Colas, nervios, quejas y carreras en los aledaños del Spotify Camp Nou. Dos horas antes del Barcelona-Alavés hay muchos socios que aún no han recibido su entrada, ya adquirida, para poder acceder al estadio y presenciar el partido, el segundo en el retorno a casa.
La aplicación en la que el Barça envía las entradas ha caído en las horas previas al encuentro. Por lo que los aficionados no tienen en su poder el código QR que necesitan para pasar los controles y llegar a su localidad. Normalmente se reciben por esa modalidad con tres horas de antelación.
Colas y quejas
Los afectados se han dirigido en masa a las taquillas y a la Oficina de Atención al Barcelonista
Hay unos dos mil socios del club afectados, muchos de los cuales ya se encontraban en las inmediaciones del recinto. Ante la imposibilidad de descargarse los billetes, muchos de ellos han optado por acudir a la Oficina de Atención al Barcelonista y a las taquillas para que un empleado les entregasen una entrada física, a un ritmo muy lento. En ambos lugares se han producido aglomeraciones ante la cercanía de la hora del pitido inicial.
Desde el club se activó un plan B para que nadie se quedase fuera. La solución que aplicó el Barcelona es un reenvío al correo electrónico de todos los socios y socias con localidad para el partido de un documento pdf con su entrada. Así se quiere garantizar que todos puedan ingresar y ver el duelo de Liga sin mayor problema que ese momento de nervios que ya han pasado.
A 15 minutos del inicio del encuentro
durante el calentamiento de los dos equipos había mucho menos público que habitualmente en la grada
Pese al SMS del club asegurando que la incidencia estaba resuelta pero algunos socios se quejaron amargamente que el mail no les llegaba mientras se seguían impacientando. Eso ha provocado que durante el calentamiento de los dos equipos hubiese mucho menos público que habitualmente en la grada.
Aficionados sentado ocupando las escaleras en el Spotify Camp Nou
El encuentro arrancó con tres cuartos de entrada y al cuarto de hora aún seguía entrando gente después de que el club dejase entrar a socios con la única identificación del carnet del Barça. Una vez en el interior del estadio, ellos debían buscar un asiento vacío para ocuparlo. Pero muchos se agolparon en las escaleras, pese a que deben quedar libres por el protocolo de seguridad y de una posibilidad de desalojo.
