Otro año de cholismo, y van quince temporadas

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El Atlético sale dispuesto a todo pero este verano no ha fichado a ninguna estrella

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 El Atlético de Madrid completó el fichaje del media punta internacional italiano Giacomo Raspadori 

Atlético de Madrid / EFE

El Atlético suma y sigue con Diego Simeone, que llegó al club en enero del 2011 y empezará con esta su temporada número quince. Miguel Ángel Gil Marín (principal accionista y consejero delegado) y el entrenador argentino, ya de 56 años, se encuentran cómodos en este largo matrimonio de hecho, y aunque la temporada pasada hubo algunos silbidos para el Cholo en el Metropolitano, lo cierto es que la contestación es mínima y el técnico vive instalado en el santoral del club con otros dos acompañantes: Luis Aragonés y Fernando Torres, que entrena al filial.

La temporada pasada fue bastante mala para los colchoneros, que en estos últimos años se han constituido en un club agitador del mercado de verano, algo que se ha agudizado con la entrada del nuevo director general, Carlos Bucero.

El nuevo Atlético

Siete nuevos fichajes

El Atlético se ha reforzado con siete jugadores y ha dado salida a ocho futbolistas. Entre compras y salidas ha ingresado casi 70 millones y ha reducido su masa salarial. Para la temporada actual, los colchoneros se han gastado 168 millones. El mayor gasto ha sido en el internacional español Alex Baena (42 millones pagados al Villarreal); luego, el ex del Betis, el norteamericano Johnny Cardoso (24 millones). Los otros cuatro no son futbolistas muy conocidos por el gran público: Hancko (26 millones), Thiago Almada (21), Matteo Ruggeri (17) y Marc Pubill (16). El último en llegar ha sido Giacomo Raspadori, comprado al Nápoles por 22 millones más otros cuatro en variables.

Han abandonado la entidad gente muy querida por la afición, como Correa, que nunca acabó de hacerse con un hueco en el once titular, Samu Lino, el canterano Riquelme o el también argentino Rodrigo de Paul, la venta más polémica de todas.

El equipo arranca por segundo año con Julián Álvarez como estrella y Antoine Griezmann en un papel menor. Lo mismo pasa con Koke, que ya no jugó demasiado la temporada pasada. El objetivo del Atlético será el de siempre: pelear por todo a la sombra del Madrid y del Barcelona para aprovecharse si alguno de los dos grandes desfallece. “No nos basta con entrar en Champions”, dice el presidente, Enrique Cerezo.

El Atlético mantuvo el pulso la pasada temporada hasta verse eliminado de forma polémica por el Real Madrid en los octavos de final de la Champions por el gol de penalti no concedido a Julián Alvarez. “Aquello nos mató anímicamente”, ha dicho Gil Marín.

Este año será un equipo como siempre, muy táctico y ordenado, fiado a las buenas paradas de Oblak que sigue siendo un seguro, y rápido en las transiciones, contragolpeador. El Atlético de toda la vida.

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