Si pestañeas, te lo pierdes. Si dudas, te roban el balón. Si no arriesgas, no ganas. Se acabó la pausa, el madurar los partidos a fuego lento. El Bayern y el PSG dieron una muestra de los mandamientos que gobiernan el fútbol actual, a mil revoluciones, pero los bávaros aplicaron mejor el librillo y dieron lustre a su inmaculada racha batiendo al campeón de la Champions en París.
El equipo de Kompany, que no pierde desde el pasado Mundial de clubs, precisamente ante los parisinos, acumula 15 triunfos, el mejor inicio en la historia. Los bávaros pudieron incluso golear, pero la roja al filo del descanso del bigoleador Luís Díaz, por una dura entrada a Hakimi, lesionado en la acción, dio más vida de la esperada a los de Luis Enrique.
El PSG, un conjunto casi sin defectos la temporada pasada, se deshilachó de inicio ante la voracidad de la maquinaria alemana, que no se cansó de presionar y robar balones. Así llegó el primer gol de Luis Díaz al aprovechar el rechace tras un chut de Olise. Llegaban en oleadas los germanos. Pavlovic, Kimmich y por dos veces Gnabry, una al palo, rozaron el gol, pero fue de nuevo el colombiano, después de birlarle la cartera a Marquinhos, el que batió de nuevo a Chevalier.
No hallaban la forma de hacer daño los franceses, que además de Hakimi también perdieron por lesión a Dembélé. Pero el guion cambió en la segunda parte. Con uno más, el PSG dominó a un rival arrinconado por las circunstancias y el tanto de João Neves alimentó un empate que no llegó. Al Bayern, líder tras cuatro jornadas, solo le sigue el ritmo el Arsenal, que ganó en Praga con un doblete de Merino (0-3).
