Flick y el turrón de Navidad

Por la escuadra

Flick y el turrón de Navidad
Staff Writer

El testamento de todo entrenador suele incluir frases vacías: “Hay que seguir trabajando, estamos en la buena dirección, me veo capacitado para sacar adelante al equipo”. Juraría que las hemos escuchado estos días en boca de Xabi Alonso y Hansi Flick y es una pena porque con tópicos semejantes cuesta saber si desconocen las causas de sus males o bien las conocen con tal precisión que prefieren callar y aferrarse al “hay que seguir trabajando”.

Entrenar al Real Madrid o el FC Barcelona es vivir bajo la servidumbre del resultado. Meter en el mismo saco a Xabi Alonso y Hansi Flick sería absurdo: aquel entrena sin crédito –pese a que la plantilla del Real Madrid está lejos de ser caviar– y el alemán lo tiene, aunque perdiese puntos en Londres, a menos que todos los palos se los lleve Araújo, el chivo de cada temporada.

Hansi Flick comerá las lebkuchen y el stollen en Navidad –acabo de ver en Internet que son postres inevitables en Alemania, me da que contundentes– mientras que Xabi Alonso parece un becario a prueba. Por la calidad de los dardos se diría que Florentino Pérez no está dispuesto a concederle una temporada sin visos de Liga o Champions. Si en el argot financiero un despido de cien empleados puede llamarse “una reestructuración laboral”, en el del fútbol comerse los turrones no comporta un empacho sino la continuidad del míster.

El Barça volvió a demostrar en Londres que no sabe gestionar los partidos en que vienen mal dadas

Hansi Flick tampoco tuvo una noche ideal en Stamford Bridge, dicho esto a toro pasado (de lo contrario uno sería entrenador del Barça y no un vulgar periodista). Sin entrar en la discutible elección del once y los discutibles cambios o no cambios –Casadó no es Pedri–, el equipo repitió uno de sus defectos más prolongados: el Barça no sabe afrontar los partidos que no le vienen de cara. No capea los temporales, se hunde con ellos, cosa impropia de los grandes.

Tardaremos unas semanas en saber si perder por tres goles tiene relevancia clasificatoria. Y hablamos de un torneo de eliminatorias. Tras la expulsión de Araújo y con la tormenta ya en el cielo, el técnico alemán siguió como si nada mientras el equipo en el campo se limitaba a tramitar la derrota, salvo Raphinha, cuyo compromiso en media hora y a la salida de una lesión dejó en evidencia al resto de compañeros.

Hansi Flick es la columna vertebral del FC Barcelona. Encarna la sensatez en tiempos de confusión y se comerá lo que le dé la gana esta Navidad. Anteanoche prometió: “Veremos un Barça diferente”. Hasta la fecha no había necesitado prometer nada (se promete cuando asoma la desconfianza). Por si acaso, mejor que sea esta temporada, porque lo de seguir trabajando se da por descontado.

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