Tal y como hizo el PSG, el Sevilla planteó un partido con marcajes individuales en la sala de máquinas. Mendy, Sow y Agoumé se emparejaron con Dani Olmo, Pedri y De Jong permitiendo que los centrales hicieran lo que quisieran con balón pero impidiendo que los futbolistas con mayor clarividencia influyeran como lo hacen normalmente. Pedri acabó con 65 intervenciones cuando su promedio está en 94 y De Jong con 46 cuando su media está en 70. Ese factor provocó que Flick diera entrada a Eric Garcia en el eje en la media parte. Y aunque el Barça subió la posesión hasta un 69% tampoco encontró el camino para ser eficiente con balón.
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