La Generalitat acelera para mantener la F-1

La Generalitat de Catalunya, por medio del president, Quim Torra, se comprometía con el director ejecutivo de la F-1, Chase Carey, para avalar la financiación futura del GP de F-1 y que el Circuit de Barcelona continúe acogiendo la carrera anual del gran circo, como hace ininterrumpidamente desde 1991. En un encuentro en el Parlament de Catalunya, Torra manifestó a Carey el interés del país en prolongar el contrato con la F-1, que finaliza este año. Una negociación del convenio que comenzaba oficialmente con este encuentro a tres bandas entre la Generalitat –propietaria del 78% del Circuit–, Liberty Media, la firma gestora de la F-1, y el circuito de Montmeló, con su presidente, Vicenç Aguilera, al frente. La visita de Carey a Torra obedece, según fuentes del Circuit, “a la voluntad del president de demostrar el interés que tiene Catalunya por mantener la F-1”. Aunque “no a cualquier precio”. Si hasta este año, en el que finaliza el actual contrato (2017-2019), el Circuit ha pagado un canon anual de unos 24 millones de euros –que avala la Generalitat para garantizar el pago de los derechos–, la pretensión de los gestores catalanes es “conseguir una mejora de las condiciones” en el nuevo convenio. “Estamos empezando a construir un marco de referencia para las dos partes, una fórmula de equilibrio que nos permita llegar a un acuerdo”, según explicaba el Circuit a La Vanguardia, sin concretar los años del nuevo contrato, ni si sería posible reducir el coste. El acuerdo podría firmarse, según prevén, “antes del verano”. La voluntad del Circuit es conseguir unas condiciones más favorables, ya sea obteniendo rebajas del canon por albergar la F-1, relajando las condiciones de pago –más flexibilidad– o pudiendo participar de ingresos que hasta ahora gestiona directamente Liberty Media. La Generalitat es partidaria de mantener en el Circuit un GP de F-1, como ha hecho durante 29 años, pero “dentro de unos límites del gasto”, ya que la financiación del Gran Premio le ha supuesto tener que inyectar fondos periódicamente –4,5 millones en el 2018 y 10 en el período 2015-17– para sufragar las pérdidas acumuladas por el Circuit. Por contra, el Circuit, con la F-1 y MotoGP como principales eventos de un calendario de 20 competiciones al año, enriquece el territorio y da a Barcelona y a Catalunya proyección mundial: el impacto económico del 2018 fue de 340 millones de euros (sólo el gasto en la ciudad de Barcelona alcanzó los 28,4 millones de euros), con los 558.000 espectadores que pasaron por el recinto, con una ocupación de 317 días (87% del año).