Lamine: “El objetivo no es hacer todos los récords, sino disfrutar y que los niños quieran ser como yo”

En el '60 Minutes'

El astro adolescente del Barça aparece como protagonista en el famoso programa de la CBS, donde, a través de su éxito, se reivindica al club, la ciudad, el barrio de Rocafonda y la nueva nueva cara de la España diversa 

Lamine Yamal, entrevistado en el programa '60 minutes'

Lamine Yamal, entrevistado en el programa '60 minutes'

CBS

A Lamine Yamal se le escapó una sonrisa mientras relucían los brackets en su boca. “No estoy tan loco, pero puede pasar en el futuro”, respondió cuando el entrevistador le preguntó si le habla al balón.

El periodista insistió y le expresó su curiosidad por saber de que le hablaría a la pelota. “Posiblemente le diría que se casara conmigo y tuviéramos muchos hijos”, replicó divertido.

El 10 blaugrana tuvo un cuarto de hora de gloria como pocos o ninguno de los jugadores del fútbol internacional, y menos a los 18 años, han podido disfrutar en Estados Unidos. Yamal fue el protagonista de un reportaje-entrevista en el prestigioso e histórico programa 60 minutes de la cadena CBS.

El espacio estuvo conducido por Jon Wertheim, con la colaboración del sabio Ray Hudson, se convirtió no solo en una exploración de la personalidad y madurez de la estrella culé, del elegido como segundo mejor jugador del mundo cuando ni siquiera se ha sacado el carnet de conducir. Sirvió además como plataforma de proyección del Barcelona y su academia (la Masia), de Barcelona, del orgullo del barrio de Rocafonda en Mataró, de la “nueva cara” de la España diversa y de la selección española.

“Es un sentimiento de amor, es el primer sentimiento de amor de mi vida, siempre lo será”, aclaró sobre la pelota y el fútbol. Aludiendo a sus orígenes de barrio, en el polo opuesto de Sarrià o el Passeig de Gràcia, a los que citó siempre hablando en castellano, aclaró: “El fútbol es un deporte que nos pone a todos por igual, vengas de una familia con pocos o muchos recursos. Dentro del campo te puedes relacionar y crear amistades y sentimientos, solo depende de un balón y una portería”.

Wertheim estableció la relación entre él y la capital catalana al afirmar que “su sensibilidad futbolística concuerda con Barcelona, la ciudad de Antonio Gaudí, el arquitecto cuyos edificios definen la ciudad y, asmismo, Lamine no es solo un talento creativo, sino un rompedor de convenciones”.

Hudson también definió el intangible que representa este adolescente prodigioso. “¿Cómo se describe la luz de la luna? ¿Cómo se describe la luz de una vela? ¿Cómo se cuentan las burbujas en una copa de champán?, se planteó.

“Cuando puedo jugar es el mejor momento del día”, dijo Yamal. ¿Su intención? “Divertir es la palabra. Creo que al final juego para que la gente se divierta y hacer un poco de espectáculo en el fútbol”, indicó.

“El objetivo no es hacer todos los récords del mundo, marcar un millón de goles, hacer un millón de regates, sino disfrutar y que los niños quieran ser como yo”, prosiguió. “Me gustaría poder cambiarle el día a la gente. Por ejemplo, si alguien está triste, que vaya al partido y que vuelva a casa más feliz de lo que estaba”, insistió.

“Tengo la sensación de que no te importa ser una estrella?”, terció el entrevistador. “No, honestamente. De hecho, me gusta”. Sin embargo, puso los pies en el suelo. “Nunca he sido una persona que ha ido al campo y se diga ‘quiero meter cuatro goles’. Si pienso que quiero disfrutar, hacer lo que aprendí ayer, lo que antes hacía en el parque, quiero que la gente se divierta y yo divertirme con mis compañeros. Y, obviamente, si marco muchos goles, mejor aún, pero el fútbol va más allá de eso”, teorizó.

Su juego y su toma de decisiones en el césped se basa en un sentimiento de confianza. “Cada vez que encaró a tres defensas no pienso que me van a quitar la pelota, aunque muchas veces me pasa. Siempre intento encarar porque ese es mi juego y no lo sería si soltara el balón cada vez que vienen dos o tres defensas. Pienso en resolver lo mejor posible”, explicó.

Eso de ir dejando tirados a los rivales con sus encantamientos de pelota no cautiva a los contrarios. “Si fuera lateral no me gustaría. Si un jugador mejor se me escapara todo el tiempo, le pediría que bajara un poco el ritmo, de lo contrario mis amigos harían memes con eso”, bromeó.

Al rememorar su debut en el Barça con 15 años, Yamal tuvo “nervios de los buenos” porque se iba a cumplir un sueño. “Entras al campo y se quema todo en tu barriga y el tiempo pasa muy rápido, tenía mucha ilusión”, ilustró.

“¿La última vez que tuve miedo? Cuando volví de las vacaciones y tenia que ir a casa de mi madre. Estuve muchos días fuera de casa y eso era suficiente para que me dijera cualquier cosa”, confesó. A su madre la calificó de su “reina”. Sobre la influencia del entorno, aseguró que todo el mundo le responde “no” a todo lo que quiere hacer. “La pregunta sería, ¿a quien hago caso? A mi madre. A ella no le importan los goles, manda ella y estoy encantado”, recalcó

Aseguró que era más difícil jugar en Rocafonda contra los mayores que en el Barça. “Era un vecindario en el que nadie sabía que iba a pasar con sus vidas. La verdad es que nadie sabía si se convertirían en jugadores de fútbol, arquitectos, pintores o si encontrarían trabajo. Ves a tus padres trabajar, no pueden estar contigo todo el tiempo y sientes la incertidumbre sobre lo que te vendrá”, sostuvo.

En otra alusión a sus orígenes, remarcó que la magia le venía de Rocafonda. “En mi vecindario había muros donde la gente se sentaba y no había mejor sensación que conseguir que los que estaban allí sentados se levantaran por lo que hacías. Pienso que es la mejor sensación del mundo. Y de eso me acuerdo cuando juego en el campo y los fans se levantan y se muestran sorprendidos por el juego que hago”, continuó.

Habló del mejor gol, donde eligió el que marcó a Francia en la Eurocopa, “por importancia y bonito”, y citó además el que le anotó recientemente al Brujas en la Champions. Especificó su preferencia por jugar con España y no con Marruecos. “Me he criado en España y siento que es mi país”, apostilló.

Le sorprendió que hasta bien avanzada la entrevista todavía no le habían preguntado por Messi. Pero llegó la cuestión. “Le respeto por lo que ha sido, por lo que significa para el fútbol y si un día podemos coincidir en un campo de fútbol, habrá un respeto mutuo. El es el mejor de la historia. Los dos sabemos que no quiero ser Messi y Messi lo sabe. Yo quiero seguir mi propio camino”, comentó. En este punto especificó que de niño no era muy regateador, que le gustaba más hacer pases y que ahí se fijaba en el astro argentino porque “era diferente”.

A los que dicen que va muy rápido quemando etapas les respondió. “Les diría, por ejemplo, que tú tienes un trabajo y te preguntan si quieres ser el jefe, ¿dirías si o no, que voy muy rápido? Esa es mi respuesta”, señaló.

Pero aceptó que resulta difícil ser un joven normal a los 18 años. “Los chicos salen de la escuela y van a casa. Yo voy al entrenamiento y tengo a cuatro paparazzi en mi puerta preguntándome cosas sobre mi vida. Enciendo la televisión, y estoy en la televisión, voy por la calle y veo a un niño con mi camiseta. Salgo a tomar algo y no puedo porque la gente me para, por eso siempre intento hacer las cosas más sencillas, como jugar a videojuegos, ir a ver a mi madre o estar con mi hermano. Pero, honestamente, no creo que vaya nunca a ser un adolescente normal, porque la gente no me ve como alguien normal y no podré actuar de esa manera”.

A todo esto, “la presión es algo mental, no la he sentido y no creo que la sienta porque nunca la he tenido”. Consideró que sus padre si tenían presión por sacar adelante a una familia. “No,  puedo sentir presión por jugar a fútbol y tengo la confianza de que puedo conseguir lo que quiera”, prosiguió.

“Esta se mi personalidad y me ayuda a no venirme abajo. Nunca he ido a la cama hundido o triste, siempre pienso que mañana será otro día, iré a entrenar, lo haré mejor y el fin de semana saldrá bien. Esto ayuda a sobrevivir en este mundo tan difícil”.

Ante esa muestra de confianza, el entrevistador le planteó si España, una de las favoritas del próximo Mundial, que se disputa en el 2026 en EE.UU., Canadá y México, ganará la Copa del Mundo. “En inglés, yes”, apostó. 

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