El orgullo de formar parte de las primeras de Filipinas: “La lucha que tengo yo también la tiene una jugadora iraní”

El reportaje

El primer Mundial de fútbol sala femenino funciona como escaparate para seguir luchando por unas mejores condiciones 

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Las jugadoras de la selección española femenina de fútbol sala celebran uno de los cinco goles anotados ante Tailandia en su debut mundialitsa 

RFEF

36 años después de que en 1989 se disputase el primer Mundial masculino oficial de fútbol sala organizado por la FIFA, las mujeres ya están disfrutando de la primera edición del suyo en Filipinas. Ha sido este un camino difícil en el que varias generaciones de jugadoras han peleado sin descanso, luchando contra viento y marea por conseguir ser parte de la mejor competición de selecciones. Hoy muchas de ellas no podrán disfrutarla vestidas de corto, pero sin su pasión nada de esto hubiera sido posible.

Gran ejemplo de ello es Eva Manguán, la primera jugadora española que fue reconocida como la mejor del mundo en el 2007, un año antes de poner fin a su etapa en la selección. “Las chicas que están ahora tienen unos recursos que nosotras no teníamos. Al principio jugábamos porque nos gustaba, después empezamos a cobrar ayudas por desplazamientos y transportes. No fue hasta el final de mi carrera cuando pude empezar a cobrar unos 1.200 euros mensuales”. Tras finalizar su aventura como jugadora, Manguán ejerció de diputada en la Comunidad Autónoma de Madrid de la mano del PSOE y ahora se dedica a la enseñanza en un colegio.

Me saqué la carrera trabajando 40 horas semanales y jugando en Primera División”

Senior EditorMejor jugadora del mundo en el 2007

“Me saqué la carrera trabajando 40 horas semanales y jugando en Primera División. Mi primera temporada fue con 15 años y no cobrábamos por aquel entonces. Es más, recuerdo que el primer chándal tuvimos que pagárnoslo nosotras”, rememora Manguán en una conversación con Guyana Guardian. “Hacíamos viajes en autocar para jugar en Ferrol saliendo de madrugada y volviendo nada más acabar el partido. En total, unas 14 horas de viaje. Muchas veces pienso que no sé si las jugadoras de hoy en día serían capaces de hacerlo”, reflexiona la que fuera mejor jugadora del planeta.

El testigo de Manguán lo recogió Patricia González Peque cuando fue nombrada mejor ­jugadora del Mundo en el 2022. Peque , que afrontaba el Mundial como capitana de la selección española, finalmente no jugará el torneo por una lesión muscular que sufrió el pasado jueves. “He coincidido con muchas de las que han pasado por aquí, jugadoras que no han tenido ni la posibilidad de estar en una lista para un Mundial. La mayor responsabi­lidad que tenemos es que las ­jugadoras que no han podido tener la oportunidad de jugar un Mundial digan que nos hemos dejado todo en la pista”, comenta la segunda jugadora que más veces ha vestido la camiseta de la selección en una conversación con este diario antes de caer lesionada.

La mayor responsabi­lidad que tenemos es que las ­jugadoras que no han podido tener la oportunidad de jugar un Mundial digan que nos hemos dejado todo en la pista”

Senior EditorCapitana de la selección española femenina de fútbol sala

Sin embargo, la actual capitana de la selección se considera “una afortunada” porque ha podido vivir toda la evolución que ha habido y eso le permite “tener muy presentes los cambios”. “Ahora tenemos un cuerpo técnico que son casi más personas que las jugadoras. Nos dan todo mascado y simplemente nos tenemos que dedicar a jugar. Antes no era así”, añade Peque .

La capitana española no ve el Mundial como la meta del camino, sino una parte más de él en un largo recorrido que todavía queda por hacer. “La realidad del fútbol sala femenino español es que la gran mayoría no se puede dedicar exclusivamente a ello. En el 2004 me fui a Logroño cobrando 400 euros y ahora siguen habiendo muchas jugadoras en esa situación. Un club cualquiera te dice ‘tienes que rendir’, pero yo cada día me levanto a las siete de la mañana, trabajo hasta las 19 h y de ahí voy directa a entrenar y después llego a casa a última hora de la noche. Hay momentos en los que dudas y piensas ‘¿Estoy pidiendo demasiado?’. Si queremos que este Mundial sirva de ­algo, tenemos que empezar a ­actuar ya. El Mundial no es lo que nos quedaba por hacer, sino un punto de partida para empezar a crecer. La lucha que tengo yo también la tiene una jugadora iraní o colombiana, es una lucha que tenemos todas”.

Este es el Mundial de todas. Gane quien gane, nosotras ya hemos ganado”

Senior EditorPresidenta de la Asociación de Jugadoras de Fútbol Sala Femenino 

Sin duda, una de las personas que han tenido un papel importante en la consecución del primer Mundial femenino ha sido Natalia Orive, presidenta de la Asociación de Jugadoras de Fútbol Sala Femenino (AJFSF). “Somos el sindicato de mujeres deportistas con más porcentaje de representatividad en España. Un 75% en Primera y un 35% en Segunda”, reivindica Orive.

En el 2015, cuando se disputó el último Mundial femenino oficioso con solamente ocho participantes (en el de Filipinas hay el doble), se creó el hashtag #WomenPlayFutsalFIFA, un movimiento clave para dar voz a la petición de un Mundial femenino y que mostró la cara más amable de las redes sociales. “Nos respondieron jugadoras de países en los que ni sabíamos que había fútbol sala”. En enero del 2018 fueron un paso más allá y, a través de una carta firmada por algunas de las mejores jugadoras del mundo, consiguieron hablar con Sarai Bareman (directora de fútbol femenino de la FIFA), generando así un halo de esperanza que se desvaneció poco después por la inacción del máximo organismo del fútbol.

A pesar de las dificultades no se rindieron y en el 2022 volvieron a la carga. “Lanzamos un vídeo ­denunciando la situación e hi­cimos una rueda de prensa. El periódico The Guardian nos publicó todo en primicia y en 24 horas conseguimos más de un millón de visualizaciones”. El 16 de diciembre del 2022, cuando Gianni Infantino anunció la creación del primer Mundial de fútbol sala femenino de la historia durante el Mundial de fútbol masculino disputado en Qatar, por fin, respiraron aliviadas. “Este es el Mundial de todas. Gane quien gane, nosotras ya hemos ganado”, culmina emocionada Orive al echar la vista atrás.

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