Es uno de los cinco fichajes del Barça y espera debutar este miércoles ante el Andorra en la Lliga Catalana (21 horas). A Myles Cale (Delaware, 1999) se le cuelga la etiqueta de defensor pero él insiste en que tiene otras cualidades. Sonriente, concede su primera entrevista.
¿Le gusta Barcelona?
Me estoy adaptando muy bien, ha sido muy fácil. Todo el mundo en el club me está ayudando mucho.
¿Había oído hablar mucho del Barça antes de firmar?
Es una marca global y la conocía. Había sabido cosas del Barça más a través del fútbol. El baloncesto es importante aquí pero el fútbol es algo gigantesco. Y desde que crucé el charco para jugar en Europa aún he prestado más atención a la Euroliga y uno sabe que el Barça siempre tiene buen equipo y siempre está arriba.
¿Cómo se describiría como jugador?
Lo principal que diría es que tengo mucha energía. Soy un tirador y, a la vez, un defensor. Soy perseverante y nada egoísta. Hago pequeñas cosas por el equipo, ya sea un rebote ofensivo o un robo, intentando estar siempre en el lugar correcto. ¡Lo que me pida el entrenador!
¿Y qué le pide?
Quiere que sea muy agresivo y que ponga presión a la hora de defender. Sabe que puedo correr y me pide que coja rebotes y cruce rápido la pista.
La temporada
Las expectativas en el Barça han de ser las más altas, espero ganar algún título”
Algo más le pedirá...
Que siempre esté preparado para lanzar. Tenemos a Kevin Punter y Will Clyburn que acapararán mucha atención de los rivales, así que me va a tocar estar alerta por si me llega el balón.
¿Qué espera del curso?
Sé que vestir la camiseta del Barça te obliga a a tener las expectativas más altas posibles, es un club ganador. Así que eso es a lo que aspiro, a ganar muchos partidos y algún título, el que sea.
¿Por qué empezó a jugar a baloncesto?
Por mi padre, que me puso un balón en las manos cuando era muy joven. Siempre le he admirado y cuando venían sus amigos a casa me contaban historias sobre su época de jugador, me encantaba. Le idolatraba y quería ser como él. Es la razón por la que estoy aquí y le estoy muy agradecido.
Su padre era policía, ¿era muy duro con usted?
Para nada. Es un hombre muy tranquilo. Claro que si hacía algo mal hablaba conmigo pero mientras me preocupara por sacar buenas notas y jugar a baloncesto, que es lo que me gustaba, todo iba bien y me decía que no pensara en nada más. De hecho, me hacía muchos regalos, creo que fui un mimado (se ríe).
¿Nunca lo pasó mal por la profesión de su padre?
Hasta que no tuve 13 o 14 años no me enteraba mucho. Entonces, empecé a ver sucesos de brutalidad policial en las noticias, pero la verdad es que nunca me asusté porque nunca vi a mi padre como a uno de esos policías o como a ese tipo de persona.
¿Fue lo que le empujó a crear la fundación Cales Care?
Sí, creí que era buena idea acercar a los niños de mi comunidad a la policía, a niños negros y también blancos. Hacemos actividades para que conozcan el trabajo policial por dentro y se acorte ese puente que hay entre ellos. Han de entender que no todos los policías son malos.
¿Su padre tuvo esa conversación con usted en su momento?
Sí. Me enseñó que había una manera de actuar si te paraba la policía para evitar situaciones difíciles. Qué hay que decir y qué no, fue importante ya que hubieron épocas difíciles en ese sentido en mi país. Se trata sobre todo de respeto y de saber encarar la situación. Mi madre también habló conmigo de eso.
Ayuda a la comunidad, participa en manifestaciones pacíficas... ¿se considera un activista?
No diría tanto, pero sí que me encanta devolver a la comunidad lo que me ha dado. El covid fue un momento difícil y, sobre todo, el asesinato de George Floyd por parte de la policía, así que creí necesario aprovechar la plataforma que tenía para alzar la voz.
Una filosófica para acabar, ¿qué le diría a la gente que está perdiendo la fe en la humanidad con todo lo que está pasando en el mundo?
Es cierto que están pasando muchas cosas. De hecho, mi novia me ha explicado mucho sobre el conflicto con Palestina en el último año. A la gente le diría que permanezcan unidos y fuertes junto a sus seres queridos, y que volverán los tiempos felices. Que pueden haber días malos pero hay que ser optimistas. Que tengan fe, mucha fe.
