El Real Madrid repite victoria ante el Barça por novena vez y el Palau dice basta

Barça, 92 - R. Madrid 101

La afición estalló contra el palco, donde estaba Laporta, pidiendo la dimisión de Cubells

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Desesperado Satoransky

Enric Fontcuberta / EFE

Ya lo cantaba Coque Malla eso de que “no hay manera”. Choca el Barça una y otra vez contra la misma pared blanca, perdido su noveno clásico seguido ante un Real Madrid netamente superior. No habían ganado fuera de casa este curso los blancos en la Euroliga y se estrenaron en el Palau de la mano de un Lyles sobresaliente, que se llevó todos los honores. No se dejó nada el equipo de Peñarroya, que corazón tiene para parar un tren, pero de recursos (y defensa) va bastante más escaso. Una situación que ha acabado por hastiar a su afición, que aplaudió a sus jugadores pero señaló al palco, donde estaba Laporta, con pañuelos y pidiendo la dimisión de Cubells, el directivo responsable de la sección, a grito pelado.

Tampoco fue un escenario impensable el que se dio. Parecía el duelo un tanto desigual ya de saque, con un Madrid con un físico imponente ante un Barça además renqueante. Pero plantearon los azulgrana un intercambio de golpes un tanto suicida y acabaron, como era de esperar, malheridos. La primera pelota del clásico fue todo un anticipo. Un triple sobre la bocina de posesión casi sin mirar de Campazzo que rebotó en el tablero y entró. La primera, en la frente del Barça.

El equipo de Peñarroya plantó cara con sus titulares, entre los que se coló el tocado Shengelia a pesar de no estar claramente en su plenitud. Enfrente, además, tuvo a un animal como Lyles, que dejó su carta de presentación en el Palau, alcanzando los 16 puntos camino aún del descanso. Un triple del canadiense estiraba hasta el 6-14 y obligaba al Barça a empezar a replantearse las cosas. Laprovittola, otro dudoso, entraba en el parquet pero ante Campazzo en defensa se le veía sufrir demasiado.

Lyles trazó con maestría las líneas maestras del triunfo blanco, exhibiéndose con 29 puntos

El segundo golpe en la frente no tardó en llegarle al conjunto azulgrana ya que Okeke decidió silenciar el coliseo barcelonista anotando un triple desde su propia zona para rubricar un aterrador primer cuarto del Madrid, que situó la primera máxima 23-34.

No mejoró mucho la cosa luego porque el equipo de Scariolo, con un brutal porcentaje en el triple (15/26) –la única faceta en la que el Barça parecía intentar mantenerle el pulso (14/27 los azulgrana)– agrandó su parcial hasta el 2-15 que ya puso a todo el mundo el alerta total. El triple de Maledon (27-44) empujó a Peñarroya a devolver a sus titulares al parquet porque su segunda unidad sigue sin dar señales de vida. Como ejemplo, Fall, que con sus 222cm de estatura fue incapaz de poner la pelota en la red a un palmo del aro.

La afición azulgrana, cansada de la situación, mostró pañuelos y pidió la dimisión de Cubells a grito pelado

El regreso de los titulares dio aire al Barça, en especial el de Vesely, inspiradísimo esta vez, con una muñeca que llevaba de cabeza a Scariolo. Era el único que parecía retar a Lyles, que seguía a lo suyo. El Madrid, además, sacaba músculo y doblaba a su rival en el rebote (21-36 al final), lo que hacía imposible cualquier tipo de reacción azulgrana. Con más alma que otra cosa, un tanto a la desesperada, llegó Clyburn a romper la barrera de los diez puntos (48-56) antes de irse a vestuarios habiendo encajado la friolera de 58 puntos. Una simple operación matemática hacía presagiar lo peor en Barcelona, Así que iba a necesitar mucho más que alma el Barça si quería meterse de verdad en el clásico.

Pero pisar un ring y tener enfrente a un rival bastante más pesado que tú no suele acabar bien. Lyles comenzó pronto a carburar dibujando de nuevo cómodas diferencias para el Madrid. Satoransky, además, era excluido tras cometer una falta muy dudosa y protestar, llevándose la técnica de regalo que supuso la quinta de su cuenta. La acción indignó a Peñarroya de tal manera que también acabó viendo una técnica. Dos tiros libres de Andrés Feliz al inicio del último acto ahondaron en el marcador (69-87) y el Barça, de nuevo con su primera unidad, intentó rebelarse. Punter agarró el timón, con Clyburn de contramaestre, y fueron capaces otra vez de recortar (83-92). Pero no sólo era tarde ya, sino que las fuerzas estaban esparcidas por el parquet, lejos del alcance del Barça. Como la victoria. Pero en lugar de sonar Coque Malla, en el Palau atronaron los silbidos y los gritos de dimisión. Realmente, no hay manera.

Ficha técnica

92. Barça (23+24+21+23): Satoransky (7), Punter (18), Clyburn (19), Shengelia (13), Vesely (15) -equipo inicial-, Laprovittola (10), Fall (-), Cale (2), Parra (2), Brizuela (3) y Hernangómez (3).

101. Real Madrid (34+24+27+16): Campazzo (15), Abalde (2), Deck (4), Lyles (29), Tavares (7) -equipo inicial-, Hezonja (15), Garuba (5), Feliz (9), Maledon (12), Okeke (3), Len (-) y Llull (-).

Árbitros: Sreten Radovic (CRO), Arturas Sukys (LIT) y Kristaps Konstantinovs (LET). Eliminaron con cinco faltas al local Satoransky (min.28). Señalaron falta técnica al entrenador local Joan Peñarroya (min.28) y antideportiva al local Punter (min.38).

Incidencias: partido de la jornada 9 de la Euroliga disputado en el Palau Blaugrana de Barcelona ante 7.294 espectadores. Antes del salto inicial, se rindió un homenaje al excapitán del Barça Álex Abrines, que se retiró el pasado verano.

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