Más allá de ser el debut en la temporada del Joventut, este domingo fue el día de Ricky Rubio. El destino fue caprichoso. El base, imberbe y con cara de niño, lo que era a sus 14 años, debutó con los verdinegros en la ACB el 15 de octubre del 2005 contra el Granada y prácticamente 20 años después volvió a disputar un partido de la Liga Endesa con la Penya en la misma pista nazarí. Igual que en aquella lejana primera jornada, los de Badalona se llevaron el triunfo (75-87), pero en esta ocasión su hijo pródigo fue el mejor del partido con 18 puntos, cuatro asistencias y tres recuperaciones.
El del Masnou acudió como rival deportivo de los locales, pero sobre todo como ídolo global del baloncesto. El catalán trasciende el color de la camiseta. Rubio, muy cercano con los aficionados, se fotografió con la parroquia local y se abrazó con varios jugadres granadinos antes de recibir un homenaje del club andaluz, celebrado en el centro de la pista en la previa del duelo.
Ya hace 20 años. Parece que fue ayer pero han pasado muchas cosas. Estoy muy contento, disfrutando del basket”
El breve acto, acompañado de un aplauso cerrado, se realizó junto a una fotografía de aquel lejano día en Granada en el que se inició la leyenda del precoz genio del baloncesto. En el tiempo transcurrido entre esa imagen y el regreso a su casa deportiva, Rubio ha triunfado en España, Estados Unidos e incluso en el mundo entero con la selección española, además de encontrarse a sí mismo tras superar problemas de salud mental. ”Ya hace 20 años. Parece que fue ayer pero han pasado muchas cosas. Estoy muy contento, disfrutando del basket. Una victoria importante”, dijo el catalán tras el partido sobre su regreso especial a Granada.
El veterano base, de 34 años, se alejó momentáneamente de los focos para iniciar el partido como suplente en el banquillo. Fue a falta de 4:37 minutos para el final del primer cuarto cuando entró en la pista en sustitución de Vives, de nuevo ovacionado por el respetable. Rubio se hizo de inmediato con el ritmo en ataque del Joventut y un minuto después anotó sus dos primeros puntos desde el tiro libre. Terminó el parcial inicial, favorable a los verdinegros (14-22), con seis puntos después de firmar una entrada a canasta marca de la casa. Volvió a salir al parquet pasado el ecuador del cuarto en el siguiente periodo, pero no pudo frenar la reacción del Granada (32-34).

Ricky Rubio maneja el balón ante Micah Speight en el Granada-Joventut.
Tras el descanso, el del Masnou contribuyó, junto a Tomic (13) y Birgander (16), al despegue del Joventut en el tercer cuarto (53-63) y cogió la batuta en el parcial definitivo, con experiencia y puntos, para frenar el último arreón local. Un triple y dos asistencias suyas enterraron las esperanzas del Granada. Dos décadas después, Rubio regresó a lo grande.