A los 15 años el Manchester City rechazó a Tyrhys Dolan (Manchester, 2001). Era la segunda vez. No se rindió en su intención de ser futbolista y después del Preston, que también le descartó, encontró su lugar en el Blackburn Rovers. El suicidio de su amigo y compañero en la academia del City Jeremy Wisten cuando tenía 18 años removió su mundo. Desde entonces una de sus luchas es ofrecer apoyo mental a los jugadores descartados de sus clubs a través de la organización benéfica Go Again. Mientras, persigue su sueño y el de su amigo Jeremy en el Espanyol, que ha encontrado en él a un nuevo ídolo.
¿Esperaba tener el impacto que ha tenido en el equipo y la afición?
Esa era mi intención, pero tan rápido no lo esperaba.
¿Es el Espanyol lo que imaginaba desde Inglaterra?
Hice mi investigación y era lo que quería. Pero cuando llegó mi debut, pensé, ¡guau! Este club es impresionante.
¿En qué sentido?
Es totalmente diferente de donde he estado jugando. Por eso intento dar el máximo. Sabía que no iba a ser fácil. Era un desafío, pero estoy disfrutando.
He pasado, como si fuese un niño, de jugar en el parque a estar en los mejores estadios”
¿Ahora ya sabe lo que es jugar en el Bernabéu?
No es a lo que he estado acostumbrado. Es algo nuevo para mí. También la calidad del juego y todas las tácticas. Ha sido un gran cambio.
¿Qué le ha pedido Manolo González, su entrenador?
Quería que hiciera que el equipo fuese más directo y creativo. Mi habilidad es ganar duelos y crear oportunidades. Así que me dijo, has de hacer eso para lo que te hemos traído.
¿Nota un salto de calidad?
Sin duda. He estado en clubs donde entrenábamos en una universidad donde la gente juega a tu lado o viene a patinar, ¡y tú entrenas! Es una locura. He pasado como si fuese un niño, de jugar en el parque, a estar en algunos de los estadios más grandes del mundo.
En Cornellà ya es un ídolo, algunos le llaman Dolandinho.
Los aficionados del Espanyol son increíbles. Quiero seguir dándoles razones para darme apodos como ese.
Antes de llegar a Blackburn, el Manchester City le dijo que no dos veces... ¿Fue duro?
Es difícil para los jugadores. Creo que la gente no entiende a cuántos niños les gustaría ser futbolistas. Y puedes entrenar al 100% toda tu vida y aún así no poder serlo. Enfrentarte a esas decisiones sobre tu futuro es difícil.
De alguna forma me siento un superviviente. Estoy orgulloso de haber llegado hasta aquí. Pero muchos amarían hacer lo que tú haces”
¿Cree que el fútbol hace suficiente por esos jugadores?
No se hace. Creo que los recursos y la ayuda están ahí. Pero no se ha maximizado tanto como se podría. Me gusta ayudar y dar consejos a cualquier jugador que pueda.
¿Cómo cree que puede ayudar a los demás?
Creo que hay un estigma en los hombres porque sentimos que es difícil hablar de cómo nos sentimos. Tu pareja o tu padre te preguntan cómo estás. ‘Estoy bien’, dices. Pero te estás mintiendo. Porque todos nos podemos sentir vulnerables. Yo pienso diferente, creo que tienes que ser honesto con cómo te sientes, no puedes seguir escondiéndolo, porque en algún momento puedes explotar.
¿Lo dice por lo vivido con su amigo Jeremy Weston?
Si, fue una amistad muy fuerte. Empezó con el fútbol, pero fuimos a la misma escuela y ahí nos hicimos más amigos. Hacíamos todo juntos. Éramos como dos personas en una, muy similares. Es mi mejor amigo, aún lo es. Es una gran persona, pero se perdió en el sistema. Lo rechazaron en el City y su confianza se vino a bajo. Así que no le llegó un contrato en ningún lado, y eso fue difícil para él. Ya no jugó al fútbol después de eso.
¿Ver que sus amigos se quedaban por el camino fue duro?
De alguna forma me siento un superviviente. Estoy orgulloso de haber llegado hasta aquí. Pero muchos amarían hacer lo que tú haces. Y es duro para ellos. Mis amigos nunca han estado celosos. Ellos me dicen ‘vivimos el sueño por ti. Estás llegando arriba. Así que sigue así’.
¿Y el sueño era tan bonito una vez alcanzado?
Para mí es como si el niño pequeño que era está sonriendo porque estoy en el campo. Disfruto mucho jugando al fútbol. Me encanta, es mi libertad.
¿Su conexión con Jeremy ha hecho que sea más duro venir a Barcelona?
Entiendo que haya gente que piense que no es importante, pero para mí lo es. Me vino la idea de que lo abandonaba, pero él querría que cumpliese mi sueño, que también era su sueño. Tal vez es que soy muy leal, pero sentí que lo dejaba atrás, aunque físicamente ya no esté. Cada domingo iba al cementerio y sé que está su familia, pero en términos de amigos, ¿quién iría ahora cada domingo? Otro buen amigo me dijo que iría él por mí.
¿Lo que está viviendo es el sueño que tenían ambos?
Un millón de veces sí. Sé cuánto amaba el fútbol. Y quería ser futbolista. Para mí, es lograr mi sueño, pero también el suyo. Haría todo lo posible para hacerlo juntos, pero intentar llegar a lo más alto por los dos me da más razones para seguir.
No estaría donde estoy ahora si no hubiera pasado por tantos momentos difíciles en mi vida, en el campo y fuera de él”
¿Todo esto cree que le ha ayudado a ser más fuerte?
No estaría donde estoy ahora si no hubiera pasado por tantos momentos difíciles en mi vida, en el campo y fuera de él. Me ha hecho resiliente y fuerte. Y por eso sé que la posición en la que estoy ahora es una bendición. Quiero ser una estrella de la Liga, quiero que el Espanyol sea grande. Tengo grandes aspiraciones.
¿El número 24 es por Jeremy?
Sí. Yo quería un número que lo representara. Pensé en usar el 18, su edad cuando murió, o el 24, el día que murió. Cuando llegué al Espanyol no podía elegir y solo quedaban dos libres. Pero cuando me dijeron que estaba el 24, sentí como si Jeremy estuviera en la habitación. Para mí, este número es mantener su memoria. Por eso el 24 es muy especial. Cada vez que estoy en el campo, toco el césped y me toco la camiseta, quiero que él también lo sienta.
