Tras recibir la sanción de 10 segundos al término de la carrera que bajaba a Alonso del tercer al cuarto puesto, Aston Martin se puso en marcha para alegar. Incidió en un aspecto que desarmó a la dirección de carrera: le preguntó si tocar el coche con el gato hidráulico significa "trabajar" en el coche, que es lo que especifica el Artículo 54.4 (c) del Reglamento Deportivo de la F1. Por lo tanto, se deducía que la decisión era incorrecta.

La anulación de la sanción, y por lo tanto, la devolución del podio a Alonso fue el epílogo final de una carrera en la que el asturiano había logrado en la meta su segundo podio seguido con Aston Martin y se había permitido incluso liderar la carrera saudí las cuatro primeras vueltas al birlar la primera posición a Checo Pérez en la salida.

Salida espectacular y sanción

Alonso sorprendía a Pérez en el arranque superándole con mejor tracción, pero pagaba el error de una mala posición en la pintura con una sanción de 5 segundos

La salida ofreció la imagen del pasado más esperada: Alonso liderando una carrera. El asturiano arrancó más rápido y con mejor tracción que Checo Pérez y le birló la primera posición que tenía de la pole para empezar a comandar la carrera. Por detrás, Sainz perdía su cuarta plaza con Stroll, que se puso a cola de Russell, tercero.

Sin embargo, la alegría le iba a durar poco a Alonso, ya que dirección de carrera observó que había salido de manera incorrecta, ligeramente desplazado a la izquierda en la posición de salida de la parrilla. Por ello le caerían 5 segundos de sanción en el primer pit-stop.

Además, el liderato le duró poco, solo cuatro vueltas, las que tardó Pérez en recuperarle la posición en la chicane con una frenada salvaje. El mexicano empezó a imponer su ritmo superior para abrir hueco y alejarse del asturiano.

El tramo final

Verstappen no atacó a Pérez, que pudo asegurar la victoria, y Alonso mantuvo la distancia con Russell para asegurar su podio número 100

A falta de media carrera (24 vueltas), con los dos Red Bull ya en cabeza, la emoción estaba centrada en si Verstappen respetaría el liderato de Pérez (le sacaba 5 segundos), en si Alonso, bien instalado en el tercer puesto, mantendría el podio del acoso de los dos Mercedes (Russell a 2s y Hamilton a 2,8s), y si los Ferrari podrían meterse en la batalla (Sainz, 6.º y Leclerc, 7.º).

Caían las vueltas, la carrera entraba en su tramo final (últimas 15 vueltas) y Pérez conservaba su liderato con similar distancia (4,5 a 5s) sobre Verstappen con un ritmo endiablado, mientras que Alonso se descolgaba definitivamente de los Red Bull, pero abría su hueco sobre Russell a más de 3 segundos. A su vez, el joven inglés se distanciaba de Hamilton (+2,8s). Sainz y Leclerc cada vez se alejaban más de la pomada.

A falta de 12 vueltas, Verstappen empezó a reportar problemas mecánicos de su coche por la radio. “Algo está mal, hace mucho ruido”, se quejaba el neerlandés, que se inquietaba, aunque tenía 14 segundos de margen sobre Alonso. 

Fue una falsa alarma, porque no perdió distancia con el Aston Martin del asturiano y además llegó a acercarse a 4 segundos de su vecino de box, con el que compartía liderato (al compartir los mismos resultados, 1.º-2.º). 

Solo la mejor vuelta de la carrera dirimiría quién sería primero en la general. En la última vuelta, el neerlandés apretó y se llevó el punto extra del giro más rápido. La ambición e instinto de Max no tienen límite. Sigue siendo el líder del Mundial por un punto.

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