Alegrías y penas para el UAE: gana con Vine pero Ayuso pierde todas sus opciones

Vuelta a España | 6.ª etapa

Mientras el australiano se luce en solitario en Pal y brinda al equipo su victoria 75 del año, el español se despide de luchar por la Vuelta y Almeida aguanta con Vingegaard

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Jay Vine gana su tercera etapa en la Vuelta, tras las dos del 2022 

Javier Lizón / EFE

Sonrisas y lágrimas en apenas unos minutos. De la alegría a la pena en un intervalo muy pequeño. La felicidad no siempre puede ser completa. Y hay días en los que no se sabe si celebrar o estar decepcionado. Pasó en el autobús y el hotel del equipo UAE, donde se vivieron momentos agridulce. Ganaron la etapa, la segunda consecutiva tras la contrarreloj por escuadras de Figueres, gracias a una espectacular Jay Vine pero vieron cómo Juan Ayuso quedaba totalmente descartado en la Vuelta, tras quedarse a 6 kilómetros de meta en la subida a Pal.

La bicefalia del Emirates para hacer frente a Vingegaard duró menos de una semana. En 24 horas, Ayuso pasó de soñar con el maillot rojo en Figueres a verse fuera de la lucha por la general. Reclutado para la ronda española cuando Pogacar optó por preparar el Mundial, el alicantino, que ya había hecho el Giro –abandonó–, no estaba en su mejor forma y las caretas se cayeron en la primera jornada de alta montaña. Fue la gran víctima, el primero en decir adiós a sus opciones.

Nunca es buena señal verse en la cola del grupo de favoritos cerca de Meintjes, un clásico de esas posiciones cuando la carretera se empina. Y cuando el Lidl aumentó el ritmo, Ayuso empezó a perder posiciones en el pelotón de elegidos. Hasta que ya no pudo más y se descolgó.

Ningún compañero le esperó. Es decir, que en el equipo la crisis no les llegó por sorpresa. Ayuso entró a casi 12 minutos de su compañero Jay Vine, ganador de la etapa, y se dejó más de siete minutos y medio con Vingegaard. En la meta le esperaba para arroparle Paco Lluna, su masajista de confianza. Y también Matxin se quiso acercar para abrazarle tras un nuevo golpe para la moral del español, que no sube a un podio de una carrera de tres semanas desde la Vuelta del 2022, cuando fue tercero tras Evenepoel y Mas.

“Lo llevo diciendo desde el día uno que mi planteamiento no era la general. El equipo me pidió que lo probase pero como no me he sentido bien me he dejado llevar. Toca ayudar al equipo y preparar bien el Mundial”, apuntó Ayuso sobre sus planes más inmediatos. “Es normal crear expectación pero yo no tenía ningún peso encima. No es como en el Giro que sí que fue un palo duro”, argumentó.

Si Ayuso fue la cruz de la moneda, la cara fueron Vine, que brindó al equipo el triunfo número 75 de la temporada, y João Almeida, que fue capaz de resistir y llegar junto a Vingegaard. Fue un combate nulo entre el portugués con el danés y el italiano Ciccone.

Jay Vine siempre brilla en agosto en la Vuelta. En el 2022 ganó dos etapas aún con el maillot del Alpecin (en el Pico Jano y en el Colláu Fancuaya), la temporada pasada se apuntó la clasificación de la montaña y esta vez fue el más fuerte de la escapada de diez unidades que se formó en la Collada de Santigosa. Ni Pablo Castrillo (Movistar), ciclista revelación de la última edición, ni un escalador como el italiano Lorenzo Fortunato pudieron con el australiano.

Tampoco Torstein Traen (Bahréin), que era el mejor clasificado de los fugados y que se concentró en conseguir el maillot rojo. Al principio al Visma no le hacía demasiada gracia dejarles marchar pero finalmente cedió en su intento de controlar la carrera y atarlos en corto. Los diez hombres de cabeza llegaron a tener más de seis minutos de ventaja, con lo que el noruego, de 30 años, se convirtió en el nuevo líder de la Vuelta. Vingegaard, poco preocupado, solo se movió cuando atacó Ciccone, un movimiento al que Almeida llegó a su manera, diésel, pero aguantó. Un consuelo para el UAE

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