La colisión
“Suerte que la colisión no fue frontal, en ángulo recto, si no, circulando a 221 km/h, la energía habría sido brutal; se habría desintegrado”, evalúa Raymond Blancafort, periodista de larga trayectoria en el motorsport e ingeniero industrial. “Al partirse el coche en dos, la energía a disiparse en la colisión fue la mitad”. No le falta razón: la parte trasera del bólido podía pesar unos 500 kg, por lo que si no se hubiera partido el bólido, el impacto habría sido de unos 100 g. Según ha trascendido, la fuerza de la desaceleración por el impacto fue de 53 o 56 g (según las fuentes), lo que significa que Grosjean soportó 53 (o 56) veces su peso; casi 4 toneladas. La violencia de la colisión se debió a la velocidad a la que rodaba (en plena aceleración) y la falta de tiempo para frenar antes del impacto.
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