Cuando el 22 de mayo de 1979 un chico de 18 años debutaba con la selección islandesa en un partido amistoso contra Suiza (victoria por 2-0 de los helvéticos), nadie reparó en que estaba comenzando una emocionante historia del fútbol mundial. Aquel adolescente, Arnor Gudjohnsen, puso la primera piedra de una auténtica saga islandesa que dura hasta la actualidad. Desde entonces hasta ahora, solo entre el 2017 y el 2020 no hubo un Gudjohnsen convocado recurrentemente con la selección nórdica. El último en debutar ha sido Daniel, el nieto menor de Arnor, el 5 de septiembre ante Azerbaiyán. El 9 de septiembre, ante Francia (derrota por 2-1), Daniel y Andri –autor del gol–, fueron la delantera titular de Islandia.
Si el apellido Gudjohnsen le resulta familiar al lector es porque lo que sospecha es cierto. Sí, todos los Gudjohnsen mencionados están unidos por Eidur Gudjohnsen, el delantero que se ganó a la afición blaugrana en su breve paso (2006-09) por el club.
Arnor, el padre de Eidur, hizo carrera en el futbol belga, holandés y sueco, retirándose en el 2001 en la liga local y de la selección en 1996. Para entonces su hijo ya era un futbolista profesional consolidado. También en la selección islandesa, donde ambos se dieron el relevo: el 24 de abril de 1996 el hijo sustituyó al padre en un partido contra Estonia en Tallin. Un honor, en todo caso, agridulce: ambos han manifestado que les hubiese gustado compartir algún minuto sobre el campo.
Eidur Gudjohnsen tuvo una carrera larga y a ratos brillante. Chelsea, Mónaco y –claro– FC Barcelona destacan en una trayectoria profesional de más de dos décadas y 140 goles anotados, entre clubs y selecciones. En su palmarés puede presumir de contar con una Premier, dos Ligas y una Champions, la del 2009, que ganó con el Barça ante el Manchester United.
No obstante, su mejor logro, por improbable, llegó con la selección nacional y en el torneo en el que se retiró. Eidur era el capitán de aquella Islandia de la Eurocopa del 2016, que avanzó hasta cuartos de final eliminando a Inglaterra y sacando al fútbol islandés del terreno de lo anecdótico.
El exazulgrana, a pesar de todo, no pudo emular a su padre y recibir el relevo en el campo de uno de sus hijos, pero sus vástagos han compensado esta carencia a base de cantidad y calidad. Svein, el mayor, hace carrera en el fútbol noruego tras pasar por el islandés, la Serie B italiana y la Bundesliga, y suma desde el 2021 una veintena de internacionalidades. No obstante, no viste la camiseta nacional desde el 2023 y su situación actual –suplente en el modesto Sarpsborg 08 FF– hace difícil pensar en una vuelta al combinado islandés.
Por eso son los pequeños Gudjohnsen, Andri y Daniel, los que parecen llamados a dar un paso más allá. Nacidos en Inglaterra cuando su padre militaba en el Chelsea y formados en las categorías inferiores del Gavà, de donde pasaron a la Masia (Andri también jugó en el Madrid, donde disputó 21 partidos con el Castilla de Raúl en el 2022), ambos han logrado establecerse como referentes de su país. Andri, que con 20 años sufrió una grave lesión, juega en la Championship inglesa (Segunda) defendiendo los colores del Blackburn Rovers. Lleva 36 partidos y una decena de goles con la selección de Islandia. Desde hace unos días le acompaña su hermano Daniel, de 19 años, delantero del Malmö. Se prevé que él y Andri repitan como titulares mañana en Reikiavik ante Ucrania.
El futuro de los menores de los Gudjohnsen está por escribir. Ahora, la responsabilidad de Svein, Andri y Daniel –hijos de Eidur, hijo de Arnor, herederos del trono del fútbol de Islandia– es hacer crecer un poco más el fútbol de la remota isla. Y dar continuidad a la última saga islandesa.
Arnor Borg
El Gudjohnsen perdido a causa de las lesiones
Arnor Borg Gudjohnsen (2000) es el miembro de la saga que no ha llegado a la selección. No es, como pudiera parecer por su año de nacimiento, hijo de Eidur, sino su medio hermano, fruto del segundo matrimonio de Arnor Gudjohnsen. Es dos años menor que su sobrino Svein. Arnor Borg llegó a internacional sub-19 con Islandia cuando militaba en la cantera del Swansea, pero una cadena de lesiones cortó su progresión.
