circuit (de todas las carreras que se disputan), pero también de speaker de MotoGP en Jerez, Valencia y Alcañiz (y antes en Estoril), en carreras de enduro, en rallies, en triales, supercross y freestyle indoor, en torneos de fútbol playa, en wind-surf indoor en el Sant Jordi, en la Pirena, los Dragons, en concentraciones de motos, en entregas de premios, galas y celebraciones de títulos (las de los Márquez, Crivillé, Elias, Checa, Pedrosa, Bautista y Sainz).

Su voz rugosa pero cálida, su narración con ritmo y emoción, pero sin gritos, con ingenio pero sin ser graciosillo, y, sobre todo, bien informada, con datos fidedignos, se ha ganado la confianza y estima del aficionado. “Me hago unas chuletas de miedo”, bromea, enseñando el montón de papeles sobre la mesa en la oficina del speaker que hay detrás del podio en el Circuit. “Para hacer esto no basta con tener gracia, hay que documentarse. No soy el rey de la improvisación. Detrás hay un trabajo de preparación de datos. La gente no perdona si te equivocas”.

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Cesc Vila, speaker del Circuit 

Ana Jiménez / Propias

Su referente ha sido Josep Lluís Merlos, “por la forma de hablar y de ser”, pero sobre todo se considera un speaker que ha creado su estilo propio. “Yo he sido un poco más animal, he buscado el entretenimiento, crear emoción, que la afición se levante…” Es lo que más satisfacción le crea, “la conexión con la gente; es el poder del micro: dices algo y la gente responde”. Aunque en ocasiones le ha molestado que lo utilicen como bufón.

“Hay promotores que te piden que animes a la gente, pero a veces cuesta mucho. Yo ya acepto este rol, que es parte de mi trabajo, hacer de bufón, de animador, pero a veces no se puede. También llevo muchos minutos de silencio por pilotos. En el Circuit, los momentos más duros fueron por Luis Salom, por Andreas Pérez o por Rubèn Torres”, recuerda.

“Siempre fui el liante, he buscado el entretenimiento, crear emoción, que la afición se levante de sus asientos”

En tantos años con el micro, las anécdotas se almacenan en su memoria. “He vivido cosas que no se pueden explicar”. Otras sí, como haber sacado al podio a bailar a Ayrton Senna. O haber visto en primer plano la pelea entre Rossi y Biaggi. O los episodios singulares del rey emérito cada vez que asistía a la F-1. Pero lo que más le emociona es haber narrado momentos históricos, como el título de Jorge Martín el año pasado, todos los que se han decidido en Valencia, la victoria de Crivillé en Montmeló en 1999, o la de Rossi ante Lorenzo en la última curva. Historia de viva voz del Circuit.

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