La pasada Liga Endesa, la de la temporada 2024-2025, empezó con 57 jugadores españoles sobre un total de 236 inscritos. O lo que es lo mismo apenas un 24% de los baloncestistas de la principal competición española eran nacionales. En el 2000 esa cifra pasaba ampliamente del 50%. Y si hay menos caladero en el que pescar es más difícil que la pesca sea boyante. No siempre las matemáticas funcionan en el mundo del deporte pero está claro que si los jugadores españoles no tienen un amplio desarrollo en la élite es más complicado que después la selección absoluta funcione. No es la única razón para justificar el tremendo fracaso del equipo de Scariolo en el Eurobasket pero sí es un motivo tanto de peso como de fondo.
España completó su peor actuación histórica y no se metió ni en octavos de final. Una hecatombe deportiva y más teniendo en cuenta que desde el 2007 la selección estaba en el podio de la competición y aún es la vigente campeona. Pero los milagros no pueden durar siempre y la transición generacional entre la quinta de los Gasol, Rudy Fernández, Ricky Rubio, Juan Carlos Navarro, etcétera, y la actualidad cada vez está resultando más peliaguda. Ya en 2022 cuando España se proclamó campeona de Europa lo hizo contra pronóstico y con un grupo de jugadores entre los cuales había muchos que la mayoría de la población no habría reconocido en la cola de un supermercado.
Con la retirada de los históricos el baloncesto español carece de referentes de calado
Aquel éxito rozó lo increíble y los méritos cabe atribuírselos sobre todo a Sergio Scariolo. El italiano, el mejor seleccionador de la historia de España, ya advirtió en los Juegos de Tokio en 2021 (cuando su equipo quedó fuera en cuartos de final) que el futuro no pintaba muy bien. Recomendó paciencia, no hacer comparaciones y cultivar el baloncesto de base.
Un año después, en 2022, Scariolo y España contaron con los hermanos Hernangómez enchufados y brillando, con Willy como el mejor jugador del torneo. Nada que ver con lo que han hecho los dos en este Eurobasket. Tenían que ser los líderes del equipo y del vestuario, una vez retirado Rudy Fernández, pero nada más lejos de la realidad. Ni han sido el alma ni han tenido puntería. En un conjunto plagado de lesiones y de bajas de distinto tipo (renuncia de Lorenzo Brown, retirada con regreso ahora de Ricky Rubio, adiós al baloncesto de Àlex Abrines) se necesitaban referentes y asideros para los jóvenes.

Willy Hernangómez y Sergio de Larrea, tras la derrota frente a Grecia
La última Liga Endesa la empezaron solo 57 jugadores españoles, el 24% del total
No los han encontrado. Al contrario. Porque los chavales, como Sergio de Larrea y Mario Saint-Supéry, son los que más han dado la talla, con desparpajo y valentía. Enseñando que hay una luz en el horizonte pese a que el panorama ahora sea más bien oscuro. Los resultados este verano de las selecciones inferiores masculinas han sido más bien mediocres, salvo el oro de la sub-18, nada que ver con años anteriores. A todo eso se le suma también la fuga de talentos, pero eso es algo que ocurre en el baloncesto internacional, no solo en España. Los chicos no es que se vayan pronto a la NBA porque lo que está en boga ahora es irse a una universidad norteamericana.
La Federación Española, presidida por Elisa Aguilar, tiene la patata caliente del presente y el futuro sobre la mesa. Las bases federativas son buenas y sólidas. Los éxitos se han acumulado en todas las edades en el siglo XXI y el ambiente que se respira entre bambalinas acostumbra a ser positivo y enriquecedor. La Federación debe seguir remando para que aumente el número de baloncestistas españoles con capacidad para despuntar en la élite. Pero no puede hacerlo sola. Hay clubs de cantera como el Joventut que continúan realizando una labor soberbia pero se necesitan más elementos, más recursos y sobre todo una concienciación común. Es todo el baloncesto español el que debe tomar cartas en el asunto para remontar este bache y para proteger su producto, potenciando más reglamentariamente la presencia de jugadores españoles.
Nadie pensaba en ganar ahora el título pero no estar en los cruces obliga a una tabula rasa
El próximo paso será el de nombrar un nuevo seleccionador. “Nos tomaremos el tiempo que sea necesario porque es una decisión importante”, señaló Elisa Aguilar. En algunas quinielas están Pablo Laso y Chus Mateo como posibles sucesores de Scariolo. El italiano dice que hay futuro. Tendrán que ponerse manos a la obra.