El Barça se cobró su pequeña revancha en el derbi catalán en su visita al Palau d'Esports con una victoria solvente y trabajada ante un bullicioso Fraikin Granollers (28-35) en la quinta jornada de la Liga Asobal.
Los blaugrana, invictos con 4 de 4, todavía no toman el liderato de la Liga, ya que tienen un partido aplazado. En cabeza colideran el Bidasoa Irún y el Torrelavega con 9 puntos.
Ambiente caliente
El Palau d'Esports, con 5.350 espectadores, recordó al mítico pabellón de El Parquet, en el que la presión de la afición intimidaba a los equipos visitantes entre 1960 y 1961
El Barça visitaba un Palau d’Esports olímpico vestido de gala, prácticamente lleno con 5.350 espectadores que crearon un ambiente muy caliente, que recordaba al mítico pabellón de El Parquet. En aquel recinto con forma de tubo, claustrofóbico para los visitantes, el Granollers, desde 1960 a 1991, intimidaba al rival con la presión de su afición, que podía tocar a los jugadores, pegada como estaba a la pista.
Perseguía el Granollers su primera victoria en casa en el derbi catalán en 19 años. La última se remontaba al 9 de noviembre del 2006, por 27-26. Desde entonces, los vallesanos sí habían asaltado el Palau Blaugrana dos veces en los últimos siete años, en el 2018 poniendo fin a cinco años de invicto blaugrana en casa –fue la primera victoria del Granollers en el Palau en 25 años (desde 1993)-; y el curso pasado, cuando retrasó la celebración de la Liga (30-31).
El Granollers, que llegaba líder al inicio de la jornada (4 victorias en 4 partidos), se veía ante su gran ocasión para romper la historia. “Esto va a ser bonito, vamos a disfrutarlo, pero hay que morderlas todas desde el principio”, animaba Antonio Rama a sus jugadores. Así que salió apretando el conjunto vallesano, pero el Barça imponía su calidad para distanciarse de entrada con un 2-5 disuasorio que ponía Frade, ampliado a un +4 con el 3-7 de Adrián Sola, ayer extremo derecho titular.
Sin embargo, el Granollers tenía muy claro su fórmula de éxito para “estar en partido”, enganchado al Barça: achuchar en defensa, alejar a la primera línea blaugrana de los 6 metros, y con ayudas continuas cerrar las conexiones al pivote. Y en ataque, dejar volar la imaginación a Bruno Reguart o a Pablo Urdangarin, dos exblaugrana hipermotivados.
Así fue como el Granollers ajustó el marcador, del 4-8 al 9-10 de Figueras. Urdangarin, en su nueva posición de lateral, se desataba con cuatro goles para mantener el resultado apretado, el 10-11 a los 15 minutos.
Reacción blaugrana
De la mano de Mem (6 goles) y un gran Ian Barrufet (4), el Barça se volvió a distanciar al +4 al llegar al descanso (15-19)
Fue entonces cuando el Barça se hartó de que el Granollers le soplase en el cogote y a cada paso le pisase los talones. Apretó el acelerador con protagonismo de sus jóvenes, tres goles seguidos de Ian Barrufet y otro de Petar Cikusa, y volvió al +4 (11-15, a los 20m40s) para respirar. Una distancia que mantuvo el conjunto blaugrana hasta el descanso con el 15-19 de Mem, su 6.º gol.
Segunda parte
Un parcial de 0-4, con tres goles de N'Guessan, al inicio del segundo tiempo llevó al Barça a un +6 (17-23) del que ya no se bajó
En la reanudación, el Granollers amagó con la remontada con dos goles seguidos de Gerard Domingo que ponía el 17-19. Pero antes de que el Palau d’Esporst entrase en ebullición otra vez para empujar a su equipo, el Barça enfrió la olla con un rotundo parcial de 0-4 en dos minutos y medio, con tres goles seguidos de N’Guessan y otro de Fàbregas, que llevaban a la máxima renta, el +6 del 17-23 (m. 35). Antonio Rama se desesperaba y paraba el crono. “Vamos a centrarnos de una puta vez”, clamaba el técnico buscando una reacción.
El tiempo muerto dio más nervio e intensidad a los locales, que volvieron a recortar distancias levemente (22-26). Pero el Barça esta vez no se inmutó y recuperó pronto la renta de +6 gracias a su amplitud y calidad de banquillo, con Cikusa, Sola o Bazán asumiendo la responsabilidad.
A partir del 25-31 de Bazán, el Barça encaró los 10 últimos minutos con un margen holgado que le dio tranquilidad y evitaba un final ajustado ante un Granollers más cansado y sin tanta chispa.
Petar Cikusa ponía la máxima renta, +8 (25-33, a 5m del final), y Ortega movió el banquillo para dosificar esfuerzos. No lo notó y el Barça acabó ganando de 7 goles (28-35).
