La cuenta atrás ha comenzado. 0 Jahre, 3 Monate, 23 Tage, 15 Stunden… es decir, en alemán, los meses, días, horas, que le faltan a Audi para su debut en la Fórmula 1, el próximo 8 de marzo del 2026 en Australia. El marcador digital preside el hall de Audi Sport, la sede de F-1 que tiene el constructor germano en la población bávara de Neuburg, una hora al norte Múnich. Aquí fabrican parte del sueño de la marca de los cuatro aros que se ha marcado en su desembarco en la F-1: conquistar el gran circo en el 2030. Ahí es nada. La Vanguardia ha sido testigo este miércoles en Múnich de la presentación mundial de su bólido y sus instalaciones.
El R26 Concept, presentado en Múnich en la sede de Audi (Tobias Sagmeister / AUDI)
La apuesta de Audi por la Fórmula 1 como motorista y con equipo propio conjuga ambición y realismo, todo medido en una exacta proporción germánica de materialismo e ilusión. “No entramos en la F-1 solo por estar. Queremos ganar. Al mismo tiempo, sabemos que no se llega a ser un equipo puntero en la F1 de la noche a la mañana, se necesita tiempo, perseverancia y cuestionamiento incansable del statu quo. Pero para el 2030 queremos luchar por el campeonato del Mundo”, expresó Gernot Döllner, presidente de Audi.
No entramos en la F-1 solo por estar. Queremos ganar. Para el 2030 queremos luchar por el campeonato del Mundo”
Y asentía con grandilocuencia italiana Mattia Binotto, exdirector de Ferrari (2019-22), reclutado por Audi para coordinar su aventura. “Este es el proyecto más emocionante no ya del motorsport, sino de todos los deportes. El objetivo es claro: luchar por el campeonato en el 2030. Hemos definido nuestro camino hacia el éxito y estamos sentando las bases para ello”, señalaba el máximo responsable del proyecto, que comparte las riendas con Jonahan Wheatley –como jefe de equipo- (director de Red Bull Racing durante más de 18 años). Ambos ahora comandan Sauber.
Vista frontal del Audi R26 Concept presentado en Munich
Las bases a las que se refiere Binotto son un constructor con músculo económico y tecnológico, la estructura de una escudería ya bregada en la F-1 y una planta que fabrica motores de competición solventes, con una amplia trayectoria en los deportes de motor. Vayamos por partes.
El 8.º grupo mundial
Con la entrada de Audi, el grupo Volkswagen, uno de los gigantes de la automoción (8.º del mundo), se podrá codear con competidores como Mercedes (7.º), Ferrari (5.º), Ford (13.º) o Renault
En agosto del 2022, Audi anunció su entrada en la F-1 en el 2026, aprovechando el cambio de reglamentación y de paradigmas tecnológico y económico del gran circo. De este modo, el grupo Volkswagen, uno de los gigantes de la automoción (8.º del mundo), desembarca en la disciplina cúspide del motorsport, pudiéndose codear con competidores como Mercedes, Ferrari, Ford o Renault.
Sin duda, uno de los motivos –sino el principal– que acabó de empujar al grupo germánico, con Audi, a entrar en la F-1 fue el “límite de gastos” que fija Liberty Media para las escuderías en los próximos años. Será de 215 millones de euros en el 2026. Ni un céntimo más. Se acabó la barra libre y la improvisación en las cuentas de explotación de las grandes compañías. “Fijar un límite garantiza la sostenibilidad financiera. Cuando analizamos las oportunidades de patrocinio y el potencial de ingresos queda claro que este camino tiene mucho sentido para Audi, también desde el punto de vista económico”, admite Jürgen Rittersberger, director financiero de Audi AG.
Es decir, que con una inversión cuantiosa pero controlada, el escaparate de la F-1 puede resultar muy jugoso para la compañía. La nueva reglamentación da a Audi –y al resto- una seguridad de planificación a largo plazo, estabilidad económica y permite reducir costes.
Vista lateral del Audi R26 Concept presentado en Múnich
En segundo lugar, Audi ha optado por una entrada en el gran circo acompañada, es decir, de la mano de una escudería como Sauber. A principio del 2025 adquirió la totalidad de la estructura de la histórica escudería suiza (creada en 1970 por Peter Sauber, aunque en la F1 desde 1993), con la que Audi pasa a disponer de un equipo técnico, las instalaciones de Hinwill (con túnel de viento, imprescindible), personal especializado y dos pilotos notables como Nico Hülkenberg –les va de perlas que sea alemán y experimentado para desarrollar el coche- y el brasileño Gabriel Bortoleto.
Y el tercer pilar es la factoría de Neuburg an der Donau, sede histórica de Audi Sport, donde han nacido y han desarrollado los coches que triunfaron en otras disciplinas del motorsport como los rallies, la resistencia en Le Mans, los turismos (el DTM), la Fórmula E de coches eléctricos y el rally Dakar.
El R26 Concept
El bólido presentado en Múnich luce ya la paleta de colores que lo convertirán en uno de los modelos más atractivos de la parrilla, el gris titanio, el negro carbón y el rojo Audi
Con estos ingredientes Audi ha cocinado su primer bólido, presentado en primicia mundial ayer en Múnich. Se llama R26 Concept, luce ya la paleta de colores que lo convertirán en uno de los contendientes más atractivos, el gris titanio, el negro carbón y el rojo Audi habitual de los modelos deportivos de la marca (a algunos les recordará al McLaren del 2007 de Fernando Alonso y Lewis Hamilton...)
Detalle de la trasera del Audi R26 Concept
El coche mostrado, con las medidas y chasis ajustados a la nueva reglamentación técnica, evidentemente es una aproximación del bólido que estará en los tests de Barcelona del 26 al 30 de enero, el pistoletazo de salida del Mundial 2026, la fecha que tienen marcada a fuego en Neuburg. “El desafío es enorme, hay poco tiempo, pero llegaremos”, dice Stefan Dreyer, responsable del desarrollo del motor y director técnico de la sede de Neuburg, en la que trabajan 430 empleados de 29 nacionalidades.