El Inter, actual subcampeón de esta nueva Champions y finalista de dos de las últimas tres ediciones, era uno de los tres equipos imbatidos en las cuatro jornadas previas (junto al Arsenal y al Bayern). Y solo un gol encajado. Hasta ayer. El Atlético fundió el acero italiano a base de fe, de empuje del fortín del Metropolitano y de un irreductible espíritu combativo. A la hora de competir, los de Simeone no tienen muchos rivales. Van a todo, contra todo, hasta el último instante. Como el 2-1 de Giménez, imperial, en el 93. El top 8 está más cerca.
Desde el 23 de agosto (empate del Elche en la Liga), el Atlético había ganado los ocho encuentros en el Metropolitano. Y en los últimos 12 partidos europeos, solo una derrota (ante el Lille el curso pasado). A esta fortaleza en su feudo de aferró el equipo rojiblanco para desafiar el blindado de Milán. No pudo contar con Oblak, Le Normand ni Llorente. Pero Musso estuvo prodigioso salvando al equipo y Giménez dio tres puntos de oro.
Arranque vertiginoso
El Inter tuvo tres ocasiones para adelantarse, ero lo hizo el Atlético en una contra eléctrica culminada por Julián Álvarez
Arrancó con ímpetu el Inter, con doble ocasión en solo tres minutos. La primera, en un lanzamiento de falta de Di Marco que obligó a Musso a sacar el balón que se colaba en la escuadra; la segunda, en una cabalgada del mismo Di Marco por la izquierda que culminó con tiro cruzado rozando el palo. Y a los 7 una contra vertiginosa con tiro de Lautaro que paró Musso. Tres avisos para el Atlético, al que le llegaban con muchísima facilidad.
Pero la misma fragilidad defensiva la convirtió en letalidad ofensiva. En su primer tiro a puerta se anotó el 1-0, a los 9 minutos, con el suspense del VAR, tras otra contra eléctrica nacida de una recuperación por presión alta.
Robó Nahuel Molina en la divisoria, pasó a Giuliano, que puso un centro al costado izquierdo, Álex Baena en el control pareció amortiguar el balón con la mano, pero lo hizo con el abdomen, antes de que anotase Julián Álvarez el balón muerto. El árbitro francés Letexier invalidó inicialmente el gol, el VAR no lo vio claro y le enmendó la plana. Del posible 0-1 al efectivo 1-0.
No cambió el paisaje: insistía el Inter, con dominio casi absoluto del balón, y se defendía el Atlético, como más le gusta, esperando atrás bien pertrechado. Lo volvió a probar con un chutazo de Çalhanoglu (m. 19) con bote que sacó como pudo el meta argentino. Y Di Marco la tuvo en un disparo (m. 42) que buscaba la escuadra, tras una pérdida de Giuliano.
Fue el jugador argentino uno de los más activos. Reclamó penalti de Bastoni (m. 36) por derribo. Le puso el brazo por encima el italiano y se tiró a la piscina el argentino al notar el contacto.
Segundo tiempo
El Inter asedió a Musso y encontró el gol en una gran combinación entre Bonny y Zielinski
Salieron los interistas de vestuarios con una marcha más a buscar el empate. En el primer minuto (m. 46) Barella disfrutó de la mejor ocasión en una acción de gran calidad, controlando el balón y enviando al larguero. Y tres minutos después era Di Marco quien tenía el gol, pero le desbarató el disparo Musso saliendo por bajo. Se veía venir el tanto italiano, que llegó, por acumulación de golpes, en el 53. Nació el 1-1 de una excelente combinación entre Zielinski y Bonny que ejecutó el polaco con un tiro cruzado.
Fue entonces cuando agitó el equipo Simeone dando entrada a Koke, Pubill y Nico González de una tacada. El primer aviso fue una contra rapidísima por la izquierda en la que Giménez centró atrás hacia Giuliano, que envió a las nubes. Y acto seguido lo intentaba Baena con un disparo lejano.
Paso adelante del Atlético
Simeone declaró que iba a por el partido dando entrada a Griezmann y Sorloth en los últimos 22 minutos; Giménez lo hizo realidad en el 93
El Atlético acreditaba que estaba vivo y peligroso, y más que quiso serlo con la incorporación de Griezmann y Sorloth. Simeone se jugaba todas las cartas ofensivas y anunciaba que iba a por el partido. El noruego no tardó en avisar (m. 73) al conectar una volea que se le fue alta, y posteriormente el francés en un remate a centro de Pubill (m. 78) que le sacó Sommer.
No se conformó el Atlético con el empate. Sobre la bocina, en el 93, Giménez dio el triunfo al Atlético apareciendo en el cielo para rematar un córner de Griezmann. Majestuoso el uruguayo en su remate, su primer gol de la temporada, dando la victoria a los rojiblancos, que se sitúan duodécimos con tres victorias.
