El Barça se alzó con la victoria en un encuentro muy desafiante, aunque cedió demasiadas oportunidades al Villarreal debido a fallos no provocados durante la primera mitad. Hasta el momento de la expulsión de Renato Veiga, el equipo azulgrana acumuló 18 balones perdidos entre sus defensores y centrocampistas. Una cifra excesiva frente a un oponente que sobresale en las transiciones. Sin embargo, el equipo de Flick posee una defensa impenetrable que anula cualquier oportunidad clara del adversario: Joan Garcia. El portero reiteró su categoría como guardameta, desbaratando acciones muy claras del rival. Finalizó el partido con cinco atajadas.
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