Décimo partido consecutivo en el que el equipo blaugrana no logra dejar la portería a cero. El 2-2 llega en un movimiento con el que la mayoría de los rivales están haciendo mucho daño a la línea blaugrana. Una secuencia de dos fases. En primer lugar, uno de los jugadores de banda baja su altura para recibir. Eso obliga a un salto lejano (y muchas veces tardío) de Balde generando un espacio a su espalda. Esta zona es ocupada por algún oponente que parte desde el centro hacia fuera. El central de banda (ayer Cubarsí) no tiene más remedio que seguir, pero, como el rival viene lanzado y la línea del Barça está parada o casi, nadie logra alcanzarlo.
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